‘As bestas’, el rural noir más descarnado

El género negro está aparejado a ambientes urbanos desde hace un siglo, cuando los maestros estadounidenses nos contaron las guerras de bandas, la corrupción y el gangsterismo de ciudades como Chicago, Boston, Nueva York o Los Ángeles. En sociedades como la española, sin embargo, mucho más rurales, los problemas de lindes, aguas y atávicas enemistades entre familias han estado a la orden del día y han generado innumerables derramamientos de sangre. Además, en el campo hay más armas, de fuego y convencionales, que en las ciudades, por lo que es más fácil que, al calor de una discusión, una escopeta, un hacha o un azadón hagan su trágica aparición en escena.

Lo hemos podido comprobar en ‘As bestas’, la película más reciente de Rodrigo Sorogoyen de la que todo el mundo habla. No les voy a contar nada de una trama que tiene mucho de western noir y que comienza en un bar de pueblo. De aldea, en realidad. Los saloones del Lejano Oeste tenían más glamour. Pero en esta película, todo está despojado, reducido a su mínima expresión. Porque lo que importa no son los paisajes, sino los paisanajes. 

Un forastero ha llegado a la aldea. El francés. Por cierto que, si les ha gustado la interpretación del gran (en todos los sentidos), busquen ‘Custodia compartida’, de Xavier Legrand. ¡Impresionante! Antoine y Olga han llegado a una pequeña localidad gallega para cultivar su huerta, vender sus productos en los mercadillos y rehabilitar algunas viviendas. Pero algo pasa, porque su presencia no es bien acogida por los Anta: los hermanos Xan y Loren, como veremos desde el arranque de la película, un perfecto ejemplo de comienzo in medias res.

El trabajo actoral es soberbio. El elenco está unánimemente impresionante. Sobresale, claro, esa bestia parda que es Luis Zahera, uno de los pocos actores españoles contemporáneos que pueden presumir de ser un género en sí mismos. Marina Foïs, igualmente espectacular, está mucho más contenida, aunque Marie Colomb, su hija en la ficción, pueda llegar a tensionarla en algún momento. Y ojo a Diego Arnido, que desde lo del caballo…

‘As bestas’ es una película discursiva de cocción lenta en la que las palabras, los gestos y las miradas son clave. Y los detalles. Los franceses, por ejemplo, viven en lo alto de una cuesta. Sus vecinos siempre quedan por debajo de ellos, física y metafóricamente. De los forasteros vemos el mimo en el cuidado de la huerta, en el interior de su vivienda, en su relación de pareja. Sin lujos, han construido un hogar. A los nativos solo les vemos con sus vacas, en el corral, acarreando mierda. Esa mierda que está en la base de un diálogo que ya forma parte, por derecho propio, de la historia de nuestro cine.    

Una película de tesis. Y antítesis. Una película en la que todos los personajes tienen sus razones, sin que ninguno de ellos tenga por qué tener necesariamente la razón. Incluido el sobrino. 

Corría el riesgo Sorogoyen de deslizarse por una peligrosa pendiente que oscilara entre ‘Perros de paja’ y ‘Deliverance’. Que están ahí, como marco referencial para los cinéfilos, pero nada más. ¡Y nada menos!

‘As bestas’ habla de algunos de los problemas de la España contemporánea a la vez que conecta con la España negra que, desde los tiempos de Goya y Gutiérrez Solana, nos acompaña como la sombra de Caín. Imprescindible. 

Jesús Lens

Para espolear la curiosidad

Ayer por la mañana estuve en el Caixa Fórum. Vestido con un chándal viejo y calzado con pantuflas, ‘desarreglao’ a la par que informal, me asomé a www.caixaforumplus.org y me pasé el resto de la mañana bicheando y curioseando entre su ingente cantidad de contenidos. 

Tras cuatro años de desarrollo técnico, la plataforma de divulgación cultural y científica de Fundación La Caixa ha nacido con 1000 piezas de contenido que conforman 600 horas de visualización y escucha. Hay piezas que te llevan dos minutos nada más y entrevistas en profundidad de hasta diez horas. Ojocuidao ahí. 

Les confieso que llevaba meses esperando este momento. En concreto, desde que Clara Peñalver me citara una fría mañana de enero para hacerme una de esas propuestas que no se pueden rechazar: la creación de un podcast sobre sobre el género negro para una plataforma de contenidos audiovisuales que estaba impulsando Fundación La Caixa. 

Ella estaba ya trabajando ya en uno sobre música y pensamos que una producción transversal sobre iconos del noir que tocara diferentes aspectos del género, combinando literatura, cine, música, cómic, ciencia y gastronomía; podía encajar en la filosofía de Caixa Forum Plus. Con su toque de intriga, claro.  

