Caos de Superhéroes

El follón que se ha organizado con el fichaje de Ben Affleck como nuevo Batman para compartir protagonismo en la secuela de Supermán, El Hombre de Acero; me ha hecho darme cuenta de que estoy más perdido que una factura con IVA en la Tesorería de… en fin. Ya me entiendes.

La Warner saca lustre a Affleck
La Warner saca lustre a Affleck

Estoy perdido porque, excepción hecha de los Batman de Nolan; no he visto nada que tenga que ver con X-Men, Vengadores, Lobeznos, Hombres de Hierro y Hombres de Acero, Supermanes, Tormentas, Spidermanes… Recuerdo que vi un Thor en casa. Y un Capitán América. Pero no sé a qué sagas pertenecen ni dónde encajan.

Entonces, cuando me hago con ciertas revistas de cine o veo las programaciones de determinados canales, no entiendo nada. Me siento más perdido que un legítimo apunte contable en la Tesorería de… en fin. Ya me entiendes.

 Superheroes

Pero me gustaría hacer propósito de enmienda.

Porque el mundo está necesitado de Superhéroes.

Así las cosas: ¿por dónde debería empezar? ¿Dónde está el principio y por dónde debo seguir, para entender a Scarlett Johanson, Hugh Jackman o Halle Berry; cuando se visten con mallas?

 Superheroes variados

Se agradece, de antemano, la información y el esfuerzo en contestar e ilustrar.

¡Saludos cordiales!

En Twitter: @Jesus_Lens

El caballero oscuro

¿Por qué los guionistas de la última entrega de Batman no nos explican quién es Bane, qué busca y cuáles son sus principios y su filosofía mucho antes de lo que lo hacen?

Las películas de superhéroes son mejores cuanto peores son los archivillanos que se enfrentan a los protagonistas. Peores en cuanto a intenciones, planes maléficos y propósitos destructores, claro. Porque, para que un malo sea malo de verdad, tiene que ser excepcionalmente bueno. El Joker interpretado por Heath Ledger, por ejemplo, fue magistral. Harvey Dos Caras, sin embargo, me convenció menos Aquí, el Post «I love the Joker«.

Y, así, llegamos a la tercera parte de la trilogía de Batman pensada, planificada, diseñada, escrita, dirigida y producida por Christopher Nolan, uno de los grandes visionarios del cine del siglo XXI. Una trilogía oscura, trágica, contemplativa y existencialista en la que Batman es un personaje atormentado, introspectivo y melancólico, tal y como se nos presenta al comienzo de esta nueva ¿y última? entrega de la saga. Al menos, la última de Nolan y Bale, según han asegurado.

Pero, en realidad, la película no empieza con ese Batman minusválido, cojo y huidizo, sino con la primera de las tropelías cometidas por el malo de la función, ese Bane cuyo rasgo más característico es una máscara y una voz que lo emparentan con aquel admirado, reverenciado, imitado y nunca superado Darth Vader galáctico.

Como si de una película de James Bond se tratara, asistimos a un aperitivo espectacular y rebosante de adrenalina antes de pasar al desarrollo de los personajes, las tramas y la fijación del momento espacio-temporal en que se desarrollará la acción, unos años después de la traumática muerte de Harvey Dent y de la desaparición de Batman. Gotham es una ciudad tranquila y pacífica y Bruce Wayne vive recluido en su mansión, aplastado por los recuerdos.

Pero las cosas van a cambiar. Porque ese Bane, malo malísimo, está dispuesto a acabar con la concordia ciudadana. Tras una primera hora de idas y vueltas, tirando a confusa y a sosa, en la que solo se salva la felina presencia de Anne Hathaway; la película empieza a coger altura con el ataque a la Bolsa, justo cuando Bane empieza a mostrarse como un líder ácrata y revolucionario que trata de subvertir el orden establecido, poniendo en jaque a las grandes fortunas de Gotham.

Así las cosas, ¿para qué es necesario Batman? En realidad, cuando Bane muestra sus credenciales, empieza a caernos bien. Lo malo es que ya es tarde y resulta imposible tomarle el cariño que le tomamos al Joker, por mucho que esa pelliza de cuero con forro de borrego mole tanto. Máxime porque los guionistas, sabiendo que jugaban con fuego y que, en lo más crudo de la crisis, los espectadores podían identificarse con los postulados del malo de la función y aceptar los sumarísimos juicios revolucionarios a los próceres de Gotham; lastran a Bane con la responsabilidad de arrostrar una grave amenaza para todos los ciudadanos de la ciudad. Sin excepción.

Acción, redención, sufrimiento, superación, acción, acción y más acción marcan la traca final de una película que termina por encajar piezas que cualquier espectador medianamente atento ya había encajado con anterioridad.

Y, sin embargo, la magia del cine, de la sala llena y la pantalla gigantesca; de la música alta y el olor a palomitas hacen que uno salga del cine sonriendo, con ganas de tomarse una cerveza y pensando… ¿cuándo se estrenará “El Hombre de Acero” de Snyder, cuyo tráiler pudimos ver antes de la proyección de “El caballero oscuro”?

Y es que, efectivamente, las leyendas renacen… sobre todo, en tiempos oscuros y sombríos como estos que nos toca vivir.

Jesús Lens

PD.- ¿Veis conseguido el primer Postpósito de agosto? Por cierto que Barrera, el inspirador de la idea, también ha escrito su Batpost.

SONRÍA, POR FAVOR

La columna de hoy viernes, en plan luminoso, positivo y alegre. ¡Qué ya se va terminando agosto! 🙂  

 

Hay días, cuando vuelvo de correr, en que al final del camino me encuentro con una amiga que, aún sudando por todos y cada uno de los poros de mi piel, no duda en plantarme dos besazos y, a través de una enorme y luminosa sonrisa, me desea una feliz tarde. Una sonrisa, abierta, generosa y natural que consigue hacer que me olvide del cansancio, del calor y de la sed, alegrándome el resto del día.

 

Sonría, please
Sonría, please

Seguramente ya conocen ustedes esa frase que, al estilo Autoayuda-New age, reza así: «Una sonrisa significa mucho. Enriquece a quien la recibe, sin empobrecer a quien la ofrece. Dura un segundo y su recuerdo nunca se borra.»

 

Aunque un tanto engolada, reconozcamos que la frase es de libro. Para enmarcar. Para escribir con mayúsculas en el espejo en que nos miramos cada mañana, al levantarnos, mientras nos lavamos la cara y hacemos planes para el resto de la jornada. Uno de esos consejos que todos deberíamos aplicarnos y seguir a rajatabla.

 

«Why so serious?», se preguntaba el Joker en los carteles publicitarios de la última y fantástica película de Batman. Un Joker que, a través de su maléfica y trágica sonrisa, se erigió en el verdadero protagonista del filme y cuya imagen de portada en el tebeo «La broma asesina», armado con una cámara de fotos y diciendo «Sonría», he usado muchas veces en mails dirigidos a personas que andaban tristes, alicaídas o en baja forma.

 

¿Por qué tan serios?
¿Por qué tan serios?

Como Marta Domínguez. La atleta palentina, una de las mejores deportistas españolas de todos los tiempos, gane o pierda, siempre tiene una inmensa y festiva sonrisa en su rostro. ¿La recuerdan en Pekín, después de caerse en el final de su maravillosa carrera de 3.000 obstáculos, al tropezar con una de las vallas, cuando cabalgaba directamente hacia el medallero olímpico? A mí se me saltaron las lágrimas, viéndola sonreír frente a las cámaras de televisión, con el corazón todavía a mil pulsaciones, quitándole hierro al accidente. Y quizá por eso, el pasado lunes me emocioné como un niño pequeño cuando ganó la medalla de oro en los Mundiales de Berlín, viendo su enorme cara de felicidad al entrar en meta.

¡Sonrisa de oro!
¡Sonrisa de oro!

O Usain Bolt. Un tipo feliz que, antes, durante y después de sus carreras, majestuosas e imperiales, siempre sonríe y bromea con desenfado y alegría, incluso antes de batir su sideral récord del mundo, en uno de los Instantes Decisivos atléticos más impresionantes de la historia.

 

Bolt, un tipo feliz
Bolt, un tipo feliz

Hay profesiones, como la de la hostelería, en que las sonrisas deberían ir con el puesto. Por ejemplo, las que acompañan a la cañas que nos pone Isa, las noches de concierto en la Plaza de las Culturas. ¡Impagables!  

 

Así que, ahora que las autoridades sanitarias nos prohíben los besos, abrazos, apretones de mano y demás muestras de afectuoso cariño, hagamos caso al Maestro Tuitero Antonio Domingo y «regalemos sonrisas, que son gratis, no se nos gasta el semillero y dan una cosecha buenísima de momentos felices».

 

Jesús Lens Espinosa de los Monteros.

BIENVENIDOS, MR. OBAMA & MR. BATMAN

Arden los Foros con las más malévolas interpretaciones a costa de esta viñeta de Ricardo, en El Mundo.

 

¿Se ha transmutado la España de ZP en un cruce entre el «Bienvenido Mr. Marshall» de Berlanga y las dotes orales de aquella Mónica de grato recuerdo?

 

Por cierto, que no es San Barack Hussein el único americano que viene a salvarnos de los terrores del siglo XXI.

 

Miren quién viene a proteger las góticas torres de la Sagrada Familia…

 

Directamente, desde Gotham City, tenemos a «Batman en Barcelona», con portada de Jim Lee y ejecución de Mark Waid y Diego Olmos.

 

¡USA al rescate!

 

Jesús Lens, admirador de los Superhéroes.