Málaga, ejemplo a seguir

Estoy muy ilusionado. Como un niño pequeño. Porque hoy domingo voy a retroceder en el tiempo, dispuesto a vivir una aventurilla al estilo de las de nuestros padres. Cuando a media mañana cruce el límite entre Granada y Málaga, sentiré una excitación parecida a la de nuestros mayores, cuando cruzaban a Francia para ver, en Perpiñán, “El último tango en París” y otras películas de arte y ensayo. A ello dedico mi columna de IDEAL, de hoy domingo.

Y es que, hoy domingo, mi Cuate Pepe y yo nos embarcamos en un On the road de carácter cultural: nos vamos al Museo Picasso, a ver el Mural de Jackson Pollock cuya exhibición termina el próximo 11 de septiembre.

Aquí, con el Pollock
Aquí, con el Pollock

Además, y aprovechando el viaje a nuestra envidiada vecina, nos dejaremos caer por el cine Albéniz, que no solo de cuadros vive el turismo cultural. Es cierto que me gustaría darme un salto a ver la exposición de Chagall en el Museo Ruso y que el Pompidou tiene una muestra sobre “El nuevo realismo” que pinta bien, pero no hay que abusar. Es mejor disfrutar con detenimiento de Pollock y volver otro fin de semana, con más tiempo.

Porque a “Miles Ahead”, la película de Don Cheadle, no le queda mucho tiempo en cartel y, aunque yo la vi en Madrid hace unas semanas, otro mordido del jazz como es mi Cuate no quiere perdérsela. Así que, tras disfrutar del Mural, de unas cañas y de un pescadito, aprovecharemos para ir a ver cintas en versión original cuyo estreno en Granada es una fantasía, una quimera, un sueño imposible.

Pescaíto frito Málaga

No es la ferroviaria, la única desconexión que padecemos. Échenle un vistazo a las webs del Museo Picasso, del Ruso o del Pompidou. Verán que, entre los patrocinadores y los colaboradores que contribuyen a financiar dichas instituciones, además del Ayuntamiento, la Junta y las entidades financieras habituales, hay empresas aéreas como Delta Airlines, Airfrance o Alitalia; navieras rusas como Finsudprom, el propio Palacio de Congresos de Málaga, Hidralia o el grupo cementero FYM.

Pompidou Málaga

Hoy por hoy, la gran capital cultural de Andalucía es Málaga, a años luz de Granada: museos, cine alternativo, festivales, revistas, cultura callejera, músicos de jazz que allí han encontrado un oasis creativo y alimenticio… Un círculo virtuoso entre instituciones, grandes empresas, pymes, público y ciudadanía que debería servirnos como ejemplo; sin (in)sanas envidias ni provincianas rivalidades empobrecedoras.

Jesús Lens

Twitter Lens

Hotel Rwanda

Continúa la temporada de cine de verano en la Plaza de las Culturas de CajaGRANADA. Y lo hace con la proyección de “Hotel Rwanda”, una sobrecogedora cinta de 2004, filmada por Terry George y protagonizada por Don Cheadle y Sophie Okonedo, basada en hechos reales, ciertos y documentados.

Hotel Rwanda

Inspirada en los acontecimientos que sacudieron la zona de los Grandes Lagos, en 1994, “Hotel Rwanda” se centra en la figura de Paul Rusesabagina (Don Cheadle), administrador del Hotel de las Mil Colinas, habitualmente utilizado por turistas y viajeros belgas y franceses. Pero cuando comienza el exterminio de tutsis, una de las etnias del país, por parte de los hutus, el hotel se convertirá en algo muy distinto, gracias al empeño personal, la valentía, la inteligencia y el coraje de Rusesabagina.

Una película muy impresionante en que la que las masacres por venir están sugeridas desde el principio de la cinta y que sitúa al espectador frente a la responsabilidad de las fuerzas de la ONU en la gestión de la tragedia y, también, frente al papel desempeñado por los medios de comunicación internacionales a la hora de dar cobertura a las masacres. “Hotel Rwanda” es una película que nos habla de la inmensa capacidad de hacer el mal de los seres humanos, por un lado. Pero también de la capacidad de hacer el bien de algunos individuos que se plantan frente a la infamia.

La cita es el martes a las 22 horas, en la Plaza de las Culturas del Museo CAJAGRANADA, con entrada libre hasta completar el aforo.

Con “Hotel Rwanda” continúa el ciclo “CineMA 5 Estrellas. Hoteles de Película”, que acompañará a los espectadores todo el verano, en la Plaza de las Culturas del Museo CajaGRANADA.

El jazz en el cine

Primera parte del reportaje que publiqué en IDEAL el pasado domingo. Porque la mezcla de cine y jazz es… ¡cine con swing! Si no quieres esperar a las demás entregas, AQUÍ, completo. 

