Las flores no sangran

Ya está en la calle.

La nueva novela de Alexis Ravelo.

Las flores no sangran, publicada por ese lujazo de editorial, negra y criminal, que es Alrevés, cuyo catálogo está reuniendo a buena parte de lo mejor de lo más nuevo de un género que, estos años, está viviendo una edad dorada en España. Porque los clásicos siguen en una forma excelente y, a la vez, una estupenda nueva hornada de talento policíaco-literario empieza a descollar y a consolidarse en lo más alto.

 Las flores no sangran

Y, entre ellos, Alexis Ravelo, por supuesto.

El nombre de este escritor canario, sobre todo tras la consecución del Premio Hammett de Semana Negra de Gijón, está en boca de todos. Sus últimas novelas, La estrategia del pequinés ,  La última tumba y la maravillosamente bastarda El viento y la sangre, han cosechado los parabienes y los elogios de los más exigentes lectores negro-criminales, por su excelente mezcla de intriga policíaca, violencia y denuncia social; tres de las patas fundamentales en las que se asienta el género.

Y con la llegada del 2015, aparece en las librerías Las flores no sangran, una novela larga, elaborada y de cocción lenta. Una novela trabajada que representa un importante tour de force literario, por la cantidad de personajes, voces y recursos literarios que atesora.

(Sigue leyendo la reseña en nuestra web hermana Calibre 38)

Jesús Lens

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Hablemos de límites y de novela negra

¡Qué bueno, que Paco Jurado, padre de aquella excelente novela, “Benegas”, publicada por Almuzara; y mi room-mate en Semana Negra de hace tres o cuatro me haya invitado a participar en unas jornadas literarias en Córdoba, bajo el título de “Un otoño de novela”!

 Córdoba Negra Benegas

Excusas para ir a esa bella ciudad no hacen falta, pero si, además, teñimos la vista de negro y de rojo sangre… ¡brutal!

Y más brutal saber que voy a compartir mesa y charla con dos escritores portentosos. Uno, además, es un conversador nato. Y un tremendo provocador. Además de erudito. Y cinéfilo compulsivo. Su lengua, además de ser la más rápida al otro lado del Guadalquivir, es un arma letal.

Se llama Mariano Sánchez Soler, ha ganado el Premio L’H Confidencial y ya hay ganas… ¡ganazas!… de compartir un buen rato con él.

 Córdoba Negra Mariano

Al otro no lo conozco. En persona. Pero como si lo conociera de toda la vida. Un monstruo como Alexis Ravelo, ganador del Hammett de este año, compañero de andanzas digitales en la Banda del 38 que capitanea el intrépido Ricardo Bosque y, además, un timador nato.

La cuestión que nos plantea el comisario Jurado es de órdago: La expansión del género negro a otros ámbitos literarios. ¿Se puede morir de éxito?

 Córdoba Negra Alexis

¿Qué os parece?

Me gustaría conocer opiniones y sugerencias de cómo orientar la charla de forma que la gente que venga a Córdoba, el jueves 6 de noviembre, además de pasarlo bien (eso, con los tipos antes citados, está asegurado) aprenda y sienta que su tiempo ha estado bien invertido.

El turno de palabra comienza en 3, 2, 1…

¡Seguimos!

Jesús Lens

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La última tumba

Yo no soy de los que creen que las Crisis traen cosas buenas, pero sí espero que, al menos, ésta que nos aflige se lleve consigo algunos vicios lamentables heredados de épocas pretéritas. Como lo políticamente correcto, por ejemplo.

 La última tumba ravelo

Que no sé hasta qué punto, por ser políticamente correctos, hemos admitido, aunque sea silenciosamente, determinados comportamientos que han terminado por demostrarse de mal gusto, notablemente inmorales y, sobre todo, éticamente dudosos.

Este año, habiendo leído las dos novelas más recientes del autor canario Alexis Ravelo, me he dado cuenta de que la novela negra española tenía mucho de políticamente correcto, ignorando algunos de los aspectos más sórdidos de la sociedad y maquillando el lado más oscuro de sus protagonistas.

