Desde que tengo uso de razón, yo siempre quise ir a Nueva York.
Pero aún no he ido.
¿Las razones? Pueden ser muchas. Una, y no la menos importante, nos sirve para parafrasear otra célebre respuesta: “porque está ahí”.
Hay lugares que siempre están ahí. Otros, no.
Pero la más importante, creo, es porque me faltaba preparación. Documentación. Información.
De Nueva York, todo lo que sé es gracias al cine. Así que todo (o casi) será mentira. O, al menos, no del todo cierto.
Y me quería documentar. Y estudiar. Para llegar sabiendo.
Hace unos días, los Sospechosos Habituales nos juntamos para ver qué hacíamos la próxima Semana Santa. Y no hubo quórum. De hecho, la Banda quedó disuelta y cada uno de los miembros tiramos por nuestro lado.
Y seguimos pensando. Estaba Benín, un país africano fascinante, cuna del vudú y en el que nacieron algunas de las culturas más antiguas de la historia de la humanidad.
E Irán. ¡Quiero conocer Persia! Ifashan, Persépolis…
Pero entonces, ¡surgió la idea! Que ya nos había rondado otras veces, pero que terminó pasando.
¡New York City!
Ya que el miembro más díscolo de la Banda había estado, años ha, en la ciudad de los rascacielos (toma topicazo, Moreno), ¿y si íbamos a pisar su asfalto y a impregnarnos de su aroma?
Parece que sí.
Que NYC nos espera.
A final de mes.
Así que hemos decidido dedicar este 3-11 a Nueva York. Libros, películas, discos, reportajes, curiosidades, anécdotas…
Este mes, mentalmente y desde la distancia, seremos neoyorquinos.
Ea.
Jesús amanzanado Lens