“Que somos una PYME, Jesús” – me decía Paco. “Y nosotros, sin saberlo, hasta que nos lo dijo la redactora del periódico. Por lo visto, somos un ejemplo de PYME adaptada a la modernidad y la tecnología, por la cosa del Internet.”
Estas palabras las he sacado de un artículo que escribí en 2007, con motivo de la celebración del quinto cumpleaños de Negra y Criminal, la mítica librería de la Barceloneta que acaba de anunciar su cierre. Su adiós.
Porque Montse Clavé y Paco Camarasa ya no pueden más. No pueden más con una librería de la que todo el mundo habla y a la que mucha gente va. Pero que no vende libros.
Y así, claro, no se puede.
Vender.
¡Uy, lo que ha dicho!
Es como cada vez que desaparece una cabecera periodística y las Redes Sociales se llenan de llantos por un periódico que todo el mundo leía. Pero gratis. Por supuesto. Y es que parece que pagar por leer no se lleva. Y, así, Negra y Criminal se había convