No olvidemos al sector primario

Hagamos un alto en el camino tecnológico. Pero antes, aviso a navegantes: empiezo a leer con preocupación creciente cómo se habla de que “ya nos han dado el acelerador de partículas” para justificar el fIAsco AESIA. Y al margen de no ser proyectos excluyentes, es básico recordar que nadie le “ha dado” el IFMIF-DONES a Granada. Se trata de un proyecto internacional surgido en la UGR y trabajado a pico y pala desde el ámbito universitario al que poco a poco se han ido sumando las instituciones. Así que ojito con dejar que nos cambien el relato para hablar del proyecto de Escúzar como un regalo, una donación de su Graciosa Majestad. Ha habido ahí un ingente trabajo sordo de lustros como para que ahora se utilice de excusa, de coartada para penalizarnos a la hora de financiar otros proyectos científicos y tecnológicos en nuestra provincia.

Pero yo quería hablarles hoy de una noticia del IDEAL de ayer. Página 18 dedicada a las informaciones regionales. “El sector agroalimentario se afianza como motor de la economía andaluza”. El reguero de datos es muy revelador, empezando por los 275.000 empleos que genera el sector en la comunidad y terminando por los 3,5 millones de hectáreas cultivadas. Y creciendo. De ellas, un millón están dedicadas a regadío, la mayor superficie del conjunto nacional.

Andalucía es una de las grandes despensas de España y de buena parte de Europa, que los porcentajes para la exportación son enormes. De vez en cuando hay que pararse y ver de dónde venimos para saber hacia dónde queremos ir. La transferencia tecnológica hacia las labores de la agroindustria es vital para nuestra economía. Y las inversiones. ¿Recordamos Rules aquí? Porque las infraestructuras importan. Sobre todo, las relacionadas con el agua y la electricidad.

Otro aspecto relevante al que prestamos menos atención de la debida: poco se habla del I+D+i aplicado al sector primario. Lo que me recuerda que tengo pendiente una visita a la Cooperativa La Palma de Carchuna, todo un modelo en vanguardia, tecnificación y gestión. ¿Y la Inteligencia Artificial aplicada a la agricultura, ganadería y pesca? ¿Cómo funcionará y qué aplicaciones tendrá? Importante prestarle atención a todo ello.

Estos días de lluvia incesante y nieve en la Sierra son una gozada, pero no olvidemos los riesgos del cambio climático y la amenaza que supone para la primera de nuestras industrias. La que más y mejor nos da de comer.

Jesús Lens

El acelerador ya tira

Me encantó el coloquialismo empleado por Pedro Duque, ministro de Ciencia e Innovación, en la respuesta a Javier Morales del pasado jueves. A la pregunta de si el acelerador de partículas se construirá en Granada, soltó un “esto ya tira para adelante” tan castizo como esperanzador.

Lo reconozco: he sido un palizas con el tema del acelerador. No recuerdo ya cuántas columnas y artículos le he dedicado al tema, pero sigo convencido de que es la gran apuesta de futuro para nuestra provincia. Un futuro cada vez más presente: “empezamos a construir los primeros laboratorios, espero, este mismo año”, dijo el ministro.

No sé si llegaré a ver con mis propios ojos el acelerador en funcionamiento, vivito, coleando y bombardeando neutrones, pero no olvido las palabras del catedrático Eduardo Ros, cuando nos decía que, igual que los nazaríes construyeron la Alhambra hace cientos de años y, a día de hoy, sigue siendo nuestro recurso económico más importante; una tecnología como la del acelerador está llamada a perdurar y a trascender en el tiempo.

Lo dijo en la primera edición del festival Gravite, que nació precisamente al calor del acelerador y el impulso a la ciencia y a la tecnología en Granada. Tres años y medio después, el próximo martes, inauguramos la tercera edición del festival patrocinado por CajaGranada Fundación y CaixaBank con una sesión dedicada… al acelerador. ¡Cómo no!

