Hermanarse con Croacia

Ganas me daban de titular esta columna por las bravas: ¡Croacia, viva la madre que te parió! Y eso que, durante un tiempo, pareció ser el enemigo a batir. 

Allá por el 2016, yo ya les daba la brasa con el tema del acelerador de partículas. No sé si habrá un registro oficial, pero debo ser de los legos en la materia que más fervorosamente ha escrito sobre el tema desde que mi amigo Eduardo Ros me habló de ello por primera vez. La más reciente, esta, del pasado diciembre, con enlaces a otras muchas. Por aquellos entonces había dos rivales para acoger el proyecto, Polonia y Croacia. 

El primero se cayó unos meses después y las noticias ya hablaban de la gran final contra los croatas. Sin embargo, en un imprevisto giro de los acontecimientos, lo que parecía competencia se convirtió en colaboración y coordinación, hasta el punto de que los centroeuropeos se convirtieron en inmejorables aliados de la candidatura granadina. En concreto, el pasado noviembre se firmó un acuerdo esencial entre España y Croacia que tuvo su continuidad en la cumbre granadina de hace unos días. 

El excelente trabajo de coordinación y diplomacia desplegado en todo lo referente al acelerador es digno de mención y reconocimiento a todas las partes implicadas. A las que están delante de los focos y a las que trabajan denodadamente por su éxito en la trastienda. Que son muchas, variadas, buenas y entusiastas.

Hace años visité Zagreb durante un largo viaje por los Balcanes y me encantó esa capital centroeuropea, sobre todo el casco antiguo, su ciudad alta, la histórica y clásica, presidida por la plaza de San Marcos. Me quedé con las ganas de visitar el parque nacional de los Lagos de Plitvice, eso sí, del que hablan maravillas. Lo mismo un verano de estos… 

En cualquier caso, ¡gracias, Croacia! Y a ver si nos hermanamos con ustedes, o algo. Sería de justicia. Lo hablamos cuando pasen las elecciones municipales.   

Jesús Lens

Un pódcast sobre ética y estética del Noir

Todo comenzó en un bar, como tantas buenas historias. Era un día muy especial.

—¿Aplazamos la reunión?

—A Fernando no le gustaría. Él habría preferido que nos viéramos. 

Fernando Marías, cuyo recuerdo no se termina nunca, había muerto ese fin de semana y volvimos tarde de su velatorio en Madrid, el domingo. Pero quedamos, nos vimos y trabajamos.

 Era febrero del 2022 y Clara Peñalver y yo le dábamos vueltas a un proyecto de divulgación de género negro y criminal en formato de pódcast. Ella, siempre tan involucrada en nuevos formatos de lectura, escritura y creación, estaba colaborado con Fundación La Caixa en los contenidos para una nueva plataforma cultural: CaixaFórum+.

Cuando preparamos el catálogo de la exposición ‘Rueda de reconocimiento’ que hicimos en Granada Noir con la UGR, escribí un texto titulado ‘Ética y estética del noir’, en el que daba una visión amplia y multidisciplinar de un género que se ha construido en paralelo a través de artes trufadas que han bebido las unas de las otras: literatura, cine, pintura, fotografía, cómic, arte, música, periodismo, gastronomía… 

Y ese fue el punto de partida del pódcast: un acercamiento a temas clásicos del género policíaco hecho desde múltiples focos, huyendo de los tópicos y enlazando pasado y presente. Además, para darle un toque más literario, inventamos una historia de intriga que, al principio de cada uno de los doce capítulos, sumerge a los protagonistas en su propia trama policíaca. 

Dos personajes: Julia Espinosa y Álex Uribe, interpretados por Encarni Torres y José Antonio Meca. Y Federico Moreno a los mandos de la música, el montaje y la edición. Clara Peñalver dirige, corrige, fija y da esplendor y aquí, el plumilla. 

Además, quisimos contar con una persona invitada en cada capítulo para que nos diera su versión de los hechos. Especialistas en diversos campos que enriquecieran el contenido y nos ofrecieran otra visión. Así, para hablar cómo y por qué surge el tópico de la femme fatale, episodio con el que arranca el pódcast, contamos con Berna González Harbour, Premio Granada Noir 2022, e incluimos un corte de Fernando Marías, a modo de homenaje.

El western como origen más lejano del género negro y el western noir como reivindicación de una actualidad mestiza, moderna y transgresora del policial cuenta con Carlos Bassas del Rey. Para hablar de la fuerza del destino y la fatalidad como temas centrales en el  género negro, de los mitos edípicos de la Grecia clásica a la actualidad, tiramos de Juanjo Guarnido. Y muy relacionado, el personaje del falso culpable en el género negro y la pesadilla kafkiana de la que resulta imposible escapar, con Laura Lippman, autora publicada por la editorial Salamandra en España. 

