Mis dos lecturas más recientes son buena prueba de la excelente salud del género negro español, algo de lo que tampoco tenía excesivas dudas, y de las diferentes corrientes temáticas y estilísticas por las que transitan nuestros autores contemporáneos.
Para los amantes del noir canónico, áspero y seco como los acuíferos de Doñana, para los aficionados al hard boiled duro como la cara de Villarejo y paralizante como una mirada retadora de Putin; ‘En el descuento’ es su libro.
Lo escriben a cuatro manos Jordi Ledesma y José Ángel Mañas y es una granada de mano a la que sus autores ya habían quitado la espoleta antes de que Alrevés la pusiera en las librerías, por lo que te explota en la cara nada más abrir sus páginas y empezar a leer.
El Chúster es un antiguo jugador de fútbol que se deslizó por la mala vida, como el Marlon Brando de ‘La ley del silencio’, y que acabó en la trena cumpliendo condena por no chivarse de su jefe, Francisco, que le espera en la puerta de la cárcel un viernes 4 de octubre cualquiera a las 17.14 de la tarde, cuando sale para un permiso de fin de semana.
El Chúster quiere pasar un par de días de tranqui, disfrutando sin agobios y viendo a su chaval, promesa del fútbol, debutar con el Atleti. Pero Fernando tiene otros planes. Por ejemplo, pasarse por el Topless a tomar unos tragos. Y dar un salto a Barcelona para recoger una mercancía antes del partido. Nada complicado. Ir y venir. Y ya. Pero si algo sabemos los aficionados al género negro es que hasta los planes más sencillos tienden a complicarse para los héroes del noir. Y no digamos ya si son antihéroes, como el Chúster.
Las 150 páginas de ‘En el descuento’ no se leen. Se beben. Se inyectan en vena. Cada una de sus frases es un puñetazo, un ejercicio de estilo, una declaración de intenciones. No falta ni sobra una palabra en una novela monumental que ya está entre mis favoritas del año.
Myriam Imedio, por su parte, nos sorprende con ‘La isla más remota del mundo’, publicada por la Serie Negra de RBA, que ya ha empezado a publicar a autores españoles.
En este caso nos encontramos con una novela que bebe de las tramas de esos autores franceses que juegan con la salud mental de sus protagonistas y de los nórdicos más sádicos y amorales, capaces de las peores tropelías.
Nunca me olvidaré del comienzo de la película ‘Corredor sin retorno’, la desasosegante e inquietante obra maestra de Samuel Fuller, con una frase atribuida a Eurípides: “A quien los dioses quieren destruir, primero lo vuelven loco”. Las tramas policíacas que juegan con la salud mental tienen algo especial. Como la mayoría están narradas desde el punto de vista del supuesto ‘loco’, el lector nunca sabe si lo que cuenta, piensa o ve es real o es una fabulación de su mente trastornada.
Lis de Fez es una psicóloga enfrentada a una situación límite: en un autobús y después de darle las gracias, una mujer a la que no conoce de nada se suicida delante de ella, provocándole una crisis nerviosa que desemboca en su ingreso en un psiquiátrico. Porque Lis ve cosas que nadie más ve. Habla con personas que no existen y escucha mensajes fantasmagóricos. Y siempre, una referencia: Kaminski. Y el Proyecto Bouvet.
‘La isla más remota del mundo’ gustará a los aficionados a las tramas psicológicas y a los bailes de identidades, con personajes muy bien trazados, ambientes consistentes y una secundaria de lujo, Sam, a la que hay que querer, sí o también. ¿O quizá no tanto?
Jesús Lens