Elogio del descanso

Salí a correr el pasado jueves, festivo, un poco después de las dos de la tarde. Fue una carrera corta de unos 10 kilómetros, pero alegre y disfrutona. Esa mañana había amanecido pasadas las diez e invertí varias horas en leer la prensa del día y en repasar artículos, entrevistas y reportajes antiguos, cuidadosamente amontonados en inestables columnas de papel.

Warriors 2017

El día anterior, jugando al baloncesto, me encontré como hacía tiempo: activo, ligero y saltarín, corriendo arriba y abajo, reboteando, taponando y encestando. ¡Y cómo disfruté del concierto del Magic, después!

Es lo que tiene estar descansado. Que, de repente, todo te sale mejor. La música suena más armónica y acompasada, los colores lucen más y los adjetivos encajan con precisión.

Estos días me he hartado de ver cine. Y de leer. De ver baloncesto. Y de dormir. De hacer deporte… ¡y de escribir! Hartado, en el sentido metafórico de la expresión, por supuesto.

  • Claro. Para eso son las vacaciones y los días festivos -podrían pensar ustedes. Y no les faltaría razón. Pero es que estos días me han servido, y mucho, para avanzar en varios frentes creativos y laborales.

Ver cine

No hay como salirse de la rutina y alejarse del día a día para ver las cosas en perspectiva, tener una visión de conjunto… ¡y avanzar! Sobre todo, cuando dedicas tiempo y esfuerzo a la nada más absoluta. En sentido figurado. Al descanso. A la contemplación. A la reflexión.

Corriendo, no solo “escribí” esta y otro par de columnas más, sino que también conecté ideas para algún reportaje y organicé varias cuestiones de trabajo que andaban revoloteando y no terminaban de aposentarse.

Sin embargo, lo que no conseguí fue urdir tramas y personajes para un par de cuentos que me apetece escribir. Es lo que tiene liberar la mente: tira hacia donde quiere, regalándote las conexiones neuronales más insospechadas.

Escribir

Paradoja: pocos días me resultan más productivos, creativa y laboralmente, que los días de vacaciones. Por eso creo tan poco en los métodos coercitivos, en las imposiciones, en el presencialismo a ultranza, en el echar horas, en el aparecer y aparentar…

La Crisis, por desgracia, nos ha hecho retroceder años luz. Se nos llena la boca hablando de los modelos Google o Apple cuando, en la práctica, estamos volviendo a un sistema capitalista industrial cuyo objetivo es exprimir al trabajador hasta el agotamiento.

Jesús Lens

1 Twitter Lens

Con Alhambra en Córdova

Juan Jesús García hacía ayer una excepcional crónica de la clausura de los Conciertos de las 2, promovidos por Cervezas Alhambra en diversas ciudades  españolas, Granada entre ellas, por supuesto. Y a este magno evento dedico mi columna de hoy en IDEAL.

Conciertos Especiales Cervezas Alhambra

La velada musical que la empresa cervecera nos regaló en el Palacio de los Córdova fue uno de esos lujos que difícilmente olvidaremos, con algunos de los mejores grupos y artistas de Granada en formatos y registros muy diferentes a los suyos habituales.

Lean, lean la crónica de Juanje para hacerse una idea. Pero yo hoy, de lo que quiero hablar no es tanto de la música cuanto del acto en su conjunto, de ese puñado de horas mágicas que pudimos compartir en un enclave exquisito y privilegiado.

Entrar al Palacio de los Córdova y encontrar un Paseo de la Fama dedicado a los grandes nombres del pop-rock local ya te predisponía a disfrutar tanto del contenido como del continente de la velada, con el Carmen vestido de gala para la ocasión: ¡hasta tres escenarios diferentes, en uno de los cuáles, el agua era la gran protagonista!

El cielo rabiosamente azul, el sol pegando fuerte y la Alhambra como centinela invitaban a que la cerveza corriera generosamente. Y corrió. ¡Vaya si corrió! Esa cerveza cuyo primer trago sigue siendo uno de esos grandes placeres sencillos de la vida…

Soleá Morente Cervezas Alhambra

El caso es que la combinación de música y cerveza en un enclave tan singular hacía que los encuentros, saludos y corrillos resultaran de lo más frescos y estimulantes. ¿Cuántas ideas, nuevos proyectos e inusitadas iniciativas se habrán alumbrado a lo largo de la tarde del viernes 16 de septiembre, en Granada? Juraría que un buen número de ellas.

