Vamos camino de Madrid.
El amanecer acaba de romper por el horizonte.
Nos cruzamos con una señal de trafico: «Madrid 45».
Avanzamos a toda velocidad, cabalgando hacia la capital del reino.
Confortados por un café caliente y una crujiente tostada, nos sentimos eufóricos.
Comienza una nueva jornada, tenemos trabajo complicado por hacer y logros importantes por conseguir.
Entonces, una nueva señal nos sale al paso: «Madrid 46».
Jesús confuso Lens
PD.- En el 2009, escribíamos esto, tal día como hoy. Y en 2010, esto otro.