El sedentarismo asesino

El martes me desperté a eso de las 5 am y ya no conseguí dormirme. Estamos con los preparativos de la cuarta edición de Granada Noir, que arrancamos a final de este mes, y la ansiedad comienza a hacer de las suyas. Cogí el libro de la mesilla y me puse a leer. Pero un pensamiento recurrente me tenía mosca: “Esto, mientras has estado en danza por toda la provincia, no te pasaba”.

El miércoles salí a correr con las Cabras Locas. A trotar más bien, que fueron apenas 8 kms. de suave rodar, contándonos cosas y sin parar de hablar. A la mañana siguiente, la alarma del móvil tuvo que emplearse a fondo para traerme de vuelta desde el Séptimo Cielo por el que andaba buscando historias para un Verano en bermudas ultraterrenal.

Puede ser casualidad. O no. Pero la OMS advierte: el sedentarismo pone en peligro a una cuarta parte de la población adulta. Lo leíamos ayer en Ideal Digital: unos 1.400 millones de personas se encuentra en peligro de sufrir enfermedades cardiovasculares, diabetes tipo 2, demencia y cáncer debido a sus hábitos de vida.

Lo sé, lo sé. Preocuparse por la salud y dar consejillos sobre la necesidad de cuidarse y llevar una vida saludable es un síntoma inequívoco de viejunismo. Pero no me resisto a comentar una información repleta de paradojas que, no por sabida, resulta menos preocupante.

Con las bermudas arremangás, fotografiando un puente

Por ejemplo, la moda de los patines y las bicis eléctricas. Que está muy bien favorecer la movilidad y ser innovadores, pero que a este ritmo, en los países desarrollados no vamos a dar un paso ni para ir a la barra del bar a reclamar la tapa de morcilla pendiente.

A mayor nivel de desarrollo, más flojera. Cuánta más pasta manejamos, menos nos movemos: conducir todo tipo de vehículos es signo de clase y distinción. Por contra, ir andando a cualquier sitio parece ser de tiesos. No tienen más que ver el síndrome del coche oficial y su efecto colateral más palmario: el barriguismo. ¡Con lo bien que se resolverían los asuntos de estado a pie y caminando!

Los Len2 con los 200 escalones de la bajada a La Joya a sus pies

Reconozco que escribo esta columna a modo de autoayuda, autoafirmación y casi, casi de autoritarismo: no dejo de coger peso y necesito convencerme a mí mismo de que seré capaz de dejarme unos kilos en los caminos. ¿Y ustedes?

Jesús Lens

Kilómetros para la reflexión

La culpa la tuvieron, a partes iguales, la portada de IDEAL y mi amigo Fiti. Porque estaba desayunando cuando la Ultra Trail de Sierra Nevada me entró por el ojo. Y de eso hablo en mi columna de IDEAL de hoy.

Hablamos de una de las pruebas atléticas más duras del mundo. Y Fiti ha participado en ella, terminándola en su modalidad de 62 kilómetros. Que se necesita ser animal. La cosa es que, cuando le quedaban 20 kms. para culminar la hazaña, nos mandó un WhatsApp a las Cabras Locas, diciendo que tenía ampollas en los pies y que estaba hecho pedazos. No tardaron en llegarle mensajes de ánimo de todos nosotros.

Ultra Trail Sierra Nevada Alberto Fidalgo

Por la tarde, Fiti nos confesó que había pensado en abandonar, pero que sentir el empuje de los colegas, amigos y familiares, le animó a seguir. Y a convertirse en Finisher de una prueba que es una auténtica salvajada, tras doce horas de brutal carrera por la montaña.

Ultra Trail recorrido

Hoy me tocaba salir a correr, que llevaba unos días parado, entre el trabajo y la literatura. Y ahí estaba, con el café y la tostada, leyendo la información sobre la Ultra Trail. Y me dije a mí mismo que, como mínimo, tenía que hacer 20 kilómetros. Que menos, era un insulto, una vergüenza.

Así que puse rumbo a Pinos Genil. ¡Qué gusto, a eso de las 10.30 am, encontrar a tanta gente paseando, trotando o montando en bicicleta, tranquila y relajada! Estoy convencido de que si la gente se moviera más, habría menos maldad en el mundo.

Cuando voy a Pinos, me gusta tirar por la margen derecha del Genil, por los senderillos junto a la autovía, que el sonido del agua corriendo y saltando sobre las piedras es una delicia. Pero me encontré el camino descuidado, lleno de zarzas y malas hierbas, todo seco. Que lo peor no es terminar con piernas y brazos como un mapa, por los arañazos, sino que la zona volverá a arder. No sé a qué autoridad compete el mantenimiento de ese recorrido, pero tal y como está, es un claro riesgo y una bomba incendiara en potencia.

Y luego está lo muy cerda que es la gente: cualquier zona accesible del río a la que se pueda llegar en coche, está llena de basura, latas, bolsas y botellas rotas.

Pero qué cerda es alguna gente, en Granada o en las Pedrizas
Pero qué cerda es alguna gente, en Granada o en las Pedrizas

¿Y la vuelta? Mañana les cuento los 11 kms. restantes.

Jesús Lens

Twitter Lens

   

Zújar y su buen paisanaje

No quería ir. Pero fui. Asustado. Porque el perfil anunciado para el I Trail de Zújar daba escalofríos, con una primera subida continuada de 8 kilómetros y 825 metros de desnivel. Y lo cuento en mi columna diaria de IDEAL, por supuesto.

