Al no estar trabajando de forma intensiva en ningún nuevo libro de cine, estoy pudiendo ir más a menudo, paradójicamente, al cine.
De esta forma, este año llego a la cita con los Óscar habiendo visto (y reseñado) buena parte de las candidatas.
¿Favorita?
Pues la verdad es que no tengo una favorita por encima de las demás, que este año hay un enorme nivel entre las finalistas.
Diré que, personalmente, la que menos ilusión me haría que ganara es “La gran estafa americana”. Y sobre “Gravity”, tengo mis dudas. Como artefacto cinematográfico, en 3D, es una maravilla. Pero ¿es la mejor película del año, con ese guion tan, paradójicamente plano? Lo dicho. Tengo mis dudas.
Me faltan por ver “Nebraska” (incomparecencia y desidia mías) y “Dallas Buyers Club” (desidia y estulticia de la distribuidora: si gana, la gente irá a verla, claro. Pero ¿y si no gana? Ya habrá perdido el Efecto-nominación)
Sí me gustaría que arrasaran “El lobo de Wall Street” y Martin Scorsese, además de por ser una gran película, para que siguiera aventando el debate sobre los valores que ¿debe? Transmitir una película.
Y por eso me gustaría que ganara Leonardo di Caprio. Estaría bien que la Academia premiara la interpretación que hace de un tipo amoral, timador, drogadicto y putero. Aunque, emocionalmente, me quedo con el Chiwetel Ejiofor de “Doce años de esclavitud” y, por supuesto, con la maravillosa Lupita Nyong’o de dicha cinta.
Lo de Cate Blanchet y “Blue Jasmine” parece que está hecho así que, y por cuanto a los secundarios masculinos, ya lo escribí en la reseña de “Capitán Phillips”: los piratas somalíes han de llevarse el Oscar, sí o también.
Cine sobre África. Este año se han estrenado, además de ésta, “El largo camino hacia la libertad”, sobre Mandela, de la que se presumía podría arrasar en los Óscar. Y se ha quedado en nada.
Dos películas más para añadir a una, de momento no contemplada e imposible futura revisión de mi libro, “Cineasta Blanco, Corazón Negro”; en la que también tendrían que estar “Tierra de sangre”, dirigida para la BBC por Tom Hopper e interpretada por el propio Chiwetel Ejiofor y por Hillary Swank, además de “En un lugar de África”, de Carolina Link, Oscar a la mejor película extranjera del 2002.
Hay que añadir, a esa ampliación, la española “Diamantes negros”, que tan buen sabor de boca dejó en el Festival de Málaga de 2013.
Y, bueno, habrá otras. Entre las nominadas de este año. Que no me han llamado y que ahora mismo no echo de menos no haber visto. Como “Agosto”, por ejemplo.
Porque la película más interesante, que no la mejor, que concurre a los Oscar es “Her” y sería, emocionalmente, la que más me gustaría que ganara. Tanto que lo mismo, hasta me levanto para ver el tramo final de los Premios.
Lo mismo, ¿eh? Que no es ni una promesa ni tan siquiera un propósito.
Jesús Lens