Y es que Alexis no se anda con chiquitas y, así, en su electrizante “La estrategia del pequinés”, que ya comentamos aquí, no dudaba en llevarse por delante y darle boleta a cualquier personaje, en desnudar algunos de los comportamientos más deleznables de esa Beautiful People que resultó ser mucho más fea de lo que el bótox permitía atisbar.

 La última tumba portada

Ilusionado con la que espero sea otra novela negra, negra como el petróleo; me lanzo sobre las páginas de “La última tumba”, galardonada con la XVII edición del Premio de Novela Negra de Getafe, publicado por la editorial Edaf en su colección Voz y Tiempo; y me encuentro con 250 páginas volcadas hacia un único propósito: hacer justicia a través de una brutal reivindicación de la venganza como instrumento para reparar los errores del pasado.

Conoceremos al protagonista de la novela, Adrián, cuando sale de la cárcel en 2011, tras haber cumplido más de veinte de los veintinueve años de prisión a los que fue condenado por el brutal asesinato de Diego Jiménez.

A finales de los 80, Adrián era un chapero drogadicto que hacía cualquier cosa para conseguir unos miles de pesetas. Diego, por su parte, era el reputado y refinado asesor de un conocido dirigente insular. Tras conocerse en un monasterio, donde el chapero trataba de desintoxicarse y el probo hombre de negocios hacía un retiro espiritual; Adrián y Diego iniciaron una complicada relación erótico-amatoria con tintes de Pigmalión que terminó una noche, abruptamente, cuando alguien mató a Diego… y le cargó con el mochuelo al infeliz de Adrián.

 La última tumba autor

En los tiempos del euro, por fin libre y gracias al apoyo de su hermano, Adrián vuelve a sentirse persona, trabajando en la tienda que fue de sus padres. Limpio de drogas, ni siquiera bebe alcohol. Solo se permite fumar. Y pensar. Pensar en cómo vengarse de quiénes le condujeron a la cárcel. No le importan las razones por las que lo hicieron. Solo quiere justicia. Y, en su caso, la justicia equivale a venganza.

A partir de ahí, la narración de Ravelo avanza a pasos agigantados, urdiendo una trama que, progresivamente, se va complicando. Porque, en esta vida, para saber quién lo hizo, hay que saber por qué lo hizo. Y, entonces, las razones vuelven a ser importantes.

El lector de “La última tumba” se va a encontrar con una novela escrita a tumba abierta, en la que el autor no dudará en aplicar las necesarias dosis de violencia que la misma requiere. Y, como veréis, son muchas. Y variadas. Y sangrientas. Y no le temblará el pulso a la hora de hacerlo. Como a su protagonista.

Porque hay otra novela negra, hard boiled, descarnada, dura y salvaje. Como la realidad. Y Alexis Ravelo es, hoy por hoy, su mejor exponente.

 La última tumba

Si te gustan las emociones literariamente fuertes y los personajes sólidos, rocosos, decididos y con las cosas claras, no dejes de leer “La última tumba”. Te va a gustar. Eso sí, hazte a la idea de que estas páginas salpican. Sangre.

Jesús Lens

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Lo que voy a leer

Estos días tengo un compromiso lector importante y excitante, que me va a tener ocupado una o dos semanas. Se trata de un tema profesional del que hablaremos, largo y tendido, una vez haya pasado el No-Puente de la Inmaculada Constitución.

Pero apenas termine con dicho compromiso, aquí os avanzo las tres novelas a las que ansío hincarles el diente. Las novelas que me tienen loco perdido, por no haber podido, aún, empezar a pasar sus páginas.

«Afilado como un blues a medianoche» es lo último, lo más reciente, del gran Javier Márquez cuya «Letal como un solo de Charlie Parker» hemos recomendado, glosado y defendido hasta la saciedad. Y ahí están los chicos de Salto de Página, alumbrando una nueva y excitante aventura del inefable Eddie Bennet.

