El fútbol es cuestión de velocidad,
de músculo,
de cabeza, valor y coraje,
pero, sobre todo, el fútbol es cosa de corazón.
Y como este año, lo del Barça ha sido puro corazón, desde hoy me declaro irredento blaugrana. Y que nadie piense que me subo al caballo ganador, que al Barcelona ya solo le queda ir hacia abajo.
Por todo ello, gritemos: ¡Visca el Barça!
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