Estoy leyendo la noticia sobre la propuesta de soterramiento parcial de la entrada del AVE a Granada realizada por el ministerio de Fomento, pero no me siento capacitado para valorarla como positiva, negativa o neutra hasta que los especialistas la estudien con detenimiento y emitan sus juicios y dictámenes. Y de ello hablo hoy en IDEAL.
Lo del semisoterramiento, así escrito, ofrece dudas. Suena a ni chicha ni limoná, pero puede ser una solución factible que evite la partición de la Chana sin necesidad de abordar otra interminable obra faraónica. También se puede entender como rendición: mientras en otras capitales españolas van a tener lo que quieren, en Granada tendríamos que conformarnos con el mal menor. Pero, insisto, quiero esperar a escuchar lo que dicen los que saben del tema antes de opinar sobre la cuestión.
Entre tanto, ¿qué tal si hablamos de una irónica y mordaz coincidencia? De cara al próximo Congreso del PP andaluz, Sebastián Pérez está trabajando en una ponencia sobre Comunicación. Mientras, Juan García Montero denuncia graves amenazas contra su integridad física, proferidas por alguien del propio PP. ¡Tremendo, eso de que tenga cuidado cuando circule con su moto por Recogidas, no sea que se le atraviese un coche! ¿Podríamos decir que, en este caso, la comunicación ha llegado a su destinatario, alta y clara?
Pero es que, además, Juan García Montero se queja de que su partido no le permite dar ruedas de prensa para hablar de temas culturales como, por ejemplo, la suspensión de Retroback. En este caso, podríamos concluir que la comunicación no fluye del todo bien…
Mientras Sebastián proponía la escucha activa de las bases del PP en redes sociales, al ex-edil de Cultura le susurraban al oído amenazas que más bien invitan a una escucha policial, al estilo de “The Wire”. Pero, por alguna razón que nadie entiende, Juan García Montero no ha denunciado, comentándoselo a los periodistas como el que cuenta un chascarrillo gracioso o una simpática anécdota.
Y, de ser cierto ese amenazador mensaje de aliento mafioso, debería haberse ido de inmediato a la Comisaría más cercana, a denunciarlo. ¿En qué lugar dejan este tipo de situaciones y cruces de declaraciones al PP granadino? Que, en este contexto, Sebastián Pérez destaque la importancia de la comunicación interna y externa, mostrando proximidad e interactuando con la militancia y la ciudadanía, suena a broma macabra.
Jesús Lens