Hoy, cuando salí para ir a comprar la prensa y desayunar, no solo llovía sino que hacía un frío bastante desagradable.
Al acercarme a la cafetería, vi que había un gran revuelo de gente, en mitad de la calle.
Chafardero, curioso y metomentodo como soy, me acerqué a ver qué pasaba para encontrar que, en mitad del grupo de gente, había un tipo tirado en el suelo. Pensé en un resbalón o algo por estilo, pero cuando levantó la mirada, le descubrí la cara partida y la nariz rota, chorreando de sangre.
– Es que iba provocando – se justificaba otro de los tipos que protagonizaban aquel mogollón, mientras se masajeaba los nudillos de su mano derecha con la palma de la izquierda.
No tenía pinta de provocador el muchacho de la nariz rota, precisamente, tan bien vestido y repeinado.
– ¿Cómo que provocando? – decía otra persona. ¡Si Luis Felipe es de natural pacífico, tranquilo y sosegado y nunca ha tenido ninguna bronca o pelea con nadie!
– ¿Y a quién le importa todo eso? El caso es que iba sonriendo.
– ¿Y?
– Que le pregunté por esa sonrisa y me dijo, sencillamente, que era feliz.
Jesús lluvioso Lens
¿Estábamos tan sarcásticos en anteriores 28 de abril? 2008, 2009, 2010 y 2011.