Como ya sabéis, ando trabajando en otro libro de cine, «Café-Bar Cinema» (a cuyas evoluciones no me canso de animaros a conocer, a través de ESTA página del Facebook).
En este caso, el protagonismo es para bares y cafés. Y, desde que estoy ahí metido, cuando viajo me gusta descubrir motivos artísticos que los recuerden. Como por ejemplo, estas pinturas que fotografié en Cusco y Lima. Las dos primeras son unos frescos del Taller de Hilario Mendívil. Las siguientes, del Museo del Oro de Lima, un canto al Pisco, las tabernas, las Huacas y los bares…
El apuesto galán de estas fotos se llama Said Messari y se le conoce como el «Lobo del Atlas».
Durante nuestra estancia en Marrakech quiso que, además de ver la ciudad histórica y antigua, conociéramos la capital cosmopolita y moderna. Y, por tanto, nos acompaño a ver galerías de arte, como la estupenda Tinfou, en que disfrutamos de la inauguración de la exposición de un artista de Asilah, y la nueva arquitectura de la ciudad.
Dentro de poco le dedicaremos una entrada a este artista multimedia, pero quería reseñar este paseo porque nos permitió disfrutar de una insólita panorámica. Y es que en Marruecos no es fácil beber alcohol. Se puede, pero no es fácil. Y hay palabras proscritas. Como la que protagoniza mi nuevo proyecto fílmico-literario, al que tengo que pegar un arreón definitivo estos meses: «Café-Bar Cinema». Cuando hablamos de países islámicos, nos tenemos que referir a cafés, salones de té, terrazas o cafetines. Y punto.
Por eso, este cartel, grande y luminoso, es toda una declaración de principios y da gusto verlo brillar en la azotea de un edificio, en pleno corazón de Marrakech.
¡Vivan los bares!
Y con este Post damos por reinagurada la temporada literaria de Primavera-Verano, invitándoos a seguir la génesis y construcción de este nuevo proyecto fílmico-literario a través del Facebook, en ESTE enlace.
«-¿Por qué de todos los antros apestosos que debe haber en México hemos quedado en éste?»
Fue precisamente viendo la escena que sigue de esta película que se me encendió la lucecita. ¿Y si…? Lo primero fue ESTE reportaje en IDEAL. Y después, dada la buena acogida de nuestro libro, «Hasta donde el cine nos lleve», pues eso. Que me pensé muy seriamente lo del ¿Y si…? Y ahí estamos. Embarcados en mitad de travesía de un viaje cinéfilo-literario que nos lleva por los bares y cafés más memorables de la historia del cine, aprovechando para hacer eso que tanto nos gusta: recorrer los cinco continentes, visitando garitos, hablando con la gente.
Y para ir contando la evolución del proyecto, creamos ESTA página en el Facebook, en la que os espero a todos. Y todas. Y en la que, por ejemplo, planteamos una pregunta en busca de respuesta, partiendo de un artículo de hoy en IDEAL.
¿Tendrá buen fin este nuevo proyecto? ¿Os parece factible? ¿Viable? ¿Interesante? A ver, a ver. ¡Animaos a acompañarnos en el mismo!
En la última presentación que hicimos de «Hasta donde el cine nos lleve», en Salobreña, hace unas semanas, decía que una de las mejores cosas de haber publicado el libro era tener la ocasión de presentarlo por sitios distintos, aprovechando para rodearnos de amigos y para conocer a gente nueva, a cuenta de viajes, películas y palabras.
Toda esta actividad, de Canarias a Gijón, pasando por Villena (Alicante), Granada, Barcelona, Salobreña o la próxima de Madrid (día 13 de marzo, id apuntando) es muy reconfortante, aunque un pelín cara, eso sí. Porque todo ello, obviamente, corre de nuestra cuenta: viajes, desplazamientos, hoteles, las birras, las tapas, las raciones o las copas. En fin. Menos mal que los amigos nos ayudan con la organización y librerías y centros culturales nos ceden sus instalaciones…
Pero lo hacemos con sumo gusto, ni que decir tiene.
A lo que venía dándole vueltas, todo este tiempo, era a cómo alargar este contacto con amigos y lectores, para recibir comentarios, críticas, sugerencias, etcétera, más allá del tú a tú de esas presentaciones.
Y la respuesta está, posiblemente, en esos espacios virtuales que tanto nos gustan. Como por ejemplo, en Facebook.
Aprovechando el mogollón de Amigos que tenemos en el FB, creamos un grupo para «Hasta donde el cine nos lleve», que ya tiene casi doscientos amigos. A ver si entre todos preparamos un buen listado de películas imprescindibles que podrían, deberían haber estado en el libro y, por razones diversas, no están. El Grupo, para que os apuntéis, AQUÍ.
Pero es que unos días después me planteé que hablar de un trabajo hecho y publicado está muy bien, sobre todo de cara a una posible y deseable reedición futura, ampliada y corregida. Pero que lo realmente chulo sería poder ir hablando del trabajo nuevo, inédito y desconocido en que estoy embarcado desde hace unos meses.
Y así ha nacido la página de «Café-Bar Cinema», que tenéis AQUÍ y a la que os invito a uniros y en la que espero encontrar un montón de ayuda, diversión, colaboración y buen rollo. De momento, en apenas un día de vida, ya somos casi 100 fans.
A ver si mucha más gente se apunta y, entre todos, vemos cómo crece un proyecto que, ojalá, podamos ver publicado e impreso en una fecha no muy lejana…