Lo ideal, siempre, es prevenir: tener el campo cuidado y limpio, no hacer quema de rastrojos cuando sopla el viento, tener mucho ojo con esas barbacoas tan supuestamente divertidas y aparentemente inocuas…
Pero, en ocasiones, estalla el incendio.
Llegados a este punto, conviene recordar que, para apagar el fuego, además de echarle agua y demás medidas de choque; se debe intentar cortar el suministro de oxígeno que alimenta las llamas.
Buenos días.
Jesús Lens