Alfonso Guerra, genio y figura

Arde Twitter con la entrevista a Alfonso Guerra en la Cadena Ser, esta mañana. AQUÍ la puedes escuchar.

Se están replicando por la red, a una velocidad vertiginosa, algunos de los mensajes de Guerra.

Sobre todo dos:

Hablando de candidatos para el futuro inmediato del partido, señala que «Esto de jovencitos al poder y las mujeres primero no es una buena técnica»

Y lo dice justo después de haber hablado de los bandazos del PSOE y de su programa oscilante, redirigido a base de titulares de prensa e ideas y eslóganes más o menos improvisados.

El segundo gran titular sería que Alfonso Guerra descarta a Carmen Chacón como futura líder del PSOE, no solo porque el partido catalán se ha desmarcado del nacional, sino porque la propia Carmen habría actuado como Bruto a la hora de asesinar a César: te queremos José Luis, pero queremos más a Cataluña (lo dice Guerra, textualmente. No es una licencia poética mía)

Pero es que el resto de la entrevista no tiene desperdicio. Desde “borrarse” como posible presidente del PSOE al no compartir (parte) del programa del partido hasta defender la valía, el mérito y la preparación como único aval para ocupar puestos de responsabilidad (que nos puede parecer algo lógico y sensato, pero que si Alfonso Guerra lo dice en alta voz y en una entrevista, por algo será).

En fin.

Que la que estaba siendo una mañana capitalizada informativamente por los seis puntos que el Real Madrid le saca al Barça (¡y olé!), se ha visto sacudida por el puñetazo en la mesa de un combativo Guerra, lo que contrasta con la inanidad del cónclave socialista de ayer, resumido en un sorprendente “aquí no pasa nada”.

Alfonso Guerra, genio y figura…

Jesús en la onda Lens.

¿Fueron otros 27 de noviembre tan entretenidos? Veámoslo: 2008, 2009 y 2010.

ALFONSO GUERRA, GENIO Y FIGURA

Llegó, habló y (con)venció. Y emocionó. Y terminó entusiasmando a los cientos de personas que abarrotaron el extraordinario teatro Isidoro Máiquez del nuevo Centro Cultural CajaGRANADA.

 

Un lleno absoluto en la lección inaugural de unas jornadas dedicadas a reivindicar la memoria y la figura de Fernando de los Ríos, a cuyo exquisito monumento se dirigió un nutrido grupo de personas, al terminar la charla del ex-Vicepresidente del Gobierno, para hacer una ofrenda floral.

 

Antonio Claret, Presidente de CajaGRANADA, presentó a Guerra a través de una semblanza en la que trazaba los paralelismos que le pueden unir a la figura de Fernando de los Ríos, desde su compromiso por el desarrollo integral de España a su reivindicación de un socialismo humanista y comprometido con la democracia y la libertad.

 

Guerra, por su parte, hizo una encendida defensa de las ambiciones, proyectos, aspiraciones y logros efectivos conseguidos por la II República en materia cultural y educativa, distinguiendo las tres fases de misma y criticando, sin ambages, los destrozos que el bienio negro de derechas hizo con una política educacional de muy hondo calado y largo alcance.

 

En la primer parte de su intervención, Guerra estuvo más análitico, aportando datos y desgranando qué hizo el gobierno de la República en materia cultural, de una forma serena, fría y ponderada. Con anécdotas como la de la llegada de los jeeps a una remota localidad leonesa y la salida de los lugareños a echarles hierba para que comieran. O el nacimiento de Mérida como escenario de teatro clásico, gracias a una conversación entre Margarita Xirgú, Fernando de los Ríos y Miguel de Unamuno.

 

La segunda parte fue más emocionante. Basándose en la labor de las Misiones Pedagógicas, altruista, convencida y desinteresada, con ejemplos concretos de cómo nacieron y qué alcance tuvieron. Ejemplos como los de las bibliotecas o como el del marcapáginas original que presentó al respetable, con su leyenda reivindicando el cuidado de los libros.

 

 El final de su intervención, hablando de la Barraca de Federico, nos hizo disfrutar del Alfonso Guerra actor, representando cómo se sorprendían los espectadores ante según que actuaciones, a través de los «Ohhhhhh» que emitían. Estábamos en un teatro y la magia se hizo presente. Podíamos ver a García Lorca dirigir a sus actores, provocando el asombro de los aldeanos que, por primera vez en su vida, asistían a una representación teatral.

 

Una charla llena de respeto, cariño y, por momentos, emoción que terminó entre aplausos y con un espontáneo ¡Viva la República! que arrancó más aplausos aún entre el respetable, feliz y dichoso de haber compartido una hora con el Alfonso Guerra más íntimo y menos mitinero.

 

Jesús Lens.