En 1963, la cantante sueca Monica Zetterlund participó en el Festival de Eurovisión, quedando última clasificada tras conseguir la cantidad de… cero votos. Un año después, grababa su disco más famoso, junto al pianista de jazz norteamericano Bill Evans, iniciando una carrera internacional que la llevó a cantar con los músicos más famosos de los 70 y los 80. En su última gran gira, en 1997, Monica actuó en un festival de pop y rock. Paradójicamente, su voz y su interpretación encandilaron y entusiasmaron a la mocedad habitual en ese tipo de festivales.

 Waltz for Monica

La película “Waltz for Monica”, dirigida el año pasado por el sueco Per Fly, muestra las dificultades, contratiempos y sacrificios que conlleva cualquier carrera artística y, además, es una excelente muestra de cómo el jazz es un género musical abierto, en permanente evolución. Y de ello ha dado buena fe el cine, un arte que marida excepcionalmente bien con la popularmente conocida como Música Clásica del Siglo XX, no en vano, la primera película sonora de la historia del séptimo arte fue, precisamente, “El cantor de jazz”.

 Miles Ahead

Además de haber servido como banda sonora para multitud de películas de todos los géneros y las épocas, el jazz, sus más famosos intérpretes, sus clubes más emblemáticos y todo el contexto que rodea a su nacimiento y desarrollo; han sido tratados por algunas películas que, si por algo se caracterizan, es por rezumar swing. Y be bop, como pronto veremos.

Pero, antes, vamos a mirar hacia delante. Porque si hay una película ante la que todos los aficionados a la música estamos expectantes, ésa es “Miles ahead”, título provisional del biopic de uno de los grandes mitos del jazz: Miles Davis, y que está siendo dirigida por el mismo actor que interpretará al genial trompetista: el oscarizado Don Cheadle, que ha organizado una campaña de crowdfunding para financiar un proyecto con el que llevaba soñando más de diez años.

 Miles ahead crowdfunding

Cuando un actor se involucra hasta tal punto en una película es porque cree en ella. De hecho, la intención de Cheadle no es filmar un biopic al uso, sino que le va a dar un tratamiento agresivo, como si fuera una película de gángsteres, una visión cubista y afilada de la vida de uno de los grandes genios de la historia de la música.

 Miles ahead campaña

Coprotagonizada por Ewan McGregor, el punto de partida de la historia no está en los orígenes de Miles sino, muy al contrario, en un momento muy avanzado de su carrera, en un punto en que estaba extenuado, en un aparente callejón sin salida, hastiado de la música; cuando llevaba meses sin tocar la trompeta. Y con una idea en la cabeza: ampliar los registros del jazz para acercarlos al mundo del pop y del rock. Lo que serían los años eléctricos de Davis, que tanto hicieron por la evolución de una música llamada a desbordar sus aparentes límites. El jazz, la música de fusión por excelencia. Mestiza, abierta, influenciable; radicalmente libre.

 Miles Ahead Cheadle

Aunque hay otra película en preparación sobre la vida de Davis, más convencional, “Miles ahead” acapara las expectativas de los jazzeros más exigentes, también, porque la banda sonora de la película, que contará con la música original del trompetista, la va a firmar Herbie Hancock, artífice de la maravillosa música de “Round Midnight”, ganadora del Óscar de 1986.

Continuará

Jesús Lens

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Miles Davis vive

Ha sido lanzar nuestro proyecto de “Cine con Swing” cuando mi compañero de andanzas cinéfilo-musicales, Juanma Cid, me pone sobre aviso del inminente rodaje de una película sobre Miles Davis.

Se titulará “Out of the cool” y sera dirigida por el mismo actor que interpretará al genial trompetista: Don Cheadle.

 Don Cheadle Miles Davis

Cuando un actor se involucra hasta tal punto en un proyecto es porque cree en él. De hecho, y según leemos en The Guardian, no va a filmar un biopic al uso, sino que le va a dar un tratamiento agresivo, como si fuera una película de gángsteres, una visión cubista de la vida de uno de los grandes genios de la historia de la música.

El punto de partida es 1979, un año importante en la vida de Miles, porque estaba extenuado, en un aparente callejón sin salida, hastiado de música, sin tocar. ¿Qué nos ofrecerá Cheadle a partir de ahí? Está por ver, ya que el guion está basado en el libro de uno de los hijos de Miles: Erin.

 don_cheadle_davis_biopic

Puntos fuertes de esta película: que el director le quiere dar un enfoque rupturista, que Herbie Hancock, artífice de la maravillosa banda sonora de “Round Midnight” va a firmar también la música de “Out of the Cool” y que toda la música original de Davis puede ser utilizada en la cinta.