Tres Cabras Locas, en la salida del Trail
Tres Cabras Locas, en la salida del Trail

Ya en carretera, cuando el Jabalcón se presentó frente a nosotros, los escalofríos se convirtieron en terror. Puro y duro. ¿Qué se me había perdido en una prueba atlética tan dura como aquella? En total, 22 kilómetros, con un desnivel positivo acumulado de 1.330 metros. Y otros tantos de bajada, por supuesto. Que, para músculos y rodillas, son letales.

Cerca de cuatro horas invertí en completar el recorrido. Fui uno de últimos en llegar a meta. Pero lo hice con una sonrisa. Porque, aunque parezca inconcebible, disfrute de prácticamente todos y cada uno de aquellos 22.000 metros de Trail.

Jesús Lens corriendo

Para empezar, el paisaje, que la carrera transcurría íntegramente en plena naturaleza, sintiendo el rumor del viento entre los árboles, el piar de los pájaros desde el kilómetro cero y la fragancia del romero y el tomillo en el aire.

A medida que íbamos ganando altura y las azules aguas del Negratín se quedaban pequeñas, los pinos dejaron paso a encinas, quejigos y demás vegetación autóctona. ¡Hasta el cielo, veíamos ya! Y, en lo alto, la cumbre calcárea del Jabalcón, una de esas montañas que, desde el domingo, ya forma parte de mi colección particular de memorables picos coronados.

En lo alto del Jabalcón
En lo alto del Jabalcón

Cuando estábamos a punto de alcanzar la cumbre, nos sobrecogió la majestuosidad de un águila en vuelo. ¿O sería un buitre, atento por si podía darse un festín con alguno de aquellos intrépidos corredores?

La llegada a la ermita de la Virgen de la Cabeza fue una fiesta. Porque los buenos y alegres paisanos de Zújar nos recibieron con alegría, risas, bebidas, fruta, chocolate, gominolas… Y es que, más importante que el propio recorrido, es esa buena gente que, de forma voluntaria y altruista, hace posibles estas carreras. Como las decenas de mujeres, niños y jóvenes que, durante todo el recorrido, nos socorrían con agua fresca, nos animaban y nos guiaban para que no nos perdiéramos entre riscos, tajos y precipicios. ¡Qué vistas! ¡Qué senderos! ¡Qué travesías!

¡Esos voluntarios!
¡Esos voluntarios!

Mientras recorría los últimos kilómetros, de nuevo entre pinos, seguía con la sonrisa puesta, aunque me dolieran las piernas enteras. ¡Qué gran domingo, gracias a la brillante organización y a esos buenos zujareños!

Jesús Lens

Twitter Lens

Trail Nevada

Cuando tú leas esto, yo andaré preparándome para el Trail de Nevada, para correr con Las Cabras Locas. AQUÍ, los resultados.

Trail Nevada Cartel

O lo estaré corriendo. Y sufriendo. A la vez que disfrutando.

O lo habré terminado (toco madera) y estaré hecho polvo, a la vez que satisfecho. Aunque quizá no. No lo haya terminado. ¿Quién lo sabes?

Trail Nevada Perfil y Distancia

Da igual.

Porque si hoy es domingo, hoy toca correr.

Trail Nevada Mapa

Jesús Lens

Twitter Lens

 

La Subasta Malaya

Escribo estas líneas bien temprano, el sábado por la mañana. He quedado para salir a correr por la montaña, dentro de un rato, con mis colegas de las Cabras Locas. Según ellos, vamos a estirar las piernas. En realidad, sé que acabaré estirando la pata, así que prefiero dejar los deberes hechos y enviar cuanto antes esta columna para el IDEAL de hoy domingo.

Las Cabras Locas

Les cuento esto porque a mí me gusta escribir mis artículos bien entrada la tarde, que a primera hora de la mañana me resulta muy complicado tener ninguna opinión, sea fundada o por fundar. Necesito leer la prensa y escuchar los análisis de los especialistas, palpar el ambiente de las calles y charlar con conocidos, amigos y colegas. Hoy, por ejemplo, habría sido un gran día para pasar por la pescadería, a ver qué se cuentan…

Decido, pues, asomarme a esa otra ventana a la realidad que es Internet. Y, tras una procelosa navegación, acabo recalando en un puerto de resonancias míticas: la subasta malaya.

Les aconsejo que visiten ese puerto. ¡Qué maravilla! Impresionante, el portal de subastas que liquidará el patrimonio acumulado por Juan Antonio Roca, valorado en 75 millones de euros. Comienzo por la pestaña de “Inmuebles”, pero como no tengo cash para pujar por los 27 kilos de la Finca La Loma, y los áticos de Marbella o las casas de Ibiza no me llaman, me paso a la sección de “Atraques”, que me gusta cómo suena. Sin embargo, gastarme 800.000 euros en el Puesto de Atraque 101 de Puerto Banús tampoco me encaja. Más que nada, porque los impuestos no están incluidos.

Subasta Malaya

Me voy, por tanto, a “Otros bienes”. Armas, caballos, carruajes, látigos, monturas… ¡el paraíso para un amante del western! Pero no. No es eso lo que busco. Porque, imbuido por el espíritu de los “47 Ronin» y las aventuras de Usagi Yojimbo de Stan Sakai, protagonista del Salón del Cómic de Granada de este año, tal y como decíamos ayer; lo que yo ansío tener en mi casa es la armadura japonesa completa de Juan Antonio Roca.

¡Una maravillosa armadura de samurai, de comienzos del siglo XX! Desde que he sabido de su existencia, no puedo conciliar el sueño.

Armadura Japonesa siglo XX

De hecho, ya no concibo mi vida sin ella. Me dan igual los relojes, los cuadros o las esculturas. Paso hasta de la selección de vinos, tasada en 280.000€. ¡La armadura, la armadura! ¡Yo me pido la armadura!

Jesús Lens

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