Están tomadas en la ciudad de San Louis, una de las más bonitas, atractivas y elegantes que he conocido en África.
Habíamos llegado al barrio de los pescadores, gente orgullosa a la que no gusta que fotografíen. Nos bajamos de la calesa y comenzamos a andurrear por la zona, intentando que la peste a pescado no nos marease en exceso, confraternizando con los lugareños.
Nos acercamos a un grupo de mujeres y, cuando les pedimos permiso para retratarlas, empezaron a señalar a una de las niñas, entre risas y cachondeo.
Resultó que la niña estaba mellada y le daba vergüenza mostrar sus piños. Así que posaba para las fotos, pero cuidándose muy mucho de abrir la boca. Se mostraba tímida, insegura y avergonzada.
Hasta que, bromas van y bromas vienen, risas y charla; la pequeñuela se relajó y sonrió como sólo los críos inocentes pueden sonreír.
Y por eso me gusta tanto esta breve secuencia de imágenes.
Jesús Lens.