Mucho se va a hablar en los próximos días, y esperemos que durante muchas semanas, sobre esa ‘gran familia’ que es el CB Granada-Covirán. Vaya por delante que, a la hora de hablar de familia en sentido amplio y metafórico, estoy muy condicionado por los Corleone, la Familia por antonomasia, cuyas ofertas resultaban tan difíciles de rechazar.
A la vista del partido del pasado sábado, estoy convencido de que el equipo ascenderá a la ACB, pero mejor ser cautos, como Pin, y no caer en el efecto ‘Pulp Fiction’ que denunciaba el Sr. Lobo: autosatisfacernos lúbricamente antes de tiempo.
El CB Granada-Covirán es una gran familia, efectivamente. No hay más que ver los rostros de todas las personas que, rigurosamente ataviadas con chaqueta y corbata mientras los demás vamos en camiseta, ocupan su lugar en el banquillo y en la mesa de anotadores desde hace años y años. Todos ellos son felizmente los mismos.
Pero ojo con dejarnos llevar por el sentimentalismo facilón: por encima de todo, son unos PROFESIONALES como la copa de un pino. Lo que empezó como una quimera entre amigos, como un desafío que iba más allá de la lógica mercantil imperante en el deporte profesional, se ha convertido en uno de los proyectos más sólidos y mejor acabados de Granada. Óscar Fernández Arenas terminará dando charlas en escuelas de negocio. Y si no, al tiempo.
“Cuando llego a la oficina, todos estos ya se han visto mil vídeos de los jugadores”, me decía Óscar hace un par de veranos, mientras se negociaban los fichajes. Era un “todos estos” amplio e integrador, refiriéndose a los trabajadores del club, comprometidos con el equipo hasta el infinito y más allá.
El CB, por supuesto, ha pasado por malos momentos y se ha llevado algunas decepciones. Faltaría más. Tras cada derrota, siempre había voces que exigían cambios. ¡Hay que cambiar de pívot! ¡Hay que traer a fulanito! ¡Hay que traspasar a menganito, que ya está acabado! Y, un clásico: Pin no da la talla como entrenador. ¡Hay que tenerlos como melones para sostener semejante mamarrachada, cuando Pablo ha llevado al equipo a llamar a las puertas de la ACB!
Habrán reparado en que siempre que escribo CB Granada le añado el ‘Covirán’. Más que un patrocinio, es un binomio perfecto y así hay que destacarlo y reconocerlo. Porque los buenos proyectos y la mejor gestión, si no hay pasta de por medio, no pueden seguir creciendo.
Jesús Lens