Hoy, en mi columna de IDEAL, confieso que lo he vuelto a hacer. Y ya me estoy arrepintiendo. Metafóricamente hablando. Porque me he vuelto a apuntar al Circuito CxM de la Diputación de Granada. Y ya estoy temblando. CxM. Correr por la Montaña. ¡Casi nada!
Todavía hay gente que, cuando ve cómo me arrastro miserablemente un lunes después de una carrera, me pregunta por el puesto en que llegué. ¿Puesto? ¿De verdad? ¡Qué más da, el puesto! Lo importante es haber participado, por manido que esté el tópico.
El año pasado sufrí una crisis, importante, tras una de las carreras de este circuito. Padecí tanto y lo pasé tan mal que tardé varios meses en recuperarme y volver a sentir el placer de correr por los espacios abiertos de nuestra generosa, bellísima y escarpada geografía granadina. De hecho, no conseguí terminar el número mínimo de careras exigible para puntuar en el Circuito, al hacer los recorridos cortos de varias de ellas, en vez de los largos.
Y es que la mayoría de las carreras de montaña de este Circuito tiene dos recorridos: el largo, que viene a oscilar entre los 20 y los 30 kilómetros de longitud, con desniveles acumulados de unos 700 a 1.000 metros; y el mismo circuito, recortado, dirigido a senderistas o atletas menos preparados. Popularmente conocidos como los Mini, estos recorridos se quedan en unos 12/14 kilómetros y desniveles de 400/500 metros. Que ya es correr, ojo… Por ejemplo, miren el recorrido del Trail de Huétor…
El caso es que en algunas carreras sentí espasmos en las tripas, creía desfallecer, notaba una fatiga desmedida… y la cabeza me ordenaba inclinarme por el Mini Trail, terminando cuanto antes con el padecimiento.
Pero, de esa manera, también me perdía el goce y el disfrute de sentirme libre durante tres o cuatro horas, corriendo por algunos de los paisajes más espectaculares de Granada. Que es lo mejor que tiene este Circuito: la posibilidad de re-correr caminos, pistas y senderos de extrema belleza.
Este año, nuestra peña de Cabras Locas correrá por la Sierra de Huétor, Fornes, Sierra Nevada, Zújar, Montefrío, Huéscar, Moclín, Cenes, Ítrabo y Beas. Aprovecharemos, además, para conocer los pueblos de los que salen y a los que llegan las carreras. ¿Mi objetivo? Estar en la línea de salida de todas ellas. Y, a partir de ahí, disfrutar de una modalidad deportiva que combina lo mejor de la montaña y lo mejor del atletismo.
Jesús Lens