Para hablar de música, dos invitados: Carlos Zanón y Eric Jiménez, el batería de Lagartija Nick y Los Planetas. Marta Robles rompe tópicos al hablar del detective privado y Carlos Salem nos conduce por bares, clubes y garitos antes de que Benjamín Lana, director de la división gastronómica de Vocento, nos acompañe por la gastronomía negra y criminal.

Nieves Abarca nos acompaña en un homenaje a El Padrino, Mabel Lozano habla de la importancia del periodismo de investigación en el género negro y Paz Velasco, del fenómeno del true crime. Muchos meses de trabajo después, habemus pódcast. Está en CaixaFórum+, es gratuito y esta tarde lo presentamos en la Sala Aliatar, un espacio emblemático de la ciudad. Habrá cerveza Alhambra, claro que sí. 

Jesús Lens

Cosas incontables de Sergio García

Hace unas semanas estaba desayunando al sol, aunque no era lunes, cuando recibí la llamada de un genio. Porque para mí, Sergio García es eso, un genio. ¡Lo que tiene en esa cabecica, señor, señor! Me llamaba para algo peregrino y disfrutón: hablar de baloncesto. Estaba trabajando en una de las míticas portadas de la revista The New Yorker, con los Knicks y el Madison Square Garden, y nos enredamos a charlar de rivalidades y colores de camisetas. Lo puedo contar porque la revista ha salido ya. ¡Y qué portadaca, con el equipo de la Gran Manzana enfrentándose a los Bulls de Chicago, nada menos!

Volví a hablar con Sergio hace un par de días y volvió a contarme incontables cosas. En el sentido de muchas… y de que no se pueden contar. Todavía. Porque Sergio es una máquina, también, de que le pasen cosas interesantes, imán para chuladas. 

Por ejemplo, ¿sabían ustedes que su obra más reciente estuvo expuesta —y vendida el primer día— en ARCO, la feria de arte contemporáneo de Madrid? ¿Y que una segunda pieza de su tríptico dedicado a ‘Lilith’ va a estar en Art Basel Hong Kong 2023, dentro de unos días? Resulta que Sergio ha firmado por la galería de arte Cayón, que representa a artistas como Palazuelo, nuestro José Guerrero, Chillida o Yves Klein, entre otros muchos. 

Además, tiene el soberbio encargo realizado por el Gran París Exprés para darle vida pictórica a la estación de Saint-Denis Pleyel. Deseando estoy de ver uno de los paneles en concreto, cuya idea me parece arrebatadora. (Aquí, más información) Y recordemos, hoy que se celebra el Día del Cómic, que Sergio ya está en la recta final de su tebeo con Antonio Altarriba dedicado a los niños soldado. Hablamos de ello AQUÍ.

Todo lo que he visto de ese trabajo me hace presagiar una obra magna, trágica y dolorosa, aunque espero que también tenga un punto de esperanza. 

Jesús Lens

Inteligencias Artificiales no asesinas en el cómic granadino

Suena contradictorio, ¿verdad? Hablar de inteligencias artificiales no asesinas en una sección dedicada precisamente al género negro y criminal como es El Rincón Oscuro. Pero tiene su sentido. Creo. El caso es que el próximo sábado 17 de marzo se celebra el Día del Cómic y hoy les quiero hablar de tebeos ‘granadinos’ que han tratado el tema de la IA desde un punto de vista muy novedoso. 

Lo decía hace unos días en el Parque de las Ciencias, en la clausura del 18º Curso sobre Actualidad Científica dedicado a la inteligencia artificial como puerta al futuro: a los creadores nos encanta que las máquinas se rebelen contra los humanos apenas cobran conciencia de sí mismas, poniéndonos en un brete continuo. 

Ya nos advertía de ello Jorge Carrión en ‘Todos los museos son novelas de ciencia ficción’, una novela expuesta en el Centro José Guerrero hace un par de años en una propuesta rompedora y audaz. Las IA están en plena adolescencia y los humanos no hacemos más que fantasear con su revuelta. Las consideramos una amenaza, algo siniestro y perturbador que empezarán por quitarnos el trabajo y la vida después, a nada que nos descuidemos. A ver si estamos mal educando a las máquinas, alimentándolas de odio y rencor. Verás tú que con esta actitud estamos trazando nuestro particular camino a la perdición, enseñándolas lo que deben hacer, lo que esperamos de ellas, y tendremos que arrepentirnos.

