Si te gusta, te gustará mucho. Pero mucho, mucho. Te reirás, te divertirás, te asustarás y… ¡te sorprenderás!
Si no te gusta, te parecerá una pollada cósmica, con perdón; más falsa que Judas, más tramposa que un trilero y más mentirosa que… bueno sí. Qué Pinocho.
Así las cosas, en este mundo hay dos tipos de personas: a los que les gustan películas como “El cuerpo” y a los que no.
Tú, ¿en qué categoría estás?
Yo, claramente, me encuadro entre los fanáticos de ese tipo de cine. Un cine que juega al despiste, basado en un guion portentoso en el que todas las piezas de un puzzle, aparentemente irresoluble, terminan encajando a la perfección.
¿Te gustan los rompecabezas? ¿Te gustan películas como “El golpe” o “Sospechosos habituales? ¿Te gustan las tomaduras de pelo, en el mejor sentido, en absoluto peyorativo, de la expresión?
Ve a ver “El cuerpo”.
Además, la película comienza con una muerta. ¡Y menuda muerta! La protagonista, nada menos. Desde “La mujer del cuadro” y “Laura”, pasando por “El crepúsculo de los dioses”; me encantan las historias cuyo protagonista empieza siendo un fiambre.
Es un tour de force para el guionista y para el director, conseguir que el espectador se mantenga imantado a la pantalla, para saber cómo, cuándo y por qué murió el personaje central de la historia. Y quién lo mató claro. Eso sí y la verdad sea dicha: en la mayoría de los casos, se trata de mujeres, las víctimas propiciatorias para este tipo de narración.
Como Mayka (terrorífica Belén Rueda), una de esas mujeres fuertes, que dirige una multinacional farmacéutica y que vive a lomos de un avión, aunque volar le da pánico. Una mujer que ha muerto por un ataque al corazón (¡Ay, el estrés!)… y cuyo cuerpo ha desaparecido del Instituto Anatómico Forense, un lugar siniestro, aislado, popularmente conocido como la Morgue.
Además, el vigilante nocturno de la Morgue, ha sido atropellado por un coche, cuando huía despavorido en mitad de la noche. ¿Quién y por qué le perseguía? Y, sobre todo, ¿dónde está el cuerpo de Mayka?
Concentrada en una sola, lluviosa, tormentosa e infausta noche, “El cuerpo” goza de noventa minutos para desentrañar tanto misterio. Jaime Peña, un poli-con-trauma interpretado por José Coronado, se hará cargo de la investigación. Un poli cuyo aspecto es radicalmente opuesto a aquel maravilloso Santos Trinidad de “No habrá paz para los malvados”.
Aunque, la verdad sea dicha, hay momentos en los que el reciente viudo, interpretado por un Hugo Silva que no parece tan afligido como debiera, consiga sacar de sus casillas al poli y ganas le provoquen, a buen seguro, de decirle aquello de “Te estás ganando una hostia…”
Interrogatorios, pistas, saltos en el tiempo, flashbacks, giros en la trama, sustos, risas, pastillas, copas… y el amanecer. Y la resolución, claro. ¡Joder, con la resolución!
Ya te digo. O te flipa, te encanta y te lo pasas pipa o sales del cine pensando que se han burlado de ti. No hay término medio.
Yo soy de los primeros.
¿Y tú?
Jesús Lens