Una vez conocí a un plumífero muy ilustrado. En la foto, me estaba contando unas cosas que… bueno. Que no puedo desvelar ya que se trataba de una conversación privada.
El caso es que, en un momento de nuestra charla, me preguntó:
– Imagina que yo no fuera tan listo y que me tuvieras que enseñar a hablar. Entre una cinco palabras, máximo, que es lo que los guacamayos normales vienen a aprender. ¿Qué te gustaría que aprendiera a decir?
Me vais a permitir que empiece la ronda. Con dos de cinco. Aunque la primera puede ser más corta:
Y la segunda… ¿de verdad lo voy a tener que escribir?
¡Por favor! Venga, venga, que ya se ha acabado el Puente. ¡Dinos qué le enseñarías a tu guacamayo!
Jesús coloquial Lens
PD.- ¡Y favor de votar en la encuesta, antes de que llegue el 21 y se acabe el mundo!
A ver los 9 de diciembre de 2008, 2009, 2010 y 2011