No les voy a contar, por la parte que me toca, con cuánta gente tuve la ocasión de echar un rato, como decimos coloquialmente, entre concierto y concierto. Hablando de Granada Noir, de música, de literatura, de cine, de arte y de periodismo. Entre otras cosas.

Conciertos Cervezas Alhambra Los Planetas

Cuando se acercaba el ocaso y la música ya había dejado de sonar, seguían multiplicándose los encuentros. A esas horas, aunque todavía quedara claridad mental, ya resultaba algo más difícil modular las palabras. Una mezcla de ronquera y pastosa lengua de trapo invitaban a ir dando por concluida una jornada memorable que multiplicará por cien sus efectos creativos, algo que siempre resulta en beneficio de todos.

Jesús Lens

Twitter Lens

Creatividad

¡Cuánto, cuantísimo se habla de la creatividad, de un tiempo a esta parte! Me gusta, pero me apabulla, lo que dice la Wikipedia sobre la creatividad: «La creatividad, pensamiento original, imaginación constructiva, pensamiento divergente o pensamiento creativo, es la generación de nuevas ideas o conceptos, o de nuevas asociaciones entre ideas y conceptos conocidos, que habitualmente producen soluciones originales».

 

Por eso, me encantó una definición más sencilla, aunque igualmente acertada, que leí el otro día. Y que vestí de la siguiente forma:

Creatividad

¿Estás de acuerdo? ¿Es eso la creatividad? Y tú, ¿qué tal andas de creatividad? ¿Bien o necesitas lentes aumento?

 

En Twitter (un terreno abonado a ser creativos) soy @Jesus_Lens . Si quieres, nos seguimos.

En las entrañas de la creación

Este artículo que publico hoy en IDEAL es una continuación apócrifa de ese otro que dejo ahí reseñado… A ver qué te parece:

Publicaba hace unos días un artículo sobre la gente interesante que, además de hacer cosas, servía de inspiración a los demás, al convertirse en estímulo y acicate para la creatividad ajena. Al hablar de la importancia que frecuentar a esas personas tiene en nuestra vida, hay quien ha pensado que el camino hacia la creación se recorre a través de un incesante cúmulo de salidas, callejeo, cafés y Milnos: ¡a la iluminación a través del embarramiento!

 Alhambra 1925

Y nada más lejos de la realidad. Porque la vida bohemia, que literaria y cinematográficamente da mucho juego; creativamente no suele dar rédito alguno. Ya lo decía Picasso: cuando llegue la inspiración, que me encuentre trabajando.

 

Crear es un acto profundamente solitario, además de resultar duro, exigente y, muchas veces, ingrato. Ver tu cuadro expuesto, tu libro publicado o encontrarte frente a un público que quiere verte y escucharte supone un previo trabajo ímprobo, oscuro y silencioso, que demanda tenacidad, empeño, constancia y renuncias. Muchas renuncias.

 

Como el jugador de baloncesto que encesta el triple decisivo al final del partido o el velocista que gana la medalla de oro en una carrera de menos 9 segundos. Las horas de entrenamiento, las rutinas de tiro, las lesiones, la alimentación, los horarios… todo ello se encuentra en la parte del iceberg que no se ve. La alejada de los focos y la atención mediática. Y la más voluminosa, por supuesto.

 marcgasol

Lo tengo muy dicho: buena parte de mis mejores artículos, cuentos e ideas los trazo mientras voy corriendo. Igual que los peripatéticos de Aristóteles, a mí, la actividad física me estimula sobremanera. Como las barras de los bares y la filosofía servilletera.

 

Pero luego hay que sentarse. Y dejarse los riñones, las yemas de los dedos, los ojos y hasta las pestañas; luchando contra el teclado. Es entonces, calzado con las pantuflas y pinchando un buen disco, encerrado en ti mismo, cuando verdaderamente entra en juego la inspiración. El trabajo duro, o sea.

 

Porque ideas las tenemos todos y, como acertadamente sostiene Colin Bertholet, “Tener ideas es un paraíso. Ejecutarlas es un infierno”. La inspiración, la definamos como la definamos, es trabajo. Y punto. Trabajo duro, constante y machacón. La inspiración es prueba y error. Es romper, tachar, borrar y tirar para volver a empezar.