Estuvimos trabajando toda la primavera y el verano en ello. Aún no está disponible en la plataforma, que irá estrenando contenido nuevo cada semana, pero les confieso que tengo las pulsaciones disparadas a la vista de la salvajada de programación y la impresionante nómina de nombres que hay ahí dentro. 

Me di de alta mientras escuchaba a Elisa Durán explicar la filosofía con que nace Caixa Fórum Plus y empecé a navegar mientras escuchaba el sugerente Canto de la Sibilia de María Arnal, acompañada de un coro de voces creado por una inteligencia artificial, fusionando una música ancestral, mítica y telúrica con las tecnologías más vanguardistas. 

Hablamos de una ventana abierta a la difusión cultural y científica que busca espolear la curiosidad, como dijo uno de los invitados a la presentación. Por ejemplo, lo que se oculta tras algunas de las fotos más icónicas de la historia de la ciencia, del famoso rostro de Albert Einstein a la huella del hombre sobre la superficie de la luna. 

Lo primero que voy a escuchar son los ‘Ecos’ de Jorge Carrión y, por supuesto, me iré con la música a otra parte para visitar ‘La Alhambra sonora’ que, efectivamente, los viajes son fuente de inspiración. Les dejo, que 600 horas de contenido son mucha tela y se me está haciendo tarde.

Jesús Lens

La importancia de tu nombre

Clara Peñalver ha vuelto. A la novela negra, quiero decir, que ella siempre ha estado, está ahí. Acaba de publicar ‘La importancia de tu nombre’ en Ediciones B, un noir canónico, y es candidata al Premio Andalucía de la Crítica. Además, si hoy es martes y 13, hoy se presenta en sociedad un nuevo proyecto que ya es realidad y en el que la ubicua escritora desempeña un papel esencial.

Vayamos por partes. ‘La importancia de tu nombre’ es una novela de intriga psicológica en la que Clara Peñalver enreda a sus protagonistas en un siniestro juego de chantajes y amenazas que agarra al lector por las solapas desde el primer capítulo y ya no le suelta hasta el sorprendente final. 

“Primero, un presente inesperado”. Arranquemos por ahí, que es por donde Clara inicia su novela. O casi. ¿A qué presente se refiere la autora? Como el primer capítulo se titula “Tiempo. Se acabó el tiempo”, parece que hace referencia al aquí y al ahora. ¿Pero y si ese ‘presente’ se refiriera a un regalo? ¿Y si el regalo fuera envenenado?

“El primer día del fin de mi vida, tal y como la conocía hasta ese momento, me quedé dormida”. Sigue juguetona, la autora. Lo previsible es que un día tan importante estuviera presidido por los nervios, la angustia y la tensión desde antes del amanecer. Y, sin embargo…

Ya desde ese principio vamos a conocer a dos de los personajes fundamentales de la novela: Elena, prestigiosa psicóloga y protagonista absoluta; y Tadea, su hija. Se trata de una adolescente no especialmente problemática, pero adolescente al fin y al cabo. La relación madre-hija desempeña un papel importante en la trama de la novela, que también es una reflexión sobre la maternidad.  

Como buena novela negra que va al grano, la acción no tarda en arrancar: Elena ha recibido unos misteriosos anónimos, firmados por un enigmático E, que la instan a participar en un juego cuyas reglas aún no están dadas, pero que apunta a siniestro. Y cruel. Elena no sabe qué hacer. ¿Será una broma de mal, de pésimo gusto?

No les cuento nada más sobre el fondo. Déjenme que les hable de la forma: Clara ha optado por un estilo austero y despojado, sin apenas descripciones. Prima la acción. Los títulos de los capítulos son pequeños fragmentos del propio texto que los conforman, por lo que el lector puede jugar a anticipar qué pasará. Además, Clara deja adelantos de lo que irá aconteciendo en el futuro inmediato. Porque lo importante es siempre el por qué, el cómo y de qué manera. El qué está sobrevalorado.

El escenario: el barrio de Salamanca de Madrid. Un ambiente pijo que le va perfectamente a la trama. Hay secundarios de lujo, como Silvio, el asistente de Elena, del que tampoco les cuento más. Y amigas. Buenas y menos buenas. 

¿Alguna vez le han ‘obligado’ a participar en un juego que no era su gusto, estimado lector? Póngase en manos de Clara Peñalver y disfrute de ‘La importancia de tu nombre’ mientras sufre con y por Elena, que hay mucho de Patricia Highsmith en esta novela. Y de todo ello hablaremos esta tarde en Librería Picasso, en la última reunión formal de este intenso año del Club de Lectura y Cine de Granada Noir. ¡Esos Adictos al crimen!   

