Quiere la casualidad que los granadinos nos encontremos bajo un doble gobierno en funciones: el nacional y el local. Me gusta cómo suena. En funciones. Y es que hay palabras que, desde su fonética hasta su semántica, pueden resultar capciosas.
Gobierno en funciones. Alcalde en funciones. Presidente en funciones. Cada vez que lo escucho, tengo la sensación de que los gobiernos de verdad, el que están por llegar, van a ser lo contrario: desgobiernos absolutamente disfuncionales.
¿Qué pasará cuándo dejemos de tener un gobierno en funciones? ¿Estaremos mejor, peor o igual que ahora? Uno de los grandes peligros que tiene el despropósito en que se ha instalado la actualidad política de nuestro país es que nos convenzamos de que, sin gobierno, vivimos mejor.
Perdón. Con gobierno, pero en funciones.
El ejemplo, lo conocen ustedes, es lo que pasó en Bélgica cuando estuvieron 500 días sin gobierno y bajó la tasa de desempleo, subió el salario mínimo, creció el PIB y, sobre todo y lo más importante: se redujo la percepción de la corrupción.
También tenemos el caso de Italia, cuando la situación llegó a ser tan insostenible que fue necesario poner al mando del país a Mario Monti, un tecnócrata sin filiación política conocida al que se encargó embridar la economía e implementar las medidas de austeridad diseñadas por la Unión Europea.
En España, Rivera ha propuesto una modalidad alternativa de Gran Coalición a PP y PSOE, con un presidente independiente. Personalmente, y aburridos como estamos de los Rajoy, Sánchez, Iglesias y del propio Rivera, la opción me resulta muy tentadora.
Y es que pone los pelos de punta pensar en una nueva campaña electoral, en los caretos de los candidatos sonriéndonos desde los carteles que volverán a invadir nuestras calles, en los debates repletos de insultos y reproches, en los “y tú más”, “contigo peor” o “la culpa fue del chachachá”.
Hemos llegado a un estado de decepción, cansancio y hastío que la propuesta de Rivera se me antoja apetecible. No por lo de la Gran Coalición, en la que no creo, sino por ahorrarnos la campaña de marras. Y la nueva ronda de negociaciones que será obligatoriamente necesaria para formar gobierno.
Así las cosas, ¿a qué Independiente le gustaría a usted tener al frente del gobierno? Le recuerdo que Míchel ya no es entrenador del Marsella…
Jesús Lens