Ya llevo 101 kilómetros

Ya llevo corridos 101 de los 250 kilómetros de que consta la Meta #correr250kmsen1mes

Voy bien. De momento. Aunque haber tenido una semana de vacaciones ha ayudado bastante. Vamos a ver ahora cómo nos comportamos, que vienen fechas complicadas.

El caso es que, si te acuerdas, en esta entrada hablaba de la Constanciaaaaaaa necesaria para cumplir el reto. Y la segunda, el Inconformismo, esto es, salir… aunque no tenga ganas.

 Media Maratón Mala Follá Foto Pepe Villoslada

Como hoy, por ejemplo.

Y apuntaba que había una tercera variable importante para cumplir con el Reto, pero que entonces no caía.

Hoy sí. Hoy si he caído: Variedad.

En la variedad está el gusto. Y la necesidad. Porque la monotonía de repetir siempre el mismo recorrido es matadora y desmotivadora al máximo. Así que, además de buscar gente con la que compartir kilómetros, hay que cambiar de itinerarios. Así, la recuperación de mi hermano, tras su costilla magullada y el Palm’s affaire ha sido capital.

Como haber salido el otro día con la gente de la Bicha, para hacer una tirada nocturna espectacular, por el centro de Granada, la Carrera del Darro, escalada hasta la Fuente del Avellano, la Silla del Moro viendo toda la Alhambra iluminada; Cementerio, Cuesta de los Chinos y nueva escalada por la Cuesta de Gomérez para tirarnos por el Realejo, hasta volver a Puente Verde. Una gozada. Por el recorrido, claro. Pero sobre todo, por el fenomenal ambiente con esos corredores que salen dispuestos a compatir esfuerzo, afición y pasión. Como decía una de las atletas: ¡si no esperas, no eres bichero! Me gusta esa filosofía.

 Bicha

El caso es que hoy quería hacer 13 kilómetros, mínimo, para consumir la primera centena. Y decidí ve mundo y tirar por lugares diferentes. Así, salí por la zoma del Campus de la Salud, para descubrir dos nuevos bares y un restaurante. Con buena pinta. Habrá que ir a probar…

Me tiré luego por la zona del Palacio de Deportes donde, de golpe, hay florecido tres nuevos garitos, incluyendo un Restobar. Que no sé lo que es. Pero que parece muy pijo y minimalista. Luego pillé un carril. Me crucé con un tipo en bicicleta que me señaló que iba para La Zubia.

¡OK!

La Zubia estaba bien. Hasta que me cruzó otro camino. Me gustó. Y también lo pillé. Por mitad de la vega, pasando frente a grandes casas y cortijos de campo, un secadero, una plantación de nogales… ¡Colosal! Seguí en la misma dirección, por un sendero llamado “Camino del Avernal”.

Me gustó eso del averno. Más adelante, me salí al paso el “Camino de los Jueves”.

 Camino del Jueves

Le pregunté a un jinete. Que ahora iba a salir a Armilla.

¡OK!

Armilla también me valía. Sobre todo, corriendo en silencio y soledad, escuchando el crujir de las hojas secas bajo los pies y el rumor del agua de una acequia.

Me gusta correr por esos paisajes tan humanos, a la vez que naturales.

Llegado a Armilla, pensé que sería hora de ir volviendo a casa. Pero disfruté del paseo por las cocheras del metro. Y la vuelta hasta el Nevada. Y, de nuevo, los raíles del metro. Hasta volver al Campus de la Salud, en su parte más despoblada, vacía y fantasmagórica. Si la gente del cine busca un escenario en que filmar una distopía sobre el fin del mundo, esa zona del Campus es perfecta: edificios posmodernos en mitad de calles llenas de hierbas y matojos. Sin un alma por la calle. Ni un coche. Ni una tienda o comercio. Nada que recuerde el factor humano.

 20110803 - FOTOGRAFIA: GONZALEZ MOLERO ESTADO ACTUAL DEL PTS

¡Amenábar, vente a Granada a filmar una de tus pesadillas!

Volví por el Parque Tico Medina a casa, tras hacer lo que yo llamo un Estrecho.

¿Por qué?

Pues… bueno. Esa sería otra historia.

Aquí, el recorrido.

Ahora me quedan 149 kms. por correr y 20 días para hacerlo.

 Bicha Runámbulos

La consigna es: ¡cada metro, cuenta!

Y el grito de guerra, por supuesto, es… ¡seguimos!

Jesús Lens

Firma Twitter

Correr 250 kilómetros en un mes

La culpa no es tanto del reloj con GPS cuanto de mi carácter, eminentemente picajoso, más que competitivo. ¿Lo dejamos en luchador?

