Para mí, lo tristemente revelador de la profunda crisis que estamos viviendo es que muestra las carencias, fallas y debilidades del modelo económico y productivo de nuestro país.
Durante años y años se nos ha llenado la boca hablando de E-commerce y E-learning, conectividad, internet de las cosas, 5S, Smart Cities, Human Tech, robótica e inteligencia artificial.
Sin embargo, vamos para seis semanas desde que se decretó el Estado de Alarma y, de momento, seguimos sin mascarillas, sin tests rápidos y sin App alguna que monitorice a las personas infectadas para hacer un seguimiento de sus contactos y movimientos.
Hay loables prácticas a pequeña escala, sin resultados apreciables por el momento.
No lean esto como una crítica al gobierno. No lo es. Si en vez de estos hubieran estado los otros, habría ocurrido exactamente lo mismo. Hubiera dado igual. Porque esta no es una crisis de gobierno. Ni de timonel. Es una crisis de identidad social, económica y productiva.
Ahora es momento de continuar doblando la curva, minimizar los contagios y meter en vereda al bicho. OK. Pero a no mucho tardar deberíamos pensar y debatir sobre el modelo económico, productivo y social de la España del futuro.
Jesús Lens