Tarta de cerezas

“Tarta de cerezas”. Así se llama el cuadro que, en sus 100 x 150 centímetros de dimensión, ya ardo por tener colgado en las paredes de mi casa.

– ¿Otra vez? ¿Ya lo has hecho otra vez?

Pues sí. Otra vez. Otro volunto. Otra intuición. Otro felicísimo rapto de inspiración.

Como aquella otra vez, que contamos AQUÍ, en esta ocasión todo comenzó con una visita al Museo CajaGRANADA Memoria de Andalucía. La guía que nos acompañaba a Paulino y a mí se llamaba Irene y era pintora. Irene Sánchez Moreno. Apuntad. Y subrayad. Que ya os acordaréis, más pronto que tarde, del nombre de ese pedazo de artista…

Comenzaba la primavera y había terminado yo de corregir el primer borrador de “Café-Bar Cinema”, el nuevo libro con el que pienso torturaros desde septiembre. Dos años, en total, le voy a haber dedicado a un trabajo íntimo, especial, duro, complicado y, sobre todo, satisfactorio. Muy satisfactorio.

Por todo ello, quería tener un recuerdo de estos meses de encierro, trabajo solitario, decenas de películas vistas y vueltas a ver, dudas, recelos y dolor de espalda. Y de dedos.

– ¿Te animas a pintar un cuadro sobre “Café-Bar Cinema”?

– Vale, pero ¿cómo? ¿Qué cuadro y de qué manera, estilo, tema?

– Lo que tú quieras. Un cuadro. Cine, bares, cafés, clubes… lo que quieras. Ahí llevas el tochaco, en un Word. La pelota está sobre tu tejado.

– ¡Hecho!

Irene no se achantó, ni mucho menos, ante el impreciso desafío. ¿Quién dijo miedo?

A lo largo de estos meses, os he ido mostrando parte del trabajo de Irene, que incluso se prestó a que jugáramos con uno de sus cuadros, en busca del nombre perdido. Meses en que he tenido la fortuna de conocer a una pintora excepcional que, sin embargo, es todavía mejor persona.

En Territorios Sur, me partía de risa al ver el cuadro que pintaba, sobre el escenario, Santos de Veracruz, el acompañante de Muchachito Bombo Infierno. Le mandé las fotos a Irene: – ¿A que este tipo te ha plagiado la idea? – le decía entre risas.

Pasaban las semanas. Hace unos días, el Facebook nos descubría esta foto.

¡Ese era mi cuadro! Y no le podía ver ni un resquicio. ¡Maldición! Los nervios me consumían mientras Irene y Gloria se partían de risa a mi costa.

¡Grrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrr!

Entonces, justo a medianoche del martes de la semana pasada, entró un mail en la BlackBerry: el cuadro estaba terminado.

Solo que, por cuestión de agendas, no sería posible verlo hasta el lunes siguiente.

El pobre Colin se hartó de oír, durante nuestro fin de semana salobreñero, mis expectativas, mis esperanzas, mis ilusiones, puestas en el cuadro de Irene.

Y, por fin, ayer lunes quedé con Irene para ver el cuadro. Terminado. Y… ¡voilá! Ahí lo tenéis. (Si lo pincháis, crece. Y crece, y crece…)

Tarta de cerezas

Permitidme que, como ayer, en el estudio de Irene y Antonio, sea parco en expresiones y comentarios. Prefiero cederos la palabra.

¿Qué opináis? ¿Qué os parece este “Tarta de cerezas”?

Item más: ¿por qué ese título? ¿Qué detalles cinematográficos o televisivos le encontráis? ¿Os suena algo del espacio que veis, a los granadinos y/o conocedores de los garitos de nuestra ciudad?

Venga, venga. ¡A opinar, pensar y comentar!

Jesús exultante Lens

PD.- Dando las últimas pinceladas a “Café-Bar Cinema”, ultracontento, también, porque nuestro querido Fernando Marías está escribiendo un prólogo para el libro. Si es que, cuando uno se rodea de buena gente creativa, amiga y cómplice… la vida es maravillosa.

¡Gracias!

PD II.- Tres otros días como hoy, sí que escribimos, en años pasados: 2008, 2009 y 2010

PARADOJAS ANTIFOTOGRÁFICAS

A mi último viaje a Senegal opté, directamente, por no llevar cámara de fotos. Después me arrepentí, claro. Y les di la lata a mi Cuate y a Álvaro, pidiéndoles la suya o animándoles a que fotografiaran algunas cosas que yo veía y me gustaban.

