Arte conceptual

Me gusta ir a museos. Incluidos los de Arte Contemporáneo. Y me gustan las salas de exposiciones y los centros culturales.

Y me gusta el arte conceptual.

Por ejemplo, me gusta cuando me sitúo ante una pieza, la miro, la vuelvo a mirar y pienso: “esto es una gilipollez”.

Luego leo la explicación que acompaña al título. Y ahí está. La idea. El concepto. Y ya tenemos muy dicho, con Manquiña, que lo importante es el concepto.

Armado con esa nueva y trascendente información, me vuelvo a situar frente a la pieza en cuestión.

Y, por lo general, pienso: “Esto sigue siendo una gilipollez”, claro. Pero queda el concepto.

Y lo importante.

 Artista conceptual

Jesús Lens

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Las Metrópolis de Oli

Cuando volvía a casa en bicicleta, los lunes por la noche, de jugar al baloncesto, pasaba por delante de la Galería de Arte que Santiago Collado tiene en el barrio del Zaidín. Cansado como iba, no solía fijarme en los cuadros que tenía expuestos hasta que, un buen día, me llamaron la atención unas pinturas extrañas, unas visiones cenitales repletas de color de lo que parecían… ¿Tejados? ¿Terrazas?

 Oli tejados

Tiempo después, mi querido Colin Bertholet empezó a hablarme de un chaval, Oli; un pintor extraordinario con el que estaba dando forma a ese proyecto maravilloso de los Garabatos Digitales.

Y, por fin, nos conocimos, queriendo la casualidad que el Oli de los Garabatos fuera también el autor de aquellos cuadros extraños y singulares que se me habían quedado clavados en la retina, cuando volvía a casa.

 Oli metrópolis

Desde entonces, he coincidido con Oli varias veces y, hace unos meses, Reyes y yo fuimos a su estudio, a ver sus nuevas creaciones. ¡Lo que va a dar que hablar una de las series que tiene entre manos, dicho sea de paso! Pero esa será otra historia porque, entre otros, Oli tenía una serie de cuadros arquitectónicos y paisajísticos con la ciudad como protagonista: calles, carreteras, avenidas, bocas de metro… ¡hasta salidas de autovía!

 Oli Andújar

Y ahora, esas Metrópolis están expuestas en el Centro de Lenguas Modernas que la UGR tiene en el Realejo; en un precioso edificio que alberga a estudiantes de idiomas de los cinco continentes. Aunque lo mismo hasta hay algún habitante de la Antártida…

Aquí tenéis un vídeo en que Oli habla de la exposición, de sus cuadros y de su forma de entender la pintura. Cuando habla de sus influencias cinematográficas, por cierto, no es retórica. Y a los hechos nos remiti(re)mos. 😉

Si te gustan el arte, la belleza y la sugestión, no dejes de ir a ver “Metrópolis”. La vas a disfrutar. Y si no puedes o no te cuadra, asómate al Blog de Oli. ¡Lo vas a flipar!

 Oli

Jesús Lens

En twitter: @Jesus_Lens

Si el Guerrero hablara…

¡Lo mucho que tendría que contar, el Guerrero, si hablara! Bueno, el Guerrero y, también, el Miró, el Chillida o el Barceló que Rajoy tiene en su despacho y en las salas aledañas de la Moncloa.

Hace unos días, cuando Oli Rehn estuvo departiendo con Rajoy para recordarle que el rescate de España está preparado, listo y a la espera del ¡ya!, vimos unas fotografías de su encuentro en las que ambos mandatarios aparecían sentados en unos sillones inmaculadamente blancos, vestidos con traje y corbata oscuros sobre camisa… blanca. El único destello de color en esa imagen era el de un cuadro abstracto que combinaba vivos azules con naranjas abrasadores y toques de amarillo.

Parece mentira, pero Europa ha vuelto sobre sus pasos y se encuentra inmersa en aquel neorrealismo italiano de mitad del siglo XX que, a través de un demoledor y descriptivo blanco y negro, narraba la miseria, la pobreza, el dolor y la desesperación de la sociedad. Las fotografías del NYT, tan criticadas, reflejan a la perfección la grisura, la negritud de la deriva a la que la severa austeridad teutona nos está conduciendo.