Pero ha querido la casualidad que este proyecto coincida con otra adaptación de la vida de Miles Davis, esta vez con una pinta más convencional: la que está rodando George Tillman Jr., autor del biopic del rapero Notorius, y basado en el libro de otro hijo de Davis: su primogénito Gregory, titulado “Dark Magus: The Jekyll and Hyde Life of Miles Davis”. Según parece, también podrá usar la música original del genio. (Ver la información de The Guardian)

 Miles Davis

Aunque este proyecto es anterior, ha trascendido menos sobre su contenido. Solo que irá en la línea de las recientes películas sobre Johnny Cash y Ray Charles y que su objetivo es, igualmente, “hacer justicia a Miles Davis”.

Yo, que soy muy de tomar partido, ya lo he hecho por el proyecto de Cheadle. Pero espero que el otro sea igualmente bueno, apreciable y disfrutable.

 Película Miles Davis

Desde luego, una cosa tenemos clara: ¡Miles vive!

Jesús Lens

En Twitter: @Jesus_Lens

 

El irlandés

Quizá sea más llamativa, para espectadores extranjeros, una película titulada “El irlandés” que una que se llamara “El guarda”. O “El poli”. O “El guindilla”. O “El picoleto”. Porque el original de la delirante comedia negra dirigida y escrita por John Michael McDonagh hace referencia a la profesión del protagonista total y absoluto de un filme que podrá gustarte o enervarte, pero que no te dejará indiferente.

Sin embargo, para los extranjeros, una película titulada “El irlandés” tiene resonancias míticas a ese país fascinante, único y delicioso, la Verde Erín, poblada por solo aparentemente ariscos hombres de barba blanca que hablan gaélico y beben cerveza negra hasta derrumbarse de sus taburetes, en la barra del pub. ¡Nos gusta Irlanda y nos gustan los irlandeses! Nos gustan su cultura y sus mitos; su Guinness, su música celta y sus poderosos, grasos y calóricos desayunos. Nos encantan su independencia y su mirada única, iconoclasta y diferente. Su cultura de la resistencia. Aunque, como dice el protagonista en un momento de la película, el gran problema de los irlandeses es su incapacidad para olvidar.

Por eso, si encontramos en cartelera una película titulada “El irlandés”, nos lanzamos de cabeza a verla, sobre todo, al saber que está interpretada por Brendan Gleeson como el policía a que hace referencia el título y por Don Cheadle, que encarna a un miembro del FBI desplazado al condado de Connemara para tratar de detener a un grupo de peligrosos, letales, filosóficos e inefables narcotraficantes. ¡Esas buddy movies de compañeros radicalmente diferentes entre sí y aparentemente imposibilitados para soportarse, pero que, después…!

Me gusta el humor bestia. El humor negro. El humor ácido, corrosivo y sarcástico. El humor efervescente. Como la cal viva echada en agua. Por eso, el arranque de la película me parece magistral, marcando el ritmo y el tono de la cinta al mostrar el trompazo que se meten unos chavales que conducen borrachos y a toda leche por una carretera secundaria y, sobre todo, al recrearse en la imperturbable reacción de Gleeson, haciendo de la necesidad virtud y robando las drogas de los cuerpos, aun calientes y sangrantes, de los finados.

Imagino que habrá almas sensibles y mentes bienpensantes que, una secuencia como ésa, le parecerá grotesca, bochornosa y lamentable. En ese caso, que no vean “El irlandés”. Porque, como esa, muchas más. Y peores. Es decir, mucho mejores.

La trama y la resolución del caso, que comienza con lo que podría parecer el crimen ejecutado por un asesino serial; son lo de menos. De hecho, la decepción que provoca el hombre del FBI en sus interlocutores cada vez que señala que pertenece a narcóticos en vez de a la unidad de ciencias del comportamiento, es buena muestra del tono paródico y humorístico que impregna toda la cinta.

Una cinta dominada de principio a fin por la inmensa humanidad de Gleeson, uno de esos personajes bigger than life, vividor, drogadicto, putero, borracho, comilón, voraz lector con criterio, cinéfilo, experto nadador y un policía como los de antes, con olfato, visión y sentido común. Un poli incorruptible e inasequible al desaliento.

Un tocapelotas con un sentido del humor a prueba de bombas y portador de una dignidad y una profesionalidad más propia de los cowboys del Oeste que de los polis del siglo XXI. ¡Y ándale al son de la música de Caléxico!

Valoración: 8

Lo mejor: la despedida entre Gleeson y su madre. Porque la poesía también se puede encontrar en mitad del cenagal.

Lo peor: teniendo en cuenta que la sala estaba medio llena y que el boca-oreja la hará triunfar, lo peor sería que la retiraran demasiado rápido de las salas de cine. Por si acaso, ya tardas en verla.

Jesús Lens