Nos acompañará Ángel Ibarra, que viene de Madrid a contarnos lo mucho y bueno que el proyecto supone para Granada. Los beneficios tangibles que tendrá para la socioeconomía de la provincia, comenzando por Escúzar. Evito citar su curriculum, pero se trata de una de las grandes luminarias en la materia. No sé ustedes, pero yo estoy deseando escucharle de primera mano. Porque con esto de la tecnología siempre tengo la sensación de ir con retraso, uno o dos pasos atrás.

Aquellas charlas de Eduardo Ros y Javier Praena me sirvieron para entender el cómo y el por qué del acelerador. De la intervención de Ibarra espero sacar conclusiones sobre el cuándo y el para qué. Será el martes, en el Parque de las Ciencias. Inmediatamente después, una conversación sobre Inteligencia Artificial, el otro potencial motor de desarrollo de nuestra economía.

En ambos casos, el papel de la UGR es capital. ¡Qué alegría, en estos tiempos tan confusos, inciertos y absurdos, hablar de proyectos de futuro realmente ilusionantes y verosímiles, con enjundia y poderío!

Jesús Lens

Humor e Inteligencia Artificial

Hace unos años, cuando se empezó a hablar seriamente del proyecto del acelerador de partículas, no pude evitar la tentación de escribir una columna de corte sarcástico en la que ironizaba con la paradoja de que se fuera a instalar algo llamado ‘acelerador’ en una tierra donde los proyectos y las ideas, o no se mueven, o lo hacen a la velocidad de un caracol artrítico de la tercera edad y media.

Al compartir la columna en las redes sociales, el economista Santiago Carbó me reconvino cariñosamente, dándome un tirón de orejas: el del acelerador era un proyecto lo suficientemente importante como para que ciertas bromas no aplicaran.

Reconozco que no supe cómo tomármelo. Para mí, la ironía y el sarcasmo; la burla y la sátira, son sacrosantos: apelando a la inteligencia del lector, el humor es la mejor herramienta crítica con que la evolución nos ha dotado. Y, sin embargo, qué riesgo encierra…

El pasado lunes, Granada dio un paso más en su consolidación como centro neurálgico de la realidad artificial en España, convertida en capital oficiosa de una disciplina científica de inmensa proyección de futuro: nuestra ciudad acogió la presentación del Plan Nacional de Inteligencia Artificial, durante la que se hicieron necesarios llamamientos a su dimensión ética.

Francisco Herrera, máxima autoridad en el campo de la Inteligencia Artificial

La tentación era muy fuerte. Jugar con el concepto de inteligencia artificial en los robots en contraposición a la burricie natural de los seres humanos de andar por casa. No faltaron chascarrillos alusivos en las redes sociales, faltaría más.

Confieso que, más allá de lo ingenioso o no de los chistecitos de marras, entendí a la perfección a Santiago Carbó: en este caso, el pretendido humor no le aportaba nada al debate ni funcionaba como crítica o llamada de atención. Se agotaba en sí mismo, sin ir más allá de la chanza. Chanza con ribetes políticos, en casos interesados, dado que el Plan Nacional de Inteligencia Artificial fue presentado por el presidente del Gobierno.

No. El humor no debe tener límites. Pero hay que saber manejarlo sabiamente, eligiendo el cómo y el cuándo. El porqué y el para qué. Y, sobre todo, el contra quién. No caer en el chiste fácil y evidente, de trazo grueso, también es un arte.

Jesús Lens

La imprescindible aceleración

El pasado martes, los empresarios daban la voz de alarma: el asunto del Acelerador de Partículas que, por una vez y de forma inédita, ha puesto de acuerdo a todos los partidos e instituciones de Granada, podría haber entrado en vía muerta por culpa de la financiación. Siempre la financiación…

A partir de ahí se han ido produciendo diversos movimientos: arden las redes (sociales) y, de inmediato, el alcalde de Granada hace suyo el llamamiento de los empresarios, declarando que el Acelerador no solo es importante para la creación de empleo, sino que está llamado “a provocar un cambio en el modelo productivo de la provincia, basado en la tecnología, el conocimiento y la ciencia”. Además, pide una reunión a la presidenta de la Junta de Andalucía y al ministro de Economía para que se comprometan a financiar la primera fase del proyecto Ifmif-Dones: 80 millones corresponderían a la administración autonómica, pero ¿y a la central?

