¡De qué forma más desabrida, áspera y brutal comienza la serie «Roma criminal», recién estrenada en Canal +!
Estamos en la Magliana, un barrio de la ciudad de Roma, en los años noventa. Tres jóvenes, poco menos que unos postadolescentes, están pateando cruel y despiadadamente a un tipo que, sangrando, se arrastra por el suelo. El motivo es lo de menos. En un momento dado, el agredido consigue escupir e incrustar un lapo sanguinolento en la bota de uno de sus agresores. Éste le vuelve a patear la cara, aún más fuerte. La violencia es seca y sorda. Nada de brillantes coreografías y de música de atrezzo. No. Violencia sin máscaras ni artificios. A lo bestia. En crudo. Sin glamour de ningún tipo.
Tras recibir una llamada telefónica y dejar al hombre tumbado en el suelo, semiinconsciente, los chavales se marchan. Vemos cómo el tipo consigue levantarse y, a duras penas, recomponer su figura, echándose agua en la cabeza. Comienza a caminar y va en busca de los chavales, que están tomando una cerveza a la terraza de un bar. Saca una pistola y dispara a uno de ellos en la rodilla. Los demás salen huyendo, aterrorizados. El hombre se acerca al muchacho herido y sólo le dice una cosa, antes de rematarlo de un tiro: «Yo pertenecí a la banda del Libanés».
Y la acción retrocede hasta unos convulsos años setenta, repletos de manifestaciones, represión, secuestros y violencia política en la calle. Y, en mitad, la violencia delincuencial de unos chavales jóvenes, muy jóvenes: el llamado «Libanés» y sus amigos, con el Dandy a la cabeza. Más adelante se aliarán con la banda de «El Frío», y conoceremos a «El Terrible» y a «El Sardo».
Y ya tenemos los ingredientes para una historia que, precisamente en su acendrado realismo, va a tener uno de sus puntos más fuertes. Porque la recreación de esos complicados años 70 está perfectamente conseguida, con los protagonistas fumando como carreteros y esos pisos de Roma, esas Mammas sufrientes y esos tugurios infectos en que los amigos instalan una especie de oficina improvisada desde la que planear sus atracos.
¿Estamos, pues, ante otra historia de la Mafia? Sí. Aunque con unas características especiales. Porque, como dicen los personajes, Roma no es Sicilia ni es Nápoles. Roma no quiere dueños. Por tanto, estamos ante una historia más parecida a «Uno de los nuestros» que a la saga de «El Padrino», por ejemplo.
Y con ribetes de esa serie de culto que es «The wire», no en vano, tanto policías como ladrones parece que van a tener una importancia parecida. Y que la serie, como ocurre con el reverenciado clásico de la HBO, va a apostar por la humanización tanto de unos como de otros.
Una serie basada en la novela «Romanzo Criminale» escrita por el juez Giancarlo de Cataldo, que desde su publicación en 2002 ha vendido más de 350.000 ejemplares en Italia y que ya fue adaptada al cine por Michele Placido en 2005, cosechando ocho premios David de Donatello. Una comprometida obra literaria que, en España, está publicando Roca Editorial.
«Roma criminal», una serie cuyo arranque ha sido inmejorable y, por tanto, que conviene seguir, muy, muy de cerca.
Jesús Lens Espinosa de los Monteros.