Co-laborando

Hoy, en IDEAL, escribimos sobre un lugar que demuestra que la modernidad puede llegar a Granada, antes que a otros sitios… ¡Entrad y comprobadlo!

Laborar, según la RAE, es esforzarse, emplearse en algo. Por su parte, colaborar es trabajar con otra u otras personas para lograr algún fin y, también, trabajar en una empresa sin pertenecer a su plantilla.

Me gustan las palabras que comienzan por co, más allá de las dos que el lector, a buen seguro, tiene ahora mismo en mente. Coordinación, compromiso, cooperación, conocimiento, compartimiento. Y colaboración, por supuesto.

Hace unos días, Colin Bertholet me citó para ver cómo había quedado la espectacular exposición de sus Garabatos Digitales (mirad AQUÍ. Pronto, sorpresas) en un lugar del que solo sabía a través del Facebook: Cocorocó. ¡Vaya nombre! Eso es lo primero que piensa quién lo escucha. Pero, de inmediato, surge la pregunta. ¿Qué es Cocorocó? Rafa y Marcelo, cuando hacen la presentación de su idea, comienzan con un vídeo repleto de humor en que varias personas tratan de explicar a la cámara el concepto, pero son interrumpidas con las excusas más peregrinas y terminan… muertas de risa.

Después sí. Después lo explican. Cocorocó es un centro de trabajo compartido, en el corazón de Granada. Coworking, se llama el concepto. En original y en inglés. Y la idea es tan sencilla como revolucionaria. ¿Para qué pagar lo mucho que cuesta una oficina, un bajo comercial, una línea ADSL, el mobiliario, la luz, el agua, los servicios y todo lo que conlleva poner en marcha un negocio?

En realidad, a nada que lo pensemos, en nuestro trabajo nos basta y nos sobra con una mesa, una silla, un ordenador, un móvil y una conexión a Internet. Y punto. La época de las puertas cerradas, los despachos blindados o los paneles separadores está más acabada que la capacidad de decisión del gobierno español: ya hace tiempo que las empresas modernas presumen de espacios abiertos, precisamente, para favorecer entornos colaborativos.

Y eso es justo lo que propone el Coworking, un concepto que va más allá de los centros de negocio al uso ya que, además de compartir gastos y abaratar costes, se favorece la interacción entre los coworkers. A través de la cercanía y mediante la organización de eventos, la dinamización de grupos y, en general, cuidando y mimando la gestión de un buen ambiente de trabajo que favorezca la creatividad. Y el networking. Los contactos, o sea.

En Cocorocó encontramos techos altísimos y una decoración muy al estilo neoyorkino, como los grandes lofts del mítico Soho. Y, además del enorme, luminoso y cómodo espacio de trabajo, el local tiene un altillo que, a modo de office, sirve para relajarse y tomar un respiro (y un café) antes de seguir currando. Y una sala más tranquila para cuando se necesita intimidad y recogimiento. Y, y, y… porque la clave de este nuevo sistema de trabajo, llamado a imponerse en todo el mundo, es sumar para crecer; colaborar para evolucionar. Pero vayan. Vayan a verlo y a curiosear. Porque hay veces en que el futuro, llega a Granada. ¡Y antes que a otros sitios!

Jesús Lens

Los Garabatos Digitales de Colin Bertholet

La primer vez que supe de ellos fue en aquel fantástico fin de semana que pasé en Salobreña, la primavera pasada.

Eran los Garabatos Digitales, cuadros que Colin Bertholet pintaba en y con su Samsung Galaxy, haciendo trazos tan veloces como precisos y certeros. ¿Cómo empezó la fascinación de Colin por los Garabatos?

No lo sé, pero pronto lo sabremos.

Mogollón de Garabatos

Porque el jueves 4, en Cocorocó, se inaugura una exposición con los Garabatos Digitales de Colin, que ya se pueden comprar a través de Internet, siguiendo este enlace.

Los Garabatos Digitales de Colin son una explosión de luz y color que, a la manera de los apuntes del natural de los pintores clásicos, captan y reflejan un momento, un flash, una imagen, una idea, un chispazo.

Flores rojas sobre el blanco encalado de las casas de Salobreña. Un mar azul cobalto al amanecer. Una figura humana perdida en la inmensidad de la arena…

No faltan temas. Sobra inspiración. Y, sobre todo, hay talento. Talento para captar lo que en fotografía se conoce como el Momento Decisivo, el instante preciso.

Cuando empecé a verle el final a mi proyecto, Una Ventana África, le pedí a que Colin lo interpretara a través de uno de sus Garabatos Digitales. Y este fue el maravilloso resultado.

Por eso le pedí otro, abusando de su confianza, para la portada del Facebook de Una Ventana Africana. Y sigue siendo lo más visto, más y mejor comentado y más valorado de dicha página. No podía ser de otra forma.

Estoy por pedirle a Colin que trabajemos en clave negra y criminal, a ver cómo se nos da. Pero no adelantemos acontecimientos.

Y es que la exposición a Colin genera adicción. Y provoca tensión creativa. Si veis su página, fliparéis con la calidad de sus Garabatos Digitales que, impresos en buen papel y discretamente enmarcados, son un soplo de aire fresco en cualquier pared, como bien pudimos ver en la exposición conjunta de este verano, en la Bóveda de Salobreña.

El 4 de octubre presentaré a Colin y sus Garabatos Digitales en Cocorocó, donde estarán varias semanas expuestos. Pero la página de Colin ya está en la web, ofreciendo unos trabajos que son una auténtica joya.

Echadles un vistazo y decidme qué os parecen. ¿Son o no son una maravilla?

Jesús garabateado Lens

A ver, los 28 de septiembre de 2008, 2009, 2010 y 2011