Sostenía el novelista francés Pierre Lemaitre en BCNegra que el noir nórdico ha tenido mucho tirón en una época en la que Europa estaba sumida en la crisis económica, “retratando muy bien ese momento de depresión prácticamente nerviosa”. Pero, insistía Lemaitre, Europa ha comprendido que no está solo en crisis, sino que se encuentra inmersa en un proceso mucho más complejo, lúgubre y perdurable en el tiempo: “Es un nuevo estado del mundo y no una crisis pasajera”. Y de todo ello habla la nueva entrega semanal de El Rincón Oscuro de IDEAL…
El género negro había puesto el acento, hasta ahora, en los efectos de la crisis: pérdida de empleo, precarización de la sociedad, pobreza creciente y, vinculado a todo ello, mayores tasas de violencia y delincuencia.
Pero también hay algunas novelas policíacas que hablan sobre las causas que provocaron la hecatombe financiera que nos ha conducido a esta situación. Petros Markaris, desde la Grecia más vapuleada y hundida, se ha erigido en cronista de la crisis. Y, también, en vengador.
Íntegramente publicada por Tusquets, su Trilogía de la Crisis ya suma cuatro títulos: “Con el agua al cuello”, “Liquidación final”, “Pan, educación y libertad” y “Hasta aquí hemos llegado”. Paradojas de las etiquetas.
En esas novelas, el comisario Kostas Jaritos, además de enfrentarse al caos de una Atenas que se descompone por culpa de los ajustes y los recortes, de la corrupción y la sinvergonzonería generalizada, ha de resolver los asesinatos de diversas personas del mundo de la economía, la política y las finanzas. Y, durante la investigación de dichos crímenes, saldrán a la luz y aflorarán muchas de las miserias éticas y morales que terminaron por conducir a Grecia a la bancarrota y a la intervención.
Markaris también ha escrito varios ensayos sobre las causas de la crisis, que se pueden leer en el volumen recopilatorio “La espada de Damocles: la crisis en Grecia y el destino de Europa”. Sabe bien de qué habla. Y, aunque algunas de sus últimas novelas parecen haber sido escritas con cierta precipitación, el autor griego ha sabido captar lo duro, sórdido y angustioso de una situación que ya dura demasiados años, pero que también ha servido para sacar lo mejor de alguna gente, mostrando su cara más solidaria y comprometida.
Hay quienes consideran que países como Grecia, Italia, Portugal y España son lo peor, agrupándolos bajo el insultante acrónimo de PIGS. A esa gente podríamos recomendarle la extraordinaria novela “Montecristo”, de Martin Suter, publicada por Libros del Asteroide. Una novela que demuestra que ni siquiera Suiza está libre de pecado ni protegida de perturbaciones.
Todo comienza cuando Jonas, un videorreportero que trabaja como free-lance, vuelve a casa en tren. Y el tren se detiene. Porque un viajero necesita atención sanitaria, eufemismo que significa que alguien se ha arrojado a las vías. Siguiendo su instinto, Jonas cogerá su cámara y se lanzará a filmar.
A partir de ese planteamiento, y con Jonas convertido en los ojos del lector, nos adentraremos en una trama negra y criminal que tiene como escenario el mundo de las altas finanzas. Porque el fallecido, Paolo Contini, era un empleado de banca. Supuestamente feliz. Al menos, todo lo feliz que puede ser un empleado de banca en estos tiempos.
Es posible que Jonas no hubiera insistido mucho en el tema, de no ser porque unos días después se encuentra con una de esas casualidades que, a priori, son imposibles: dos billetes iguales. Completamente idénticos… hasta en el número de serie. Y los dos auténticos, como no tardará en comprobar.
A partir de ese momento, la vida de Jonas empezará a complicarse. Mucho. Y el escritor suizo Martin Suter nos irá desgranando una trama que, si no fuera porque sabemos lo que sabemos, incluyendo la caída de Lehman Brothers, nos parecería delirante e imposible.
Lo mejor de “Montecristo” es que toda la narración irá poniendo a prueba a Jonas y, por extensión, al lector. Porque el protagonista no dejará de estar tentado de dejar su investigación. Muchas veces. Y por diversas razones. Menos mal que un viejo analista financiero de los informativos de la televisión suiza le animará a seguir con ella. Y le ayudará cuando desfallezca.
Hasta llegar a un final sorprendente. Uno de esos finales que obligan al lector a tomar partido. A posicionarse. Y a pensar. Que no es poco.
Jesús Lens