Las páginas 2 y 3 del IDEAL de ayer parecían las del 23 de diciembre, anunciando una lluvia de millones para nuestra provincia. Como si nos hubieran tocado el Gordo de Navidad, el segundo premio y, además, un porrón de pedreas.
Vayan sumando: 23 millones de la Alhambra para financiar obras atrasadas y enquistadas desde tiempos inmemoriales. 132 millones para obras hidráulicas. 16 millones para el proyecto IFMIF-Dones que debería traer el acelerador de partículas. 19 millones para actuaciones de Fomento.
Una de las razones por las que me sigue gustando más la prensa escrita que la digital es que el periódico impreso te permite abarcar con la vista, a la vez y de una sola vez, un ingente caudal de información.
Ayer, al ver esas páginas 2 y 3 al completo, a punto estuve de atragantarme con el café y dejarlo todo esturreado. De repente, reclamaciones históricas de esta provincia, básicas para su desarrollo económico, empresarial y social, encuentran respuesta en la administración autonómica.
Cada una de esas partidas sería susceptible de abrir la portada del periódico. Lo del acelerador de partículas, que parece marchar sorprendentemente bien, generando consensos al margen de la bronca política. Los arreglos en las carreteras secundarias, los estudios informativos para la ampliación del Metro… ¡y las canalizaciones de Rules!
Opté por pellizcarme y abofetearme a mí mismo antes de volver a leer ese torrente de información. ¿Era cierto o estaba en mitad de un dulce sueño? Pedí otro café y volví a empezar. Y sí. La mareante lluvia de millones seguía allí. 23 de la Alhambra, 132 para obras hidráulicas, 16,3 para el acelerador, 19 para obras públicas…
Infinitamente mejor que la lotería, que depende del azar. Esta parte de las cuentas públicas suenan la mar de bien.
Jesús Lens