Me dejo en el tintero lo del proyecto de Clara que se presenta hoy para recomendarles, también, la lectura de ‘El sueño del cíclope’, de Jerónimo Andreu, que se ha alzado con el III Premio Paco Camarasa de Novela Negra.

Es otro novelón. Ya lo comentaremos.

Jesús Lens      

No olvidemos al sector primario

Hagamos un alto en el camino tecnológico. Pero antes, aviso a navegantes: empiezo a leer con preocupación creciente cómo se habla de que “ya nos han dado el acelerador de partículas” para justificar el fIAsco AESIA. Y al margen de no ser proyectos excluyentes, es básico recordar que nadie le “ha dado” el IFMIF-DONES a Granada. Se trata de un proyecto internacional surgido en la UGR y trabajado a pico y pala desde el ámbito universitario al que poco a poco se han ido sumando las instituciones. Así que ojito con dejar que nos cambien el relato para hablar del proyecto de Escúzar como un regalo, una donación de su Graciosa Majestad. Ha habido ahí un ingente trabajo sordo de lustros como para que ahora se utilice de excusa, de coartada para penalizarnos a la hora de financiar otros proyectos científicos y tecnológicos en nuestra provincia.

Pero yo quería hablarles hoy de una noticia del IDEAL de ayer. Página 18 dedicada a las informaciones regionales. “El sector agroalimentario se afianza como motor de la economía andaluza”. El reguero de datos es muy revelador, empezando por los 275.000 empleos que genera el sector en la comunidad y terminando por los 3,5 millones de hectáreas cultivadas. Y creciendo. De ellas, un millón están dedicadas a regadío, la mayor superficie del conjunto nacional.

Andalucía es una de las grandes despensas de España y de buena parte de Europa, que los porcentajes para la exportación son enormes. De vez en cuando hay que pararse y ver de dónde venimos para saber hacia dónde queremos ir. La transferencia tecnológica hacia las labores de la agroindustria es vital para nuestra economía. Y las inversiones. ¿Recordamos Rules aquí? Porque las infraestructuras importan. Sobre todo, las relacionadas con el agua y la electricidad.

Otro aspecto relevante al que prestamos menos atención de la debida: poco se habla del I+D+i aplicado al sector primario. Lo que me recuerda que tengo pendiente una visita a la Cooperativa La Palma de Carchuna, todo un modelo en vanguardia, tecnificación y gestión. ¿Y la Inteligencia Artificial aplicada a la agricultura, ganadería y pesca? ¿Cómo funcionará y qué aplicaciones tendrá? Importante prestarle atención a todo ello.

Estos días de lluvia incesante y nieve en la Sierra son una gozada, pero no olvidemos los riesgos del cambio climático y la amenaza que supone para la primera de nuestras industrias. La que más y mejor nos da de comer.

Jesús Lens

¡Porque yo lo valgo!

Hablaba con un amigo que conoce bien todas las canchas de baloncesto de España y me decía que le sorprendió sobremanera la actitud del público en el último partido disputado en el Palacio de los Deportes. Jugaba el Covirán contra el Breogán. Íbamos ganando. Se achuchó la diferencia y la gente, en vez de gritar y animar; empezó con un extraño runrún de decepción o algo parecido. Como si ganar cómodamente fuera lo más natural del mundo. Fácil y sencillo. Como si fuera una obligación del equipo, recién ascendido a la ACB.

Le quité hierro al asunto, pero me quedé dándole vueltas. Y me acordé de lo que contaba Antonio Jara sobre la candidatura granadina a los Mundiales de Esquí. La primera vez, la gente del entorno le decía que no había nada de lo que preocuparse. Que era una candidatura imbatible. Que la conjunción de nieve, mar y Alhambra, tan bonica ella, se lo llevaba de calle. Epic fail! Fracaso total. Para la siguiente, se asesoró en condiciones y se puso en manos de un equipo que sabía de verdad cómo se consiguen esas cosas. Se arremangaron y trabajaron de firme, todos los implicados a una. 

En Granada tenemos una extraña tendencia a la autocomplacencia. Al convencimiento de que nos merecemos las cosas porque sí. ¡Porque yo lo valgo! Y nos confiamos. Nos abandonamos. Dejamos de animar y empezamos a exigir. Apenas las cosas van bien, comenzamos a escatimar, pensando que ahorramos. 

Siempre me ha gustado un proverbio de la ancestral sabiduría africana: “si quieres ir rápido, camina solo. Si quieres llegar lejos, ve acompañado”. Como fondista que he sido, creo en el trabajo en común, en la constancia, la complicidad y las alianzas duraderas. Como decía Robert De Niro en la película ‘Ronin’, “O eres parte del problema o de la solución. Si no, eres parte del paisaje”. Hoy hay básket. ¡Menos actitud contemplativa y a empujar! 

Jesús Lens