Los Garabatos Digitales de Colin Bertholet

La primer vez que supe de ellos fue en aquel fantástico fin de semana que pasé en Salobreña, la primavera pasada.

Eran los Garabatos Digitales, cuadros que Colin Bertholet pintaba en y con su Samsung Galaxy, haciendo trazos tan veloces como precisos y certeros. ¿Cómo empezó la fascinación de Colin por los Garabatos?

No lo sé, pero pronto lo sabremos.

Mogollón de Garabatos

Porque el jueves 4, en Cocorocó, se inaugura una exposición con los Garabatos Digitales de Colin, que ya se pueden comprar a través de Internet, siguiendo este enlace.

Los Garabatos Digitales de Colin son una explosión de luz y color que, a la manera de los apuntes del natural de los pintores clásicos, captan y reflejan un momento, un flash, una imagen, una idea, un chispazo.

Flores rojas sobre el blanco encalado de las casas de Salobreña. Un mar azul cobalto al amanecer. Una figura humana perdida en la inmensidad de la arena…

No faltan temas. Sobra inspiración. Y, sobre todo, hay talento. Talento para captar lo que en fotografía se conoce como el Momento Decisivo, el instante preciso.

Cuando empecé a verle el final a mi proyecto, Una Ventana África, le pedí a que Colin lo interpretara a través de uno de sus Garabatos Digitales. Y este fue el maravilloso resultado.

Por eso le pedí otro, abusando de su confianza, para la portada del Facebook de Una Ventana Africana. Y sigue siendo lo más visto, más y mejor comentado y más valorado de dicha página. No podía ser de otra forma.

Estoy por pedirle a Colin que trabajemos en clave negra y criminal, a ver cómo se nos da. Pero no adelantemos acontecimientos.

Y es que la exposición a Colin genera adicción. Y provoca tensión creativa. Si veis su página, fliparéis con la calidad de sus Garabatos Digitales que, impresos en buen papel y discretamente enmarcados, son un soplo de aire fresco en cualquier pared, como bien pudimos ver en la exposición conjunta de este verano, en la Bóveda de Salobreña.

El 4 de octubre presentaré a Colin y sus Garabatos Digitales en Cocorocó, donde estarán varias semanas expuestos. Pero la página de Colin ya está en la web, ofreciendo unos trabajos que son una auténtica joya.

Echadles un vistazo y decidme qué os parecen. ¿Son o no son una maravilla?

Jesús garabateado Lens

A ver, los 28 de septiembre de 2008, 2009, 2010 y 2011

Garabatos Digitales y Nuevas Tendencias en Salobreña

Como bien sabrás, hay por ahí un individuo que considera que la mejor manera de colaborar con instituciones como el Banco de Alimentos es robar y delinquir en supermercados, zarandeando a los empleados que en ellos trabajan, si fuera menester.

Lamentando profundamente en lo que algunos iluminados pretenden convertir el espíritu de Robin Hood, ¿qué tal si giramos la vista hacia otro Bosque de Sherwood? Por ejemplo, hacia Salobreña.

Cada vez más, Salobreña se está convirtiendo en un modelo, en una inspiración, en un síntoma, en una necesidad.

Cuando estuve allí el pasado mayo, mi querido Colin me avanzó un proyecto en el que estaba trabajando: los Garabatos Digitales. Hoy, el proyecto se ha hecho realidad y, hasta el próximo domingo se puede disfrutar de una singular exposición artística en la Bóveda de Salobreña: cuadros realizados utilizando las nuevas, novísimas tecnologías que las Tablets y los Smartphones ponen a disposición de los artistas.

Esto permite que, de cada cuadro, se puedan hacer varias estampaciones, por lo que se venden a un precio muy interesante: 25 euros. Con el compromiso de los artistas de no hacer más de 50 estampaciones de cada obra, todas ellas firmadas y numeradas. Artistas de la talla de Jessica Estévez, Luis Villaescusa, Francisco G. Olivares, Victoria A. Castillo y el propio Colin Bertholet presentan sus exclusivos garabatos, llevados a un tamaño de A2 (42×59,4cm) y estampados en un papel de 140 gramos. Y todo ello, aderezado con una banda sonora muy jazzera.

Lo mejor de todo es que, encima, el dinero recaudado por estos Garabatos irá destinado al Banco de Alimentos de Granada, demostrándose de esta forma que no es necesario ni robar ni delinquir ni zarandear a honrados trabajadores para colaborar con nobles instituciones y necesarias causas sociales, en estos duros tiempos que nos ha tocado vivir. Teniendo en cuenta que ya van 120 vendidos, hablamos de 3.000 euros del ala. Lo que no está nada mal.

¡Más poesía y menos violencia!

¡Más arte, más creatividad y más ingenio y menos mesianismo mediático!