No tengo paciencia con la fotografía. Siempre tengo la cámara en Modo Automático y lo más que hago es jugar con el zoom. Además, me pone nervioso estar de viaje y pasarme el rato mirando por el visor de la cámara. Cuando llevo cámara, tengo la sensación de no ver las cosas por sí mismas si no por cómo saldrían, después, en la pantalla del ordenador.

Sin embargo, cuando estoy en casa, leo el Dominical de IDEAL, y me encuentro con estas imágenes de Saul Leiter, que respiran todo el aroma de mi querido proyecto “Café-Bar Cinema”, me dan los siete males por no perseverar en el arte de la fotografía. De la pintura, por supuesto, ni hablamos.

En fin.

Y ya que hablamos de la prensa, hoy domingo, un domingo horizontal y perzoso, de cama y sofá; no dejéis de leer esta joya de Manuel Vicent sobre la conquista de la Luz y este clarividente artículo de Orhan Pamuk sobre las cada vez más contradictorias relaciones entre la UE y su Turquía, desde una perspectiva muy diferente a otras, eurocéntricas y solipsistas. Sin olvidar esta polémica en ciernes, entre Manuel Villar Raso y la más reciente ganadora del Premio Nadal, con una novela sobre La Pastora. ¿Qué os parece?

Jesús Sin-cámara Lens

CORREGIR, ROMPER, TIRAR, REESCRIBIR

“Corregir, borrar, reescribir, cortar, recortar… reordenar, recolocar, abrir, cerrar. Tirar, tirar, tirar, tirar. Y dejar atrás lastres ;-)”

Eso escribía en mi Twitter hace un rato, en plena vorágine dominguera de autoimpuesta esclavitud.

Porque esto de los repasos y las correcciones, como escribíamos AQUÍ, es una tortura. Pero necesaria, si queremos hacer un trabajo digno y decente que os guste a la hora de leer el resultado.

El caso es que, para no despistarme, rehabilité mi despacho, quitándome de la tentación de la tele, el Satélite, el DVD, la Sierra llena de nieve… yo es que me distraigo con una mosca.

Un despacho lleno de libros. Y de papelajos, fruto de mi inveterado vicio por los recortitos, de lo que hablaba AQUÍ.

El caso es que, a la vez que corrijo el texto de “Café-Bar Cinema”, voy ajustando cuentas con el pasado que, en el despacho, me asalta por doquier.

Tirando papeles, recuerdos, notas, mensajes… me deshago de un pasado, más o menos reciente, que ya no me aporta, no me sirve, no me gusta, no me interesa. Soltar lastre. Dejar espacio y hueco para lo que esté por venir. Porque el Tiempo, como escribíamos ESTA MAÑANA, es traicionero.

Igual, estoy cambiando la decoración: cuadros, imágenes, fotos, figuritas, libros…

A ratos leo, subrayo, tacho y reescribo.

A ratos miro, leo, veo, recuerdo… y tiro, rompo y sepulto.

Cuando se abre la veda del romper, se rompe. ¡Vaya si se rompe! De repente y a nada que lo piensas, eso que en su momento tanto te preocupó, ahora sientes que te importa un carajo. Aquello que tanto te hizo sentir, ahora no te dice nada. Eso sin lo que no podías vivir, ahora no te parece más que un mero trámite. Lo que entonces tenía un valor incalculable, ahora no vale más que un puñado de céntimos. Lo que te conmovía hasta las lágrimas, ahora te deja frío como un carámbano. Insensible. Impasible. Indiferente.

¡Uf! No pensaba yo que un fin de semana de enclaustramiento y acartujamiento podía dar tanto de sí.

¡Menudo proceso de adelgazamiento vital!

Siento que me he quitado un buen puñado de kilos de encima.

Ahora, a buscar con qué recuperarlos, para volver a engordar. No vaya a quedarme enflojinao.

Jesús en tránsito Lens

EL CORREGIDOR

La palabra del Puente ha sido una, clara, concreta y determinada: corregir.

Así me he pasado la mayoría del tiempo: corrigiendo. Corrigiendo los 468 folios que componen lo que espero que sea mi próximo libro de cine, titulado «Café-Bar Cinema», de momento.

En pleno proceso de corrección vi que el Cotton Club estaba muy deficientemente tratado así que hice un alto en el camino y abandoné el despacho (hasta ese punto de seriedad le he dado a la corrección, encerrándome en el despacho) y me tumbé en el sofá para volver a ver la película de Coppola.

Para saber lo que me parece y el porqué tendréis que esperar a que el libro se publique (crucemos los dedos) pero os anticipo una de las secuencias que más me gustaron de la película y que resume buena parte de su espíritu.

¿No es fantástica?

Lo dicho. Que vayáis ahorrando para comprar el libro, que tanto desvelo tiene que tener recompensa.

😀

Jesús el corregidor Lens