Lo que más me gusta de Chema Martínez es que todo lo hace corriendo. A toda velocidad. Y a la carrera. Es un campeón que, después de haber conseguido medallas, títulos y récords en el mundo del atletismo, no ha dejado de correr.
Sí. Se retiró del deporte profesional. Pero sigue siendo una máquina que entrena como una bestia. Todos los días. Y que pone sus piernas, su experiencia y su currículum al servicio de causas justas, sociales y solidarias, además de seguir participando en pruebas tan descomunales como el Maratón del Sables, una de las más duras del mundo.
Chema también pone su corazón en todos y cada uno de los retos que afronta. Y su cerebro, aunque una de sus máximas sea “No pienses, corre”. Y pone su don de gentes. Su capacidad de comunicar. Y su manejo de la tecnología, que siempre es un pionero en el uso de aplicaciones, gadgets e inventos.
Pero, insisto, lo que más me gusta de Chema Martínez es que todo lo hace corriendo. Él habla. Y comenta. Y anima. Y propone, cita, bromea y encorajina. Pero lo hace con sus zapatillas, esos pantalones tan chulos que siempre lleva, unas camisetas muy virgueras… y corriendo. Hace cosas diferentes, originales y valientes. Acciones que llaman la atención. Acciones que merecen la pena.
Por ejemplo, ayer, Aurelio Soto y un servidor colaboramos con Chema, #TATGranada16, el PTS y Philips en el reto #EnMenosde10: llevar un desfibrilador desde el nuevo hospital hasta el Parque de las Ciencias, corriendo, en menos de diez minutos.
Digo que colaboramos porque Aurelio y yo, lo que hicimos, fue repartirnos por el camino para indicar a Chema por dónde tirar, acompañándole apenas unos centenares de metros, mientras veíamos cómo nos rebasaba y nos iba dejando atrás.
Él llegó en 7 minutos. ¿Con qué objetivo? Concienciar de la importancia de la instalación de desfibriladores en espacios públicos, dado que cada año se producen unas 24.000 paradas cardíacas, con una supervivencia del 5%.
Chema ha abierto esta petición en change.org para que el Congreso de los Diputados apruebe una ley que impulse la cardioprotección en los espacios públicos. A la velocidad a la que Chema Martínez corrió, podría haber salvado una vida. Aurelio y yo, no. Demasiado lejos. Demasiado lentos. Por eso se necesitan más desfibriladores en lugar accesible. ¿Firmas?
Jesús Lens