Una grisura que apreciamos en las barbas de Rajoy, en sus trajes y en sus discursos y alocuciones. Discursos y alocuciones que, en realidad, solo nos podrían contar el Guerrero que cuelga de las paredes de su despacho ya que el gallego, de puertas para fuera, hace mutis por el foro. “Serie Sur con Rojo”, es el título de un cuadro que, además del rojo sangre, combina distintas tonalidades de azul y morado y que se erigen es los únicos rastros de color en las instantáneas que nos llegan de Moncloa.

¿De qué hablará, en la intimidad, Rajoy con Rehn, con Merkell y con Hollande? ¿Qué se contarán el presidente y sus ministros y asesores? Los ciudadanos no lo sabemos. Los cuadros, sí. Estoy pensando, una tarde de estas, subir a la planta más alta de nuestro Centro José Guerrero, en la que se expone la colección permanente de la obra del pintor granadino, y sentarme frente a su monumental “La brecha de Víznar”, por ejemplo, para tratar de ponerme en el lugar de Rajoy durante unos instantes.

No tiene que ser fácil, desde luego. No tiene que ser fácil para el Guerrero de la Moncloa ver cómo ese hombre, el presidente que cavila, piensa, pregunta y discute frente a él, termina tomando decisiones tan sangrantes como la de recortar el presupuesto de Cultura en un 20%, nada menos.

Y no deja de ser sintomático que el ejecutivo la haya emprendido a machetazos, hachazos y tijeretazos con la única disciplina que le aporta un rayo de luz y una explosión de color a su ajado aspecto triste, desmejorado y macilento. Habrá que fijarse de aquí en adelante, pero es muy probable que los Guerrero, Chillida y Miró luzcan menos brillantes y más apagados, a partir de ahora, en las fotos de Rajoy. Como si destiñeran.

Jesús Lens

Diseñando cafeteras

Nuestro amigo Oli, cuyo trabajo soportado por las nuevas tecnologías ya nos gustó el pasado verano, en Salobreña, tal y como contamos aquí, representa a la Marca España en una interesante iniciativa entre lo artístico y lo comercial: diseñar una cafetera.

Tras haberse impuesto entre todos los aspirantes españoles, Oli compite ahora en la Champion`s League europea. Y necesita de nuestro voto y apoyo.

Aquí, la información y la posibilidad de votar.

Le pregunto a Oli por el origen de la idea y el proyecto y me contesta: “Me licencié en bellas artes en la universidad de Granada, estoy terminando la tesis doctoral con un proyecto al que pertenece el diseño de la cafetera: una fusión de técnicas plásticas con el diseño mediante creaciones digitales y pictóricas. Acercándonos a las nuevas tecnologías digitales.”

Y continúa hablando de su trayectoria: “Como pintor he recibido varios premios como paisajista urbano, por lo que el tema de este proyecto abarca el concepto de ciudad como definición, seleccionando elementos de la urbe para conseguir plasmar una ciudad que pueda representarlas a todas. Como consecuencia, las perspectivas subieron, observando las ciudades desde el cielo, lo que descaracterizaba la visión habitual de la ciudad, pudiendo ser cualquiera que deseemos. Y también permite jugar imaginativamente con los ritmos en las formas de los tejados, terrazas y crear sensaciones mediante el color.”

Es curioso. Hace unos meses, cuando volvía a casa en bicicleta de algún sitio más o menos alejado del Zaidín, pasaba frente a una galería de arte que se encuentra al principio de la Avenida de Cádiz. Había unos cuadros colgados que me llamaban la atención incluso mientras pedaleba. Cuadros de edificios y ciudades, desde unas perspectivas extrañas, como si el mismísimo Antonio López se hubiera subido en un globo o volara en ala delta para, después, pintar lo que veía. Entonces no sabía quién era el autor de esos cuadros. Hoy sí: casualente, Oli.  

 

Y ahora vamos con el tema del café, algo que para mí, que he escrito un libro titulado “Café-Bar Cinema”, resulta especialmente interesante: “esta cafetera representa las charlas del café de la tarde, que siempre me han llenado de ideas artísticas la cabeza. Este es, básicamente, el proceso de creación, que viene de muy largo, ya que llevo trabajando en ello unos cinco años”.

Cinco años que fructifican, entre otras cosas, en este concurso que cuenta con toda nuestra complicidad y apoyo.

¿Votas?

Jesús olienígena Lens