Eso sí, el viernes fue la delegada de la Junta de Andalucía, Sandra García, quien remarcó el incuestionable compromiso económico y político del gobierno andaluz con el proyecto.

A falta de ver qué dicen desde Madrid, podríamos hacer una doble interpretación de esta cronología: el Cándido de Voltaire estaría encantado con cómo se han ido produciendo los acontecimientos, tranquilo y confiado. El Príncipe de Maquiavelo podría pensar, sin embargo, que se trata de una envolvente perfectamente orquestada para comprometer al gobierno del PP, responsable de poner sobre la mesa la parte del león de la financiación.

Repasemos las cifras de un proyecto que está tasado en 400 millones de euros para la puesta en marcha y, después, en 50 millones anuales para su mantenimiento, con una vigencia de 40 años: las administraciones españolas se habrían comprometido a poner 200 millones; 80 la Junta y 120 el gobierno central. Los otros 200 kilos, serían a repartir entre la UE y el resto de países que participen en el proyecto.

Nos pongamos en la piel del Cándido volteriano o en la del Príncipe maquiavélico, en el asunto del Acelerador hay tres cosas impepinables: Ifmif-Dones es necesario para construir la Granada del futuro, el compromiso real de las administraciones resulta imprescindible y los ciudadanos queremos conocer de dónde van a salir las partidas necesarias para la financiación. Que las palabras se las lleva el viento. (Posiblemente, éste es el tema al que más tiempo y esfuerzo escritor he dedicado. A través de este enlace tenéis todo lo que he ido publicando en IDEAL sobre Ifmif-Dones)

Jesús Lens

Acelerando, pero sin agua

“Si un día nos fallara el único pozo que tenemos, nos quedamos sin agua”. Impresiona comenzar la semana leyendo un titular así, con el primer café de la mañana.

La aseveración corresponde a Antonio Arrabal Saldaña, alcalde socialista del pueblo de Escúzar, y no me consta que la presidenta de la Junta de Andalucía aludiera al tema en su intervención, durante el desayuno organizado por IDEAL.

 

Ayer les decía AQUÍ que Susana Díaz lo dio todo, el lunes por la mañana, aludiendo a la mayoría de los asuntos pendientes en Granada, pero sin referirse al acelerador de partículas que, si todo sale bien, se construirá… en Escúzar.

Grave fallo el mío, no reparar en que la presidenta tampoco aludió a la cuestión del agua en su larga intervención, salvo error u omisión por mi parte. No habló de la sequía, del bajo nivel de los pantanos, ni de las canalizaciones de Rules. Pero es que, con el agua, ya se sabe: mientras abramos el grifo y salga a borbotones, no nos preocupa, como escribía AQUÍ hace unas semanas.

 

Sin embargo, basta leer la entrevista que Paco Álvarez le hizo a Antonio Arrabal para reparar en una trágica ironía de tintes casi surrealistas: la localidad que aspira a albergar uno de los ingenios tecnológicos más avanzados del mundo, capaz de transformar la economía de nuestra provincia (leer AQUÍ), solo dispone de un pozo de agua que abastece a Ventas de Huelma, Chimeneas, a la propia Escúzar y sus anejos. De ahí que una de las preocupaciones del regidor sea realizar un sondeo para construir un nuevo depósito acuático.

 

Escúzar, pueblo con 795 habitantes y cuya actividad económica predominante es la industria, acoge efectivamente un gigantesco polígono industrial en el que están implantadas empresas tan importantes como Aceites Maeva, Megasur y Espadafor, entre otras muchas. Y, sin embargo, una de las grandes preocupaciones de su alcalde es quedarse sin agua.

No voy a caer el absurdo de reclamar más preocupación por un recurso básico y necesario a cambio de prestarle una menor atención a lo industrial y lo tecnológico. Son necesidades imprescindibles en una sociedad desarrollada y deben correr de forma paralela.

 

Eso sí, no me cansaré de insistir en que debemos estar mucho más atentos, en nuestro día a día, a todo lo referente al agua. Y preguntarle por ella a nuestros representantes políticos. Nos va la vida en ello.

 

Jesús Lens