2015 serán 365 momentos

No me acuerdo de la primera vez que utilicé dicha expresión, pero cada día estoy más convencido de su certeza: la vida son momentos. La vida no son años, meses, semanas ni días. La vida son momentos. Lo demás, es tiempo muerto.

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Ya os he presentado uno de mis planes para el 2015: volver a ver 25 películas que, alguna vez, fueron importantes para mí. ¡Seguro que ese proyecto me va a deparar Momentos! Muchos, intensos. La mayoría, buenos. Algunos, seguramente que decepcionantes.

Pero Momentos, al fin y al cabo.

Y de eso va el segundo proyecto para el 2015 (*): de elegir un Momento de cada día y compartirlo. No tiene que ser, por supuesto, nada especial ni espectacular. Una película, una charla, una tapa, una lectura, un artículo, una visión, un vistazo, un sueño, una idea, un encuentro, un desencuentro…

Momentos.

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Estas cosas, que parecen sencillas, luego se convierten en muy complicadas. En obligaciones que cuesta trabajo, tiempo y esfuerzo ir cumplimentando.

¡Por eso son propósitos, planes y proyectos!

Porque luego, es posible que no se materialicen en nada. O se queden incompletos. O, peor aún, es posible que terminen resultando aburridos, decepcionantes, cansinos, reiterativos…

No lo sé.

La celebración diaria de alguien vinculado con el cine empezó por gustarme un montón, pero luego me vine abajo. Y es otro tema que me gustaría recuperar.

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Pero no nos pasemos. De momento, vamos a quedarnos con los Momentos del Día.

Y a ver por dónde nos llevan.

(*) El primero de los proyectos es volver a ver 25 películas, que están aquí detalladas, y hablar de ello. Contarlo, o sea.

Jesús Lens

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¿Estará 2015 a la altura?

Lo normal, cuando llegan los últimos días del año, su noche más larga y el sorteo de la Lotería de Navidad, es pararse y mirar atrás, con o sin ira. Detenerse y reflexionar sobre el año que se nos va. Hacer las listas con lo mejor de los últimos 365 días, para ayudar a fijarlo en la memoria y el recuerdo: los mejores libros, las mejores películas, los conciertos más interesantes… y otras listas más mundanas, pero igualmente importantes: las mejores tapas, las mejores carreras, las mejores visitas…

2015

Sin embargo y llegados a este punto, el cuerpo no me pide hacer nada de todo ello. El cuerpo, lo que me pide, es saltar de cabeza al 2015 y sumergirme entre las afiladas hojas de su calendario. Y no porque crea, como Rajoy, que la Crisis ya es historia, ni mucho menos. De hecho, los próximos doce meses me inspiran respeto. Y temor. Un temor reverencial. Pero, como si estuviéramos a punto de subirnos en una montaña rusa, de lo que no cabe la menor duda es que van a resultar doce meses repletos de adrenalina, velocidad y vértigo.

 

2015 va a ser un año brutal.

 

Comenzando por la doble y apasionante cita electoral: en clave municipal, antes de verano; y en clave general, antes de las próximas Navidades. Siguiendo por la cuestión de las infraestructuras que, por fin, van a situar a Granada en el mapa ferroviario y automovilístico de este país. 2015 debe ser el año en que el Parque Tecnológico de la Salud se llene de vida y en el que el Centro Lorca abra sus puertas para convertirse en lugar lorquiano de referencia. En 2015 veremos en qué se traduce la designación de Granada como Ciudad de la Literatura de la UNESCO y, por fin, llegará la famosa Universiada, que nos permitirá disfrutar del hipnótico curling, en vivo y en directo.

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Pero más allá de puntuales acontecimientos, me asomo al principio de 2015 como a uno de esos años en los que todo vuelve a empezar. Uno de esos años fundacionales a los que se llega como se llega a la taquilla del cine cuando te han prometido una película importante: no sabes si el filme que está por empezar terminará siendo decepcionante, demasiado parecido a otros muchos ya vistos anteriormente; o si nos traerá algo realmente  diferente, sorprendente y desconocido.

 

Por no saber, ni si quiera sabemos si el guion de 2015 viene en clave de comedia o de drama. O si, de acuerdo con los vaticinios de algunos agoreros, será una película de puro terror, repleta de pesadillas, psicópatas y desmembramientos.

Momento

2014 ya es historia. Una historia que sirve como trampolín de lanzamiento a un 2015 que sí puede ser histórico. Han sido muchos años escuchando aquello de que no era una época de cambios, sino un cambio de época. Hasta ahora, ese cambio ha sido un bluff. Lo que ahora está por ver es si 2015 termina estando a la altura de las expectativas. La respuesta, en un año. Aproximadamente.

 

Jesús Lens

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