¿Conocéis esa sensación que te embarga justo antes de iniciar un largo viaje? ¿La habéis experimentado? ¿La compartís?
O lo mismo son cosas mías.
Antes de salir de viaje, me embarga una sensación compuesta por una mezcla de pereza y nostalgia, a partes más o menos iguales.
Me da pereza revisar la documentación, los billetes, el pasaporte… me da pereza hacer el equipaje. Y me cuesta cambiar el chip, ponerme en situación, hacerme a la idea de que se acabó la rutina de todos los días. Se me hace extraño limpiar las lentes de las gafas, preparándolas para apreciar nítidamente los paisajes, rostros y colores, que están por venir, cuando me apresto a partir.
Y, claro, siento nostalgia de mi hogar, de mi entorno, de mi gente; antes de salir de viaje.
Antes del primer paso, echo de menos mis rutinas. Miro la cartelera del cine, apenándome por las películas o los conciertos que no voy a ver. Sueño con los partidos de baloncesto que me perderé y por las carreras que no correré. Añoro los cafés, las comidas con los colegas y las cañas con los amigos. Me fastidia no leer mi periódico por la mañana o apagar la lamparita de la mesilla, justo antes de dormir.
El sólo una sensación. De pereza, de nostalgia.
Porque, a mí, me encanta viajar…
Y no sé si todo esto tiene su punto de lógica y si a vosotros os ocurre algo tan sólo parecido…
Jesús Lens, ¿a punto?
PD.- No. No es ese tipo de viaje…
Comentarios
10 respuestas a «SÓLO UNA SENSACIÓN»
Que dificil es para mi, darte una sensación. Grandes viajes? y por cuanto tiempo? Y la razones?
Unos cuantos viajes, grandes para aquellos años, fueron «para no mirar atras» ni acordarse.
Sí, ocurre todo eso..pero compensa. Nada como ver por primera vez una ciudad nueva, un paisaje, gentes con otras costumbres. Vaya una cosa por la otra…
inercia.
(Del lat. inertĭa).
Tal vez tenga una explicación meramente física:
INERCIA:
1. f. Mec. Propiedad de los cuerpos de no modificar su estado de reposo o movimiento si no es por la acción de una fuerza.
2. f. Rutina, desidia.
Saludos viajeros!!
Caí, entro a este trapo tras unas largas jornadas de tecleo técnico sin respiro.
Pues, aunque reconozco que alguna vez he podido sentir algo parecido hacia alguna cuestión enormemente gratificante de mi cotidianeidad, la verdad es que a mí me puede la emoción, la excitación. Antes de salir no doy pie con bola en eso de meter y sacar cosas de la maleta, en preguntarme cómo será aquello, las gentes que conoceré, los lugares… para nada me ronda la cabeza la falta de prensa diaria, los amigos que se quedan «aparcados» durante una temporada, o la nostalgia de oír las campanas de la catedral. Para nada.
Posiblemente, amigo Jesús, es que tu cotidianeidad está repleta de cosas que te satisfacen enormemente (la mía, no tanto). Enhorabuena por ello, es una sensación que dice mucho bueno de ti.
Por cierto ¿a dónde? ¿o es simplemente un planteamiento de viaje vital tras la metamorfosis? Bicos
Venga ya… Jesús… ¡Bienvenido, hombre!
Claro que si Cuate, a mi me ocurre lo mismo que a ti. Y tambien lo mismo que a Silviña, esa excitación, esos nervios en la barriga, proporcionales a las ganas de visitar cierto lugar. Son sensaciones únicas, paridas para lo que se avecina. Es el comienzo del viaje
Esa nostalgia la sentía cuando vivía fuera y no volvía hasta mucho tiempo después.
¿Te mudas Jesús? Dices:no, no es ese tipo de viajes…
Como uno de los «motores» de mi vida son los viajes (grandes y pequeños) siempre intento tener alguno planificado para soñarlo, prepararlo, saborearlo, subrayar el Lonely Planet mmmm!! La nostalgia de lo que dejo casi se reduce a MI cama.Y la parte chunga, la «neura» de hacer la maleta, que a pesar de las vueltas que he dado, siempre me produce estrés, pero a la vuelta compensa lo que saco de ella!
Anda, danos envidia y dinos do vas, caballero?
Buen viaje amigo
[…] bien este centro porque ya estamos aquí. Tras los nervios y la pereza mezclada con nostalgia que AYER reseñábamos, ¡ja sóc […]