 

Ese al que llaman Genio, puede que se encuentre dentro de una lámpara maravillosa. O en el fondo de una botella. Pero es más fácil dar con él a través de ciertos conjuros que, de mágicos, tienen francamente poco: aporreando los teclados o los cueros sin cesar, poniéndose de pintura hasta los ojos, pasando un frío horroroso al rodar en exteriores o acabando todo acalambrado, al esperar el momento decisivo para disparar una fotografía.

 Genio

Por eso me gustó tanto descubrir el significado del nombre de una fantástica editorial volcada en el mundo digital: Musa a las 9. Tal y como nos contaba Beatriz, es justo a las nueve de la mañana, cuando comienza la jornada laboral, que llegan las musas. Y ahí siguen todo el día, más o menos revoltosas y juguetonas, enredando. Mientras los cuerpos aguanten. Hasta que llega la hora de apagar la luz.

 

En Twitter: @Jesus_Lens

Ocurrencias

Hoy publicamos esta columna en IDEAL. No sé cómo andáis de ocurrencias, pero… ¡hay que ponerse!

Criticar las redes sociales, como poner a parir a la televisión, forma parte de un mismo e inútil ejercicio de futilidad, muy habitual y extendido: tomar el todo por las partes. ¿Qué hay telebasura, telebazofia y hasta telemierda, para dar y regalar? ¡Por supuesto! Pero la televisión también emite series fantásticas (atentos a “The Newsroom”), películas imperecederas y emocionantes e ilustrativos documentales. Del uso que el telespectador haga del mando a distancia dependerá la calidad de las raciones televisivas que ingiera.

Es igualmente habitual escuchar críticas generalizadas hacia el Twitter y el Facebook. Que si son una pérdida de tiempo, que si solo sirven para insultar, que si es un ejercicio de vanidad… ¡pues depende, oiga! En nuestras ciudades hay cantidad de paredes ensuciadas por pintadas infectas y rijosas, pero también hay otras hermosamente decoradas por El Niño de las Pinturas. Igual pasa en el Facebook, que alberga muros convertidos en pura casquería y otros que lucen, brillan y dan esplendor.

Uno de los muros más estimulantes, que visito siempre que puedo, es el de Colin Bertholet, nuestro hombre en Salobreña, mente inquieta e hirviente cuya última idea para exponer y vender Garabatos Digitales en beneficio del Banco de Alimentos de Granada, ha sido un éxito arrollador. En su Facebook, además, Colin cuelga buenos temas musicales, pequeños relatos, algunos artículos o reportajes especialmente interesantes y, de vez en cuando, lo que podríamos definir como Ocurrencias.

La cáscara rota de un huevo con unas marcas en su interior, en forma de palotes que simulan los días que el pollito ha estado contado ansiosamente antes de salir de su prisión… y sus huellas en el suelo, marchándose. ¡Qué imagen tan sencilla, pero cuántas cosas dice! Por ejemplo, en este contexto de crisis y pesadumbre en que nos encontramos, es más fácil asociar un huevo a una tortilla que a ese pollo impaciente y decidido que, a buen seguro, servirá para poner otros huevos, unos más frescos que otros. (Aquí, la Ocurrencia que se nos ocurrió al ver la imagen)

Una ocurrencia, según la RAE, es un encuentro, suceso casual, ocasión o coyuntura. También se define como una idea inesperada, pensamiento, dicho agudo u original que ocurre a la imaginación. Los españoles tenemos fama de ocurrentes. De hecho, el ingenio y la chispa de los andaluces ha traspasado fronteras: en la barra de un bar, no hay tema de actualidad, personaje en el candelabro o situación, por compleja que sea, que escape de los acerados dardos verbales de los ocurrentes, profesionales o vocacionales. De hecho, hay un grupo de Facebook llamado algo así como “Un español con un cubata en la mano lo sabe todo”. Y punto.

Martín Favelis, ocurrente al cubo

La cuestión sería, por tanto, canalizar nuestro proverbial ingenio y esa indudable agudeza mental hacia estadios creativos y productivos, de forma que nuestras ocurrencias vayan más allá del fútbol y los entrenadores, de la farándula más casposa de la televisión y de la ola de calor sahariano previa a ola de frío siberiano que, seguro, llegará este invierno.

Jesús Lens

Veamos qué ocurrencias tuvimos los 8 de septiembre de 2008, 2009, 2010 y 2011