Barajo ahora mismo varios proyectos, ideas y propuestas. De cine, de música, literarias, pictóricos, gastronómicos, culturales… pero en cuanto empiezo a pensar en ponerme manos a la obra, me atenaza y me paraliza la misma duda: ¿para qué?
¿Tiene sentido?
La experiencia del pasado martes, más de 170 personas viendo «Las uvas de la ira» y, después, participando del coloquio que mantuvimos Luis González, Fernando Marías y yo así parece acreditarlo. Que sí. Que hay ganas. E interés. Que se pueden hacer cosas. Que se deben hacer. Que somos como los tiburones. Que, o seguimos nadando, o nos ahogamos.
Y por eso, esta tarde dudaba entre pasármela escribiendo o meterme un maratón de cine coreano de gángsters. Y que salga el sol por Antequera.
Al final, me dormí un par de horas y estuve leyendo. «Herejes», de Leonardo Padura. Un libro que te provoca ganas de conocer la pintura de Rembrandt. Y vuelta a empezar.
En fin. Que por ideas no será.
Después, ya veremos. Porque ya sabemos que, como sostiene mi querido Colin, «Tener ideas es el paraíso. Ejecutarlas es un infierno».
Y ahora… ¡SEGUIMOS!
Jesús Lens Desbordado.
En Twitter: @Jesus_Lens