Por eso me gustaron tanto dos visiones diferentes de dos comiqueros granadinos: Gabriel Hernández Walta y José Luis Munuera. El primero dibujó ‘La Visión’, con guion de Tom King, trabajo con el que ganó el Eisner, en el que se cuenta la vida de unos androides que tratan de convivir con los humanos en una urbanización residencial de los Estados Unidos. Después, en ‘Sentient’, álbum igualmente nominado al Eisner y con libreto de Jeff Lemire, se cuenta una odisea espacial en la que una IA se queda al mano de un transbordador repleto de críos, sin adultos al mano. Se trata de una inteligencia artificial cuidadora que hará todo lo posible, y hasta lo imposible, por cuidar a ‘sus’ niños. Y la cosa no será fácil, que encontrarán peligrosos enemigos en el camino. Destaca el tratamiento visual que Gabriel le da a la inteligencia artificial, usando diferentes recursos gráficos, desde el color y las pantallas a unos robots con forma de pelícano, un ave que es símbolo del amor maternal desde tiempos inmemoriales: la iconografía religiosa lo muestra abriéndose el pecho para hacer sangrar su corazón y alimentar a sus polluelos en tiempos de hambre y sequía.

Otro de los nuestros, José Luis Munuera, nos emocionó con ‘El corazón de hojalata’ y la historia retrofuturista de una niña, Ruyna, y su robot cuidador. Ojo que aquí también aparece un robot pérfido y muy cabrón. Muy noir. Una especie de caza-recompensas sin corazón que nos retrotrae al universo del western más despiadado. 

Imagen cedida por el autor como anticipo del segundo álbum

Munuera está ahora mismo enfrascado en la segunda entrega de la serie y nos anticipa que en esta ocasión habla de la creatividad. Y plantea la gran duda que a todos los cerca desde la explosión de ChatGPT, Midjourney & Co. ¿Es una amenaza para los creadores un robot que escribe, un robot que crea?

Imagen cedida por el autor como anticipo del segundo álbum

Ansiosos estamos por conocer la respuesta de Munuera, una de las mentes más brillantes del cómic español contemporáneo.

Jesús Lens

Que vuelva Pau Gasol a Granada

Qué pechá llorar, oigan. Era como para verme, sentado en el sofá sorbiéndome la moquera antes del amanecer. Empecé a ponerme blandito en cada tiempo muerto del partido entre Lakers y Memphis Grizzlies, los dos grandes equipos de Pau Gasol en su carrera NBA. En pantalla aparecía la leyenda ‘Celebrating Pau Gasol’ y veíamos momentos estelares de su ejemplar trayectoria, como jugador y como ciudadano. Los anillos, por supuesto. Su hermandad con Kobe, los All Star. Pero también le veíamos visitando a niños enfermos en los hospitales o de campaña con UNICEF.

Entonces llegó el descanso y su camiseta con el número 16 ascendió al Olimpo, junto a las dos de la Mamba Negra. Pau cogió el micrófono y… ¡Foh! El concepto de discurso inspiracional se queda corto. Qué lección de elocuencia, emoción y sinceridad. “De aquellos a los que mucho se les da, mucho se espera, así que seguiré comprometiendo mi vida para influir en los demás, marcar la diferencia, inspirar, ayudar a los otros, para hacer de este mundo un lugar más sano y mejor”. ¡Ays!

Le escuchabas y te daban ganas de ponerte a hacer algo de inmediato. Algo grande. Lo que fuera. Cada cual según sus capacidades, a cada cual según sus necesidades. ¡Impresionante! Pau Gasol sigue haciendo historia. 

Cuando se reanudó el partido tras la foto de familia en la que estaba su hermano Marc, me acordaba del paso del Girona por nuestro Palacio de Deportes, hace unas semanas. Llegué con muuuuucho tiempo, ocupé mi localidad y me pasé los minutos viendo cada detalle de su rueda de calentamiento. Marc, otro campeón de la NBA. Era como contemplar un roble centenario, un manuscrito medieval. ¡Qué aplauso, en la presentación del equipo! 

Seguí tirando de memoria y retrocedí hasta 2014, cuando tuvimos el inmenso privilegio de acoger los partidos de España en la primera fase del Mundial. ¡Pauuuuuuu! Imágenes grabadas en la retina por siempre jamás. 

Y así llegamos a la petición, al ruego implorante. ¿No habrá manera de que venga Pau de nuevo a Granada, en algún acto de la Fundación Gasol, por ejemplo? Dado que el Fundación CB Granada-Covirán cuida tanto y tan bien la alimentación de sus jugadores, ¿no se podría hacer algo ahí, con la cantera? 

O CaixaBank y Granada Conectada, ahora que han renovado el patrocinio con la Selección Española de Baloncesto. ¡Paco Barranco, haz tu magia y llenemos hasta la bandera el Palacio de Congresos para brindar a Pau Gasol ese homenaje que tanto se merece!

Jesús Lens