Afilado como un Blues a Medianoche

Rafael Sarmentero se descuelga con una nueva obra cuya rompedora portada ya es una declaración de intenciones en sí misma. ¿Os acordáis de «Qwerty/Vintage»? Pues estoy seguro de que esta «Malasaña Chai Tea», publicada por Algón Editores, tampoco nos dejará indiferentes.

Malasaña Chai Tea

¿Y qué decir de Alexis Ravelo», cuya anterior «La estrategia del pequinés» nos permitió disfrutar del noir español más clásico y, a la vez, más contemporáneo? Con «La última tumba», publicada por EDAF, Ravelo se hizo acreedor del Premio Getafe de Novela Negra.

La última tumba

La duda es, ahora… ¿por cuál empiezo?

Jesús Lens

En Twitter: @Jesus_Lens

La estrategia del pequinés

No son sus brillantes, brutales y desconcertantes golpes de efecto lo que más me ha gustado de la novela de Alexis Ravelo, “La estrategia del pequinés”, publicada por la editorial Alrevés en su colección de Novela Negra.

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Tampoco es lo bien planteada, llevada y resuelta que está la trama de la novela, lo mejor de la misma. Una trama al estilo clásico, con planteamiento, nudo y desenlace. Tres actos. Y algún flash back. Directo, duro y al mentón. Contundente. Seria narración. De las que te agarran y ya no te sueltan.

Y no. Tampoco son los personajes lo más arrebatador de esta historia. Y mira que son personajes interesantes, diferentes, complementarios y contradictorios. Los hay que te caen cojonudamente, nada más conocerlos y otros que, conforme hacen su primera aparición, ya te están tocando los cojones. Por decirlo suavemente. Los hay a los que te gustaría matar y los hay por los que podrías matar. Literaria y metafóricamente hablando, claro.

Alexis Ravelo

Lo que más me ha gustado de “La estrategia del pequinés” es, por tanto, que mientras la estás leyendo; te crees todo lo que pasa en ella. Te crees la acción. Te crees la trama. Te crees a los personajes. Te crees cómo hablan, cómo visten y cómo actúan. Te crees sus motivaciones, sus actos y sus reacciones. Te crees los garitos por los que pasan, las calles por las que transitan, los apartamentos y las casas en que viven y los polígonos en los que trapichean.

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Y creer lo que lees, cuando lees una novela negra y criminal que tiene un atraco como tema central; es de una importancia capital.

Estos meses estoy trajinando libros muy distintos. Ya lo vais viendo, si sois seguidores asiduos de este blog. Por eso, cuando he pillado una novela pura de género, la he disfrutado largo y tendido, leyéndola en un par de sentadas, evitando cualquier distracción que me apartara de las andanzas de El Rubio, el Palmera, Cora y Sanchís.

Alexis Ravelo, una de las cabezas visibles del noir canario, que está viviendo un momento de esplendor gracias al trabajo de Antonio Lozano, José Luis Correa, Juan Ramón Tramunt o Mariano Gambín; ha escrito una novela que no decepciona a los amantes del género negro y que atraerá a lectores poco habituales del mismo, si es que aún los hubiera, dado su feliz nivel de expansión.

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De hecho, tanto se ha expandido el género que ahora es imposible entrar en una librería y no encontrar decenas de anaqueles repletos de novelas con el sello de “negro”, “policíaco” y/o “criminal”. Por eso, ahora más que nunca, hay que separar el grano de la paja, lo auténtico de la falsificación, la denominación de origen del hecho-en-cualquier-sitio; la calidad del hecho-de-cualquier-manera; la literatura de sabrosa y nutritiva cocción lenta de la insípida y vacua literatura basura.

Y “La estrategia del pequinés” es, indiscutiblemente, una de las novelas negras que hay que leer este 2013.

Jesús Lens, aprendiendo estrategias.

En Twitter: @Jesus_Lens