 CELEBRACION DEL SEPTIMO MEMORIAL PADRE MARCELINO. FOTO: ALFREDO AGUILAR

El caso es que había sufrido tanto, tantísimo, en las Medias Maratones de Otoño, viniéndome abajo en los kilómetros finales; que decidí ponerle solución al problema y volver a alargar mis entrenamientos, que me había acomodado a los clásicos 11 kilómetros de mi recorrido habitual, por la zona de la Bicha, con esporádicas tiradas más largas, pero nada más. Además, me sentí espoleado tras escribir este reportaje para IDEAL y ver lo bonito que salió en el periódico: «¿Correr es de cobardes?»

Y los partidos de baloncesto semanales, claro.

Me había ido proponiendo metas semanales, pero el sistema no me terminaba de convencer. Así que me autoimpuse un reto: correr 250 kilómetros en un mes.

 Yo Media Guadix

La razón para establecer dicha distancia fue simple: hacer 40 kilómetros semanales era fácil. Y casi que me podía comprometer a correr 50. Eso sumaba 200 en un mes. Pero, como de lo que se trataba era de alargar los entrenamientos, había que estirar más la cosa.

225.

Eran factibles. Y redondos.

Pero… ¡joder! Vaya un número feo.

225.

Desde un punto de vista de la Comunicación, el 225 no me decía nada. Así que redondeé. Al alza.

250.

Que, mira tú por dónde, si hubiera escrito esto a la hora de fijar el reto, me habría quedado con el muy molón 222. Que ha sido ponerme al teclado y verlo claro.

Pero… ¡ay! ¡Ya no cuela!

El caso es que empecé bien y durante los primeros días avanzaba a buen ritmo. Pero luego, me relajé. A mitad de mes, ya acumulaba un déficit de algo más 30 kilómetros.

 Los hombres mojados no temen la lluvia Juan Madrid

Y, aunque los domingos he hecho tiradas de 22 y de 23 kilómetros, ya no conseguí ponerme al día.

Ayer viernes, antes de irme a Jaén, al precioso acto de entrega de los Premios Literarios de CajaGRANADA, hice 15 kilómetros, lentos, llegando a sumar un total de 152 en lo que va de noviembre. Iba haciendo mis cuentas, mientras trotaba: si hoy sábado y mañana domingo sumaba otros 15 kilómetros diarios, me quedaría en 182. O sea, a 70 de cumplir el reto. Y con días por delante.

¿Y si…?

Anoche volvimos de Jaén más cerca de las 2 de la madrugada que de la 1, tras otra semana intensa y cargada de trabajo. Una velada extraordinaria, por cierto. Pero muuuuuuy ajetreada.

Aún así, hoy, a eso de las 8.30 de la mañana, abría los ojos. Y, aunque traté de volver a dormir, ya no hubo forma.

Pero no he podido salir a correr.

Imposible.

Implanteable.

Cuando el cuerpo dice NO es que NO.

Y ahora ya es de todo punto imposible que llegue a los 250 kms. De hecho, ya no creo ni que llegue a los 200.

 Jesús Lens Mundial

Pero como el niño no tiene cabeza… ¡voy a renovar el reto, para un mes tan improbable como Diciembre, habiendo aprendido algunas lecciones de este fallido Noviembre!

La primera es la Constancia: ¡Constanciaaaaaaaa! Cada día sin salir a correr te aleja de la meta.

La segunda es el Inconformismo: a diez kilómetros diarios, con 25 días que salga a correr, el reto está cumplido. ¿A que parece fácil? ¡Pues no lo es! El trabajo, los compromisos, el cine, los eventos, la pereza y el cansancio… ¡no olvidemos que todos los miércoles juego al baloncesto con los amigos y las subidas y bajadas por la cancha de ese día no computan! Hay que hacer tiradas de 15 kilómetros y, algunos días, de más.

La tercera es… esto… buenoooooo… De la tercera, ahora mismo, no me acuerdo. Pero mañana, cuando salga a rodar (si salgo) trataré de recuperarla, en vivo y el directo, sobre el terreno.

El caso es que, para diciembre, ya tengo un reto. Otro. Nuevo. Aunque sea el mismo. Renovado, pues: #Correr250kmsen1mes

¿Lo conseguiré?

Jesús Lens

En Twitter: @Jesus_Lens

PD.- Sé que para cualquier fondista, este reto es una pamplina. Pero no olvidemos a Einstein: en esta vida, todo es relativo.

😉