Acabemos el Puente con música, y no con muerte, mentiras, cinismo y asesinatos.
Una vez me preguntó una amiga que qué era eso de un Cuate. No me acuerdo de lo que le respondí en aquel momento. Pero una buena explicación habría sido decirle que un Cuate es un tipo que, de repente, un día te regala una joya de disco como ésta (en la que me ha costado entrar, de verdad, más de lo que me esperaba)
Rayuela, capítulo siete.
Me miras, de cerca me miras, cada vez más de cerca y entonces jugamos al cíclope, nos miramos cada vez más de cerca y los ojos se agrandan, se acercan entre sí, se superponen y los cíclopes se miran, respirando confundidos…
… textos escritos y publicados hace años…
… con cronopios o sin ellos…
… en torno a su mundo de juego, a esa grave ocupación que es jugar cuando se buscan otras puertas.
Un, dos, tres, cuatro:
¡Tierra, Cielo!
Cinco, seis:
¡Paraíso, Infierno!
Siete, ocho, nueve, diez:
Hay que saber mover los pies.
En la rayuela, o en la vida
vos podes elegir un día.
¿Por que costado, de que lado saltarás?
…otros accesos a lo no cotidiano simplemente para embellecer lo cotidiano, para iluminarlo bruscamente de otra manera. Sacarlo de sus casillas, definirlo, de nuevo, y mejor.
…me basta cerrar los ojos para deshacerlo todo y recomenzar.
…exactamente con tu boca que sonríe por debajo de la que mi mano te dibuja.
Un, dos, tres, cuatro:
¡Tierra, Cielo!
Cinco, seis:
¡Paraíso, Infierno!
Siete, ocho, nueve, diez:
Hay que saber mover los pies.
En la rayuela, o en la vida
vos podes elegir un día.
¿Por que costado, de que lado saltarás?
… yo te siento temblar contra mí como una luna en el agua.