¿Has leído el reportaje que publica Belén Rico en Granada Hoy? Aquí lo tienes entero, aunque ahora vamos a hablar de algunas de sus partes.
Empieza así:
«Se te cae el alma a los pies». Con esta frase resume Jesús Lens su sensación cuando echa un vistazo a la oferta cinematográfica de la cartelera granadina. El autor de libros como “Cineasta blanco, Corazón negro” o “Café-Bar Cinema” ha puesto en marcha en su programa sobre cine en la emisora La Voz de Granada una sección en la que se hace inventario de todas las películas de estreno que merece la pena ver pero que no han llegado a las pantallas dedicadas al séptimo arte en esta ciudad.
Hablando con Belén, le decía que una ciudad como Granada que, junto a su área metropolitana, alberga a 500.000 personas y tiene unos 80.000 estudiantes universitarios; tiene que haber público potencial que quiera ver otro cine. Y cine en versión original.
Efectivamente, así lo denunciábamos en “Lo que Granada no ve”. ¿Os acordáis? No hablamos de cine iraní o tagalo. Hablamos de cine europeo y cine norteamericano más allá de los Blockbusters. Hablamos de cine de autor. De cine latinoamericano.
En el mismo reportaje, el gran Juan de Dios Salas, histórico responsable del Cine Club Universitario, se muestra más pesimista que yo: “Es cierto que cuantas más salas hay menos títulos pueden elegirse porque están repetidos hasta la saciedad. Aquí no llegan ya ni muchos de los comerciales y la comparativa con otras ciudades es muy negativa, pero no sabemos de quien es la culpa si de los empresarios o del público, porque no hay respuesta a otros títulos.
No sé si es por incultura del público, porque el nivel cultural medio del espectador español es muy bajo. Cada vez hay un público más joven y los jóvenes tienen un desconocimiento absoluto de la historia del cine”.
¿Qué te parece? ¿Cómo lo ves?
Lo que yo propongo, en el reportaje, es lo siguiente:
“Se trataría de hacer algo similar a unos «Amigos del Cine» con el compromiso de asistir a una sala que se reservase para la exhibición de cintas distintas a las que a día de hoy son las que predominan por duplicado o triplicado en los cines de la capital. «Se podría hacer a través de una tarjeta o algo así. Experiencias como el Cine Club Mediterráneo de Motril, que tiene dos pases a la semana con lleno total, demuestran que pueden funcionar. Si eso funciona con películas que tienen varios meses y en una ciudad más pequeña; en Granada puede funcionar”.
¿Soy un iluso?
Quizá.
Pero me gustaría intentarlo.
Reitero. ¿Cómo lo ves?
Jesús Lens