REAL MADRID: ¿INSULTO O SOCIOS SIN HUMOR?

A los socios del Real Madrid de baloncesto, el club les ha obsequiado este año con un regalo muy especial: un «pack» consistente en tablero de cartón, barra de plástico para colocarlo en una papelera y  los Dos Balones oficiales del Real Madrid que se acompañan en la foto.

 

¡Menudo par de pelotas!
¡Menudo par de pelotas!

Los socios, cabreados, han tirado el regalo, despreciándolo olímpicamente. ¿Será la venganza por lo de Río de Janeiro, se ha pasado el Club cinco pueblos o es que los socios del Madrid han perdido su sentido del humor?

 

Jesús Lens, divertido.  

PHIL JACKSON: MASTER ZEN

Entrada dedicada a Jimmi Brown.

Otro talentazo de los banquillos,

y, sobre todo, un amigazo.

 

Le llaman «El señor de los Anillos». Y no es de extrañar. Si ven este vídeo, se encontrarán con el grandioso Phil Jackson tocado con una gorra en que reza, sencillamente, una X.

 

Efectivamente, puede parecer paranormal, pero Jackson, conocido como el Entrenador Zen o, aún mejor, como Máster Zen, ha ganado diez títulos como entrenador de NBA. Más otro como jugador. Impresionante.

 

Inenarrable.

 

Estratosférico.

 

Como españoles, nos alegramos por Pau, como ya escribíamos al calor de la consecución del anillo por parte de los Lakers.

 

Como amantes del showtime, nos alegramos del triunfo de los Lakers, aunque su juego no haya sido este año tan vistoso y espectacular como en años anteriores.

 

Pero como personas sensatas, lúcidas y contemplativas, la imagen de Phil Jackson sentado en su banquillo; impertérrito, inescrutable, impávido, sereno, relajado y sonriente, es de las que más nos gusta contemplar.

 

Porque, de mayores, todos queremos ser como él.

 

Todos queremos ser el Máster Zen.

 

Jesús Lens.  

LAKERS, KOBE, PHIL & PAU, CAMPEONES DE LA NBA

En su segundo año en los Lakers lo ha conseguido. Pau es campeón de la NBA.

Los Lakers no dieron opción. El partido de esta noche ha sido inapelable y los Lakers han arrasado a Orlando, ganando el campeonato. Las claves: Kobe, MVP de los play offs. Y Phil Jackson, el grandioso Master Zen que ya atesora 10 anillos de campeón, al que dedicamos este cariñoso Post.

Además, Fisher y Ariza con sus triples. Odon y Bynum, con su defensa sobre Howard y, por supuesto, Pau. Pau Gasol, cuyo fichaje a mitad de la pasada temporada ha sido el desencadenante de que, hoy, los Lakers hayan ganado el anillo. En su Twitter, escribía el mítico Kareem Abdul Jabbar: «Pau is the «Maestro» because he can play the game in different styles.» Y Shaquille O´Neill twiteaba esto otro: «Congrats in spanish pau gasol, muchas gracias pappacito»

 

Recordamos, pues, aquella entrada que el año pasado dedicamos a Pau en el Proyecto Florens, sobre la importancia de saber poner fin a un ciclo, ser valiente y dar un paso adelante en tu carrera. ¿Qué pensarán hoy jugadores como Navarro o Vázquez, que pudieron estar ahí, y renunciaron, por diferentes razones?

 

Enhorabuena, Lakers. (Ver la FOTOGALERÍA de imágenes de la Final) 

REAL MADRID ESPERPENTOS CLUB Y OTRAS COSAS DE FÚTBOL

Hoy va de deportes. Esta mañana hablábamos de baloncesto y de la Magia del 23 y ahora pasamos al fútbol. Y es que, desde hace unos años, lo del Real Madrid es de traca. Pero todo eso ya lo saben ustedes. Si siguen el mundo del deporte, es ocioso repetirlo. Y no lo siguen, el tema les importa una higa.

 

Así que, concédanme un par de minutos para hablar de los sinsentidos blancos de las últimas fechas, yendo más allá de lo puramente deportivo.

 

Por un lado, la candidatura fantasma del tal Onieva. Resulta que organiza un acto de presentación, sale un sujeto al que nadie conocía, cuenta un cuento sobre el precio del tiempo, habla de Kennedy y Obama (al que prometen hacer socio de honor del Club) comunica que el club ayudará a pagar las hipotecas a los socios en paro… y todo el embolao se convierte en un chiste, replicado hasta el infinito por los medios de comunicación.

 

¿Se acuerdan de la famosa y repipi Niña de Rajoy?

 

Pues el pobre niño que le quiere comprar una hora de su tiempo a su atareado papá se ha convertido en la tumba de Onieva. Pobre. Para una vez que sale alguien con imaginación en el mundo del fútbol, se le lapida sin conmiseración alguna, se hace mofa de él, se le convierte en objeto de burla.

 

Por lo visto, el hombre sudaba, se le enredaba la lengua, asumió un protagonismo que no le correspondía, se convirtió en la vedette de la presentación… No sé. Yo escuché su cuento en la radio y me gustó esa forma distinta de plantear un proyecto deportivo. Y eso que el gran cuentista por excelencia del mundo del fútbol, el Jorge Valdano del miedo escénico, está con los Otros, con el siempre serio, regio y meticuloso Florentino Pérez.

 

Y es que lo de Florentino, aunque venga disfrazado de los tres Reyes Magos en uno solo, con Villas, Silvas y Kakas en las alforjas de su engolada caravana de camellos, me desconcierta.

 

¿Cómo es posible estar trabajando en la contratación de dos entrenadores tan rigurosamente diferentes entre sí como Mourinho y Wenger? Diferencias que, más allá de lo personal, tienen que ver con una forma de entender el fútbol, la cantera y la filosofía de trabajo de un Club.

 

Me ha gustado mucho el comienzo de este artículo de Pedro Santos, asesor de la Diputación de Orense, que hoy podíamos leer en ABC: «Es fundamental ante cualquier reto o compromiso social tener claro hacia dónde se quiere uno dirigir, y que metas se quieren alcanzar. Debido a la dimensión humanizadora de la cultura en el amplio ámbito de la palabra, debemos de formular un proemio que nos sirva de guía y candil para no desorientarnos en ese maremagnum de propuestas y compromisos que se van perfilando en el comienzo de una acción de gobierno.»

 

Así las cosas ¿cuál es el proemio (signifique ello lo que signifique) que guía el proyecto futbolístico de Florentino? El proyecto empresarial ya lo conocemos: cambiar ladrillos por las botas y los caretos más ilustres y conocidos del concierto internacional. Pero ¿y el proyecto deportivo? Porque un proyecto deportivo, más allá de los jugadores, lo hace triunfar la cabeza pensante que los dirige, como Guardiola ha demostrado en apenas un año; o lo hunde irremediablemente una cara bonita con traje de Armani, como Queiroz acreditó en su momento.

 

Sin entrar en que, de momento, ni una palabra se ha escuchado sobre el baloncesto, el hermano tonto del club blanco.

 

Fíjense en las portadas de hoy de los diarios deportivos madrileños. ¿Caben dos proyectos más antagónicos entre sí, ambos ligados al mismo Florentino?

 

La otra noche, en el debate de El Larguero, se planteaba la posibilidad de que Valdano se dejara de cuentos y ocupara el banquillo de la Casa Blanca. A mí, personalmente, siempre me gustó Valdano, desde que leí sus «Cuentos de fútbol» y el Tenerife nos quitara dos ligas. Con un par.

 

¿Se habrán agotado las ideas de Jorge? Como comentarista de La Sexta, su sapiencia palidece ante las excentricidades de Montes y la bullanguera nadería de Salinas. ¿Le quedan neuronas y capacidad para gestionar el nuevo sueño de la Sábana Blanca, que no Santa?

 

Porque, y esto lo escribo de cara al miércoles, esta semana seré blaugrana. Sí. Por amor a la estética y a la justicia poética. Jamás pensé que podría querer que el Barça ganara un partido, una competición, una Liga de Campeones. Pero sí. Este miércoles, cuando el Barcelona y el Manchester United diriman la finalísima de la Champions, gritaré alborozado los goles de los Etoo, Messi, Henry o, sobre todo, los de Iniesta o Xavi.

 

Envía Pere Sureda a La Parida de Andreu Martín, las siguientes palabras:

 

«DOS HOJAS DEL TREBOL

 

      «La victoria queda en los libros,

 

      pero la forma

 

      de conseguirla queda

 

      en la cabeza

 

      y en el corazón de la gente»

 

(ARRIGO SACCHI.)

 

Y ahora a conseguir el trébol en Roma el día 27, con nuestro estilo. No sabemos hacerlo de otra forma.»

 

Las suscribo como propias y, estupefacto ante las elecciones para la Casa Blanca, echando de menos a un Obama que nos conquiste con su proyecto sereno y la esperanza de su discurso, cierro este texto con un grito que, como madridista convicto y confeso, reconozco que me rechina… pero que no me puedo dejar dentro, aún a riesgo de que me caigan mojicones a diestra y siniestra:

 

¡Visca el Barça!

 

Jesús Lens, increíble y semanalmente blaugrana.

BASKET: OTROS VALORES DEL DEPORTE

Quiero dedicar hoy este artículo de José Luis Larrea, que podríamos incardinar dentro del Proyecto Florens, a mi amigo Migue Ríos, cuyo alucinante triple desde el centro del campo, en el último segundo, nos sirvió para ganar un partido casi perdido, lo que viene a acreditar que siempre, siempre, siempre hay que intentarlo.

 

Migue… ¡Un crack y un ejemplo a seguir!

Como el que nos muestra este excelente, emocionante y prometedor cortometraje: Básket Bronx, de Martín Rosete, un chaval que dará mucho que hablar y que nuestro Gran Peter Man nos localizó a través de Internet.. 

 

El mundo del deporte se ha utilizado muchas veces como elemento evocador para hablar de los problemas de las empresas y las organizaciones. Los juegos deportivos han servido para reflexionar sobre los equipos, el liderazgo, los valores, incluso las relaciones familiares. El potencial que tiene el deporte, a la hora de reflejar estos conceptos, es que lleva al límite situaciones y circunstancias que en la vida empresarial transcurren a un ritmo muy diferente.

Sin embargo, el poder evocador del juego, y en especial del baloncesto como sistema de innovación, nos permite proyectar otras cuestiones de gran relevancia. Su gran virtualidad radica en ser un sistema de innovación tremendamente tensionado en el espacio y en el tiempo, lo que supone contar con un laboratorio en el que observar, a modo de microcosmos, qué es lo que pasa con un sistema de innovación puesto al límite, ahí en donde la excusa del espacio y del tiempo no existe. Un espacio y un tiempo que pone a los componentes del sistema de innovación frente a sus propias responsabilidades y retos, sin excusas. La innovación tiene en el baloncesto un buen código para intentar descifrarla. De los aspectos que se ponen de manifiesto, me gustaría destacar tres: el papel de los prejuicios, el papel del tiempo y el papel del azar.

El principal reto para empezar a innovar tiene que ver con superar los prejuicios. Enfrentarnos a las rutinas derivadas de nuestros prejuicios, que amenazan con configurar contextos llenos de verdades inmutables, es fundamental para innovar. Pero el reto no acaba en nosotros mismos, nos lleva también a convertir la amenaza de los prejuicios en oportunidad, pues «los prejuicios de los demás son nuestra mejor oportunidad para innovar».

Esto nos enseña también el juego del baloncesto. Dos equipos frente a frente, con sus sistemas, sus capacidades y sus emociones, y la necesidad imperiosa de sorprender para innovar. La clave para sorprender está en analizar el comportamiento del equipo contrario, ponernos en su lugar para evaluar su actitud hacia nosotros, sus prejuicios. Prejuicios que nos respetan o que nos infravaloran, prejuicios que debemos volver en su contra. Cuando piensen que no corremos, volaremos; cuando crean que correremos, pararemos; cuando nos esperen en el sistema A, usaremos el B, y así jugada tras jugada, sorprendiendo.

Otra lección importante que podemos aprender del juego del baloncesto es la importancia del tiempo. El dominio del tiempo es uno de los desafíos de la innovación y es el principal desafío del juego. El equipo juega con ese sexto jugador que es el cronómetro. Si no lo tienes en cuenta, fallará, por eso hay que integrarlo como un jugador más. Tiempo para pasar de campo, para hacer una jugada, para poner el balón en juego, para estar en la zona… tiempo muerto… Para descifrar el enigma de la innovación, el baloncesto nos dice que incorporemos al tiempo a la mesa de nuestras discusiones, que le demos un papel capital en la ejecución de nuestros procesos, que lo escuchemos y lo comprendamos.

Por último, otra lección importante del juego es que en un sistema de innovación el azar, la suerte, es la nueva frontera por descubrir. Es una ley que todavía no comprendemos, pero está ahí. El juego parece que nos llevaría a elevar el azar a la categoría de jugador imprevisible. Sin embargo, el juego nos dice que el azar es la excusa que explica lo que no hemos sido capaces de anticipar. En la última jugada del partido, en el último segundo, el balón vuela hacia el aro y no entra. Hemos perdido el partido y el campeonato. ¡Qué mala suerte!

En realidad no es mala suerte, simplemente no hemos hecho bien nuestro trabajo. En la medida en que un sistema de innovación avanza, cruza nuevas fronteras y cosas que hasta entonces parecían casualidad desvelan sus leyes. El territorio conquistado acorrala las casualidades y las convierte en retos comprensibles y superables. Siempre habrá nuevas fronteras, nuevas leyes por descubrir, nuevos territorios a ganar al azar. El desafío consiste en que mi territorio descubierto, mi espacio de innovación sea más amplio que el de mi competidor. En ese momento, el contacto se produce en un territorio en el que, lo que para mí es conocimiento, para el competidor es azar. ¿Tenemos dudas de quién encestará la canasta?

Estas tres claves, prejuicios, tiempo y azar, son algunas de las lecciones que se desprenden del juego, pero no son las únicas. El balón está en el aire, el partido ha comenzado. Disfrute del juego, es el juego de la innovación.