Voy a ser valiente, osado y audaz y, antes de que el CIS, Demoscopia y demás laboratorios electorales den a conocer sus encuestas tras la anunciada confluencia entre Podemos e IU, haré mi propia interpretación de dicha (con)fusión: el gran beneficiado, el que va a subir notablemente su número de sufragios, será el Partido Animalista. Y así lo explico en mi artículo de hoy de IDEAL.
Por supuesto, PACMA no conseguirá ningún escaño. Pero va a cosechar muchos votos. Relativamente hablando. Blancos también va a haber una buena pila. Y abstenciones, ni les cuento. Por ejemplo, el 26-J yo estaré en Bilbao, participando en el festival Bruma Negra. Y me cuesta horrores, lo reconozco, tener que volver a votar por correo. Porque esta vez va a ser, más bien, un Voto por Cabreo.
Pero volvamos a PACMA. Que, de todos los acercamientos, amagos, tanteos y retractos que ha hecho Podemos en estas últimas semanas, el de la confluencia con los Animalistas no debería pasarnos inadvertidos.
Y es que PACMA va a cosechar un montón de sufragios provenientes del descontento. El impropia e injustamente llamado voto de castigo. Que no es tal. El voto animalista, lo sé y me consta por amigos que lo han ejercido en diversas ocasiones, es muy racional. Es un voto consciente, ético y moral que, para muchas personas, suponía una de las pocas opciones admisibles de acercarse a las urnas.
Conozco a algún votante animalista que cambió su voto hacia Podemos. Y que está defraudado. También conozco a podemitas que, tras los últimos avatares de los morados, están desencantados. ¡Y qué decir del tradicional votante de Izquierda Unida que, tras haber sido tildado de viejuno, rancio, aburrido, gris y obsoleto, se ve impelido a votar al que, con saña, le insultaba hasta hace tres días!
La gente del PP y del PSOE es, por lo general, más firme en su voto. Más constante. Más utilitarista y convencida de la importancia del sufragio útil. Pero hay muchos cientos de miles de personas que, cansadas y desencantadas, no conformándose con quedarse en casa o tomando cañas en las terrazas, barajarán la posibilidad de votar al PACMA.
Y es que la nueva política se ha hecho vieja a pasos agigantados. Por todo ello, y esperando las encuestas cocinadas por los Másterchef de la cosa electoral, mi primer vaticinio de cara al 26-J es un fuerte ascenso de PACMA.
Jesús Lens