Este viernes, los Sospechosos Habituales emprendemos un nuevo micro on the road con destino Salobreña. Pararemos en el Hostal San Juan de nuestro admirado Jean Pierre y disfrutaremos los Garabatos Digitales. Fijo que nos llevamos alguno. Y después de una birrita en El Pesetas, disfrutaremos del Tendencias, que nos trae a Juan Perro y su Zarabanda. Y el sábado, en el Fusión Bar toca el vibrafonista Arturo Serra. No sé si llegaremos, pero este no parar es un auténtico privilegio.

Volvemos a Salobreña, de donde siempre regresamos con ganas de más.

Si estás por la Costa granadina, aprovecha la ocasión de disfrutar de una estupenda velada de música y pintura, de arte y compromiso, de nuevas tecnologías y solidaridad.

Porque este agosto, también hay que moverse.

¡Seguimos!

Un aPostado más localista, pero que podéis disfrutar igualmente a través de la Red, en esta Bitácora.

Los anteriores aPostados:

El caballero oscuro

Ejército enemigo

Ryan Giggs

Cerveza Alhambra

Prometheus

La ciudad de los ojos grises

Dejarse ir

De dioses y hombres

Y, los 9 de agosto de 2008, 2009, 2010 y 2011.

Jesús garabatero Lens

Ensoñaciones con Conde

En IDEAL, hablamos de pintura. Y sueños.

Jesús Conde nos vuelve a hacer soñar. Si no han visitado ustedes la Casa de los Pisa, orilla de Plaza Nueva, ya tardan. En su última exposición, Jesús nos invita a emprender un largo y contemplativo viaje por paisajes y paisanajes que, siendo muy cercanos, nos parecen abisalmente lejanos, en el tiempo y en el espacio.

Comparto con Jesús el placer de viajar lejos, muy lejos. Pero también comparto con él la capacidad de disfrutar de los lugares más cercanos, accesibles y familiares… y de contemplarlos y sentirlos con otros ojos. Por eso me fascina la nueva colección de pinturas que Conde acaba de presentar en Granada.

Cuadros del Albaycín y las Alpujarras se dan la mano con otros del norte de Marruecos, de las medinas de Chefchauen, Tánger, Larache o Tetuán. Cuadros en los que el blanco predomina sobre los demás colores. Un blanco roto por los fogonazos de color de plantas, flores y paseantes anónimos, apenas esbozados, difuminados. Un blanco ajado, con tonos grises y marrones que desconchan las fachadas de casas, muros y calles de la que pudo ser una patria nuestra.

En su anterior exposición sobre La Habana, Jesús Conde nos invitaba a una profunda reflexión sobre la decadencia y, a la vez, la capacidad de resistencia de un mundo que debería venirse abajo, pero aún se sostiene en pie. En esta ocasión, nos permite disfrutar con un universo de luz y color que pudo ser un sueño compartido y que, sin embargo, hoy conforma dos mundos radicalmente separados entre sí.

Nunca antes, una distancia tan corta como catorce kilómetros separó de tal manera dos zonas del mundo que, tan cerca pero tan lejos, parecen vivir de espaldas, ni siquiera enfrentadas entre sí, ignorándose mutuamente. Y, sin embargo, los cuadros de Jesús Conde constituyen una prueba palpable de que no debería ser de esa forma. Su exposición, al poner de manifiesto todo lo que nos une, es un llamamiento al descubrimiento del otro, a la concordia, a la relación, al conocimiento.

Viendo estos cuadros, convertidos en viajeros inmóviles, cerramos los ojos y nos dejamos conducir a un mundo tan inexistente como posible, tan utópico como imposible. Lo mejor de la pintura de Jesús Conde es que invita a soñar y, partiendo de un imaginario entre lo real y lo ficticio, te permite construir tu propia realidad íntima, única y personal. Frente a esta nueva colección de cuadros, sentarse bajo un tinao alpujarreño permite oler la intensa fragancia del té a la menta marroquí y pasear por la medina de Tetúan, buscando la herencia sefardí del éxodo de finales siglo XV, posibilita dar los buenos días a un vecino del Albaycín que acaba de salir de su Carmen para comprar el periódico, un domingo cualquiera.

Una pintura, en fin, que suena a música hecha con caña y tripa curtida de cordero, al rumor del Estrecho, que conecta el Rif con Sierra Nevada a través de las columnas de Hércules mediterráneas. Una pintura eterna, intemporal, mágica y subyugante.

Jesús Lens

Antonio Montalvo, el cine y la pintura

Señores, las Redes Sociales sirven.

Sirven para lo que uno quiera usarlas, claro.

Por ejemplo, sirven para descubrir que Antonio Montalvo ya tiene web.

¿Sabéis? Dos exposiciones harán que un servidor vaya a Madrid, sí o también, en los próximos meses. Una, la de Edward Hopper. La otra, la de Antonio Montalvo.

Antonio es un artista granadino cuya obra, para mi desdicha, sigue siendo invisible en vivo y en directo, en esta nuestra tierra. ¡Al menos, para mí!

Pero si veis la reproducción de su trabajo en su web, entenderéis que arda por ver esos cuadros, tal y como son, al natural.

El currículum de Antonio, apabulla. Y alguno de los artistas más reconocidos de Granada no dudan en señalar que es uno de los buenos. Uno de los grandes. Uno de los mejores.

¡En otoño, a Madrid!

Pero es que, además, ha sido contactar virtualmente con Antonio y, de inmediato, me ha puesto en la pista de Slavoj Zizec, cuya Perversa Guía del Cine es, efectivamente, IM-PRES-CIN-DI-BLE.

No sé si creéis en el psicoanálisis o no, pero las interpretaciones que Zizec hace de algunas películas fundacionales de la historia del cine y de personajes como Hitchcock o los Hermanos Marx son a tener muy en cuenta.

Por cierto que el Mago del Suspense no solo continúa generando libros, estudios y artículos sino que sus grandes títulos siguen siendo plagiados, digo reinterpretados. Ahora le toca a “Psicosis”. Pero es que, ítem más, se está rodando una película sobre su complicada relación con las mujeres. Sobre todo, con las rubias.

Y, aún más por cierto, ¿pensáis que la pintura de Hopper pudo influir a Hitchcock en la escenografía de películas como “Psicosis”?

¿Y el cine? ¿Qué influencia tiene en la pintura de Antonio Montalvo?

Las Malas Tierras de Malick

¡Uff!

Me estoy liando.

Y es que esto de las Redes Sociales e Internet está muy bien… siempre que no termine devorándote.

Pero yo no tengo problemas.

Puedo dejarlo cuando quiera.

¡Que yo controlo!

Jesús descontrolado Lens

Ahora, veamos qué conectábamos con qué, o quién, los 2 de mayo de 2008, 2009, 2010 y 2011.

Una Ventana para Pilar Ortiz

Hoy, a las 18 horas, en la Sala de Exposiciones de CajaGRANADA en Puerta Real, tengo el orgullo, la satisfacción y el placer de acompañar el libro “Ventanas Veredas”, de mi amiga Pilar Ortiz, en la Feria del Libro de Granada y en cuya página web podréis ver buena parte de su extraordinario trabajo pictórico. Un libro precioso y preciado, primorosamente editado por Dauro ediciones.

Os adelanto el texto que, con todo cariño, escribí para ese libro, precioso, que os recomiendo vivamente.

Una ventana, cerrada, preserva el calor y la intimidad. Abierta, la misma ventana permite ventilar y airear una estancia, posibilitando a sus moradores que se asomen a ver lo que hay fuera. Una ventana abierta deja que lleguen los olores transportados por la brisa, los ruidos y los sonidos de la calle, la luz del sol.

Y, desde luego, si hay una ventana que cumple con ese propósito es la que tienes delante. Una ventana diseñada y pensada para abrirse a tres continentes y permitir que, a su través, se comuniquen África, América y Europa.

Una ventana abierta en un pueblo canario, Agüimes, en el que durante diez días de julio se encuentran y conviven las artes, las músicas, la magia y el teatro de decenas de países cuyas fronteras se ven estrechadas gracias al Festival del Sur-Encuentro Teatral Tres Continentes.

Esta ventana, pintada por Pilar para que sirviera como cartel de una de las ediciones más recientes del ya veterano Festival, tiene una simbología especial, trayendo ecos de libertad, interculturalidad y felicidad.

Una ventana que permite asomarse a la creatividad y descubrir la alquimia de la palabra, sea cantada, recitada o declamada. Una ventana a través de la que se comunican las distintas culturas que comparten el océano Atlántico y que nos permiten descubrir lo que ocurre ahí fuera. Fuera de nuestras confortables fronteras, aunque sea en estos tiempos de crisis.

Lo que más me gusta de esta ventana de Pilar es que no sólo invita a asomarse para ver la vida pasar, sino que te provoca para lanzarte al vacío, para involucrarte en lo que ocurre abajo, fuera de sus dominios, para sumergirte en las tempestuosas aguas de un Atlántico que terminará desembocando en la playa de Arinaga, en esas Canarias cálidas y acogedoras en las que nos sentimos como en casa, sea cual sea el pasaporte que hayamos utilizado para arribar a las Islas Afortunadas.

Una ventana que es una invitación a la ensoñación y al recuerdo, pero también al trazado de nuevos planes, a la imaginación más fantasiosa y a los pensamientos más peregrinos.

Porque Pilar, a través de esta ventana, pinta la libertad.

Jesús Lens Espinosa de los Monteros.