Lo que tuvo que pelear la AMPA del CEIP Gómez Moreno en su día para que la Junta de Andalucía cediese a su reivindicación de gestionar el comedor y la cocina del centro, basada en una alimentación ecológica. La campaña ‘No me toques la olla’ incluyó manifestaciones, encierros, concentraciones, pitadas y hasta galas benéficas con actuaciones de teatro y musicales.
En aquellos tiempos pre-pandemia, las empresas de catering habían encontrado un excelente nicho de mercado en los comedores comunitarios, concurriendo a las licitaciones correspondientes.
La numantina defensa de la AMPA del Gómez Moreno consiguió un acuerdo en marzo de 2019 para recuperar ‘su’ comedor. Fue una victoria bonita dado que, en aquella contienda, ellos eran Davi. Y no tuvieron empacho en enfrentarse a un Goliat conformado por una multinacional de la alimentación y un complejo entramado jurídico-administrativo.
A lo largo de estos años, el eco-comedor del Gómez Moreno ha ganado diferentes premios y galardones por su compromiso con la sostenibilidad, la salud y la ecología a la hora de gestionar la alimentación de su alumnado.
Posiblemente, el premio más gordo de todos sea contemplar lo que está pasando en cerca de 20 colegios públicos de Granada que, a estas alturas de curso, siguen sin comedor por la inenarrable, vergonzosa y lamentable espantada de la empresa de catering concesionaria del servicio.
No quiero decir con esto que se alegren de la desgracia ajena, entiéndanme bien. Lo que digo es que la tocata y fuga de la empresa de catering, perpetrada con nocturnidad y alevosía, es buena prueba de la razón de fondo que asistía a la AMPA del Gómez Moreno.
Cuando las cosas van bien y a las tablas de Excel les salen las cuentas, las multinacionales saben cómo sacar la mejor tajada del pastel. De cualquier pastel. Tienen los recursos, el conocimiento y la experiencia. Y la fuerza, también. Cuando vienen mal dadas, las hay que actúan de una forma grotesca y miserable, incumpliendo los compromisos adquiridos y dejando tiradas a cientos de familias de un día para otro.
Jesús Lens