¿Se acuerdan ustedes del bitcoin? Hace unos meses, no se nos caía de la boca. Se había revalorizado un nosecuántos por ciento y los inversores en criptomonedas se estaban forrando. De repente, no había mejor sector profesional que el de la minería de datos. De hecho, el día en que una inmobiliaria vendió una casa en bitcoins, pareció que el mundo se tambaleaba.
Como todas las burbujas, no tardó en explotar. ¿Qué pasará con el bitcoin en el futuro? Ni idea. Ahora, sin embargo, lo que debe ocuparnos —¿y preocuparnos?— es la libra. Pero no la esterlina, sino la del facebook. La libra virtual anunciada por la insaciable red social de Zuckerberg, dispuesta a acuñar su propia criptodivisa.
La semana pasada fue mi cumpleaños. Recibí muchas felicitaciones virtuales a través de facebook y les confieso que me sentí mal, dado que apenas uso la red social para ese propósito. En concreto, desde que los cumpleaños se convirtieron en excusa para abrir campañas de recaudación de fondos para ONG: como no quiero darle mis datos económicos a facebook, paso del tema.
Días antes de mi cumpleaños, facebook empezó a martillearme con lo de la recaudación. No le hice caso. Aun así, según me dijeron, el algoritmo había comenzado una campaña solidaria en mi nombre. Ignoro a favor de quién, que no me he molestado en mirarlo. Sobre todo porque un amigo que sí inició voluntariamente una de esas colectas, se ha encontrado con que los cerca de 500 euros recaudados entre sus amistades no habían llegado a la ONG seleccionada, semanas después de su aniversario.
Las plataformas son una amenaza muy seria para la banca tradicional. Apple sí tiene mis datos económicos, por ejemplo. Y Amazon, aunque sólo la use para comprar películas imposibles de encontrar en España. No tardarán en ofrecer servicios financieros. Al principio, irán de la mano de conocidas entidades bancarias. Después, las deglutirán. Mientras, ojito con las criptodivisas: de momento, son muy parecidas al timo de la estampita. Molón y virtual, eso sí.
Jesús Lens.