Resultó muy interesante el foro de IDEAL con Marifrán Carazo, la consejera de Fomento de la Junta, que presentó propuestas necesarias… y polémicas. Empecemos por el gran titular: “El gobierno de Granada parece el catalán, que ha renunciado a una inversión de 1.600 millones”.
No sé hasta qué punto conocerá la consejera el proyecto de ampliación del aeropuerto del Prat o si habrá tenido acceso a mucha documentación técnica antes de hacer esa afirmación, pero a mí me suena a populismo puro y duro. Sobre todo porque usa esa frase tan tremendista para afear al alcalde de Granada que se niegue a estudiar el proyecto del cierre del anillo.
Carazo apela a los criterios técnicos, y no políticos, a la hora de afrontar el futuro de las infraestructuras. Y digo yo que habrá que combinar ambos, ¿no? Verbigracia, la tala de árboles sanos y robustos en una ciudad que se ahoga en contaminación, siempre amparada en el criterio de los técnicos del Ayuntamiento. ¡Ojalá se impusiera alguno político para evitarlas!
El PP andaluz recupera el proyecto del cierre del anillo justo cuando hemos sabido que la variante exterior de la autovía no ha terminado con los denostados atascos, precisamente la razón que se aduce para impulsar el cierre del anillo. (Leer AQUÍ) Nos hartamos de variantes, segunda circunvalación, Ronda Sur, Ronda Este y VAU; pero cuando nos despertamos, el atasco sigue ahí. Y la contaminación, insisto.
A la hora de hablar del transporte y la movilidad en Granada, la contaminación es un factor capital que no se puede obviar. Conviene estar atentos a lo que se apruebe en la Cumbre del Clima de Glasgow, en noviembre, antes de comprometer miles de millones de euros en más carreteras.
Carazo también anunció la ampliación del Metro. ¡Albricias! Y por el centro de la ciudad, además de los nuevos trazados por el norte y el sur del área metropolitana. Digo yo que esa noticia sepulta de una vez por todas la quimérica propuesta de Podemos para desembovedar el Darro, ¿verdad? Y se trabaja en el intercambiador de autobuses del Violón. Por ahí sí vamos bien.
Es posible que los 1.600 millones previstos para el cierre del anillo haya que dedicarlos a infraestructuras básicas para potenciar el transporte colectivo, y no amenazar con quitárselos a Granada de un plumazo, como si la cosa fuera de susto o muerte. A ver qué dicen los técnicos sobre el particular, además de los políticos.
Jesús Lens