¿Juegan determinados científicos a ser Dios? ¿Qué es el alma? La frase, “lo hicimos porque no sabíamos que era imposible”, ¿tiene algún sentido? ¿Qué es, en realidad, lo imposible? ¿Hay vida, más allá?
“Orígenes” es una película sorprendente, emocionante y diferente. Una película de ciencia ficción que conquistó a crítica y a público en el pasado Festival de Cine Fantástico y Terrorífico de Sitges. Y al jurado, por supuesto, que le concedió el premio a la mejor película. Una película, paradójicamente, sin sangre, sin violencia y sin horror. Una película impregnada por un aliento poético de largo alcance.
Escrita y dirigida por Mike Cahill -del que ya ardo por ver su anterior “Another earth” -la película cuenta la historia de Ian un científico que, interpretado por Michael Pitt, trabaja con los ojos. En el sentido literal de la expresión.
Ian, absolutamente racional y cartesiano (hasta en el momento más inoportuno de serlo) desarrolla sus investigaciones en el campo de la visión y las retinas desde que descubrió que los ojos de cada individuo son únicos. Y se acostumbró a fotografiarlos. Una pasión estética y artística que derivó en ciencia y que, por casualidad, le conducirá a conocer a la mujer de su vida.
A partir de ahí… ¡date un rápido salto al espacio Lensanity para seguir leyendo esta reseña!
Jesús Lens