Hablemos de la dimensión como guionista del cineasta Agustín Díaz Yanes, III Premio Granada Noir por toda su carrera y que sigue en el tajo, dándole a la tecla, como me contaba hace unos días.
El primer guion en que Díaz Yanes apareció acreditado es ‘Barrios altos’, un libreto que escribió para Charo López y que acabó protagonizando Victoria Abril, primera ‘colaboración’ de una de las grandes parejas creativas de la historia del cine español. Por los azares del destino propios de la industria, el guion fue adquirido por un productor al que gustó la idea de partida. Para su adaptación y modificación contrató a la guionista Lola Salvador, que insistió en que Díaz Yanes apareciera en los créditos finales.
Un detalle a tener en cuenta es que aquel guion ya incluía dos de las claves esenciales del cine de Díaz Yanes: la importancia de las mujeres protagonistas y el policíaco como género. “Trabajaba con ideas propias y originales. Desde siempre me ha gustado mucho el thriller, pero había poco en el cine español y era rarito. Me costó que lo vieran en su momento”, me cuenta un cineasta que fue el gran revolucionario, el auténtico transformador del cine negro español.
Su siguiente trabajo fue ‘Baton Rouge’, otro noir de manual, en este caso inspirado en ‘Fuego en el cuerpo’, película inspirada a su vez en un gran clásico del género negro norteamericano como es ‘Perdición’. El proceso creativo de esta película, cuyo guion fue escrito a cuatro manos por el propio director de la cinta, Billy Wilder y el mítico novelista Raymond Chandler; ha generado ríos de tinta y sirve como perfecto ejemplo para entender las similitudes y diferencias entre el relato, la novela y los guiones. De hecho, el libreto de ‘Perdición’ se basaba en una novela de James M. Cain, ‘Pacto de sangre’, que había comenzado como reportaje periodístico por entregas.
Rafael Moleón dirigió ‘Baton Rouge’ en 1988. En el elenco artístico, Carmen Maura, Antonio Banderas y, de nuevo, Victoria Abril. La película funcionó bien en taquilla y el guion de Díaz Yanes y el propio Moleón fue nominado al Goya.
‘A solas contigo’ fue el siguiente thriller de Díaz Yanes, escrito con Eduardo Calvo y Manolo Matji. Dirigida por Eduardo Campoy, la película contó con Victoria Abril, Imanol Arias y Juan Echanove en los papeles principales. De nuevo un personaje femenino poderoso y una trama de espionaje, tema poco transitado por nuestro cine. Como resultado: una nueva nominación del guion a los Goya de 1991.
A continuación, ‘Demasiado corazón’, que incorpora la voz en off como recurso estilístico, algo poco habitual en el cine español. La película, igualmente dirigida por Eduardo Campoy, contaba con Victoria Abril… por partida doble, dado que interpreta a dos hermanas gemelas. Un nuevo hito en esa cruzada por adaptar el cine de género norteamericano al patrio.
Y es que el cine español se caracterizó durante demasiado tiempo por producir dramas de contenido social de carácter más o menos panfletario o reivindicativo. Díaz Yanes trabajó denodadamente por escribir películas policiacas, abriendo el camino a una posterior generación de cineastas que se volcaron en el género negro con sabor local, integrando el realismo y las denuncias de algunas de las lacras del momento en sus tramas o apostando por el thriller de acción puro y duro.
Entonces llegó ‘Nadie hablará de nosotras cuando hayamos muerto’. A petición de Victoria Abril, además de escribirla, Díaz Yanes se puso tras las cámaras y filmó una de las obras cumbre del cine negro español, iniciando una brillante carrera como director. Pero esa es ya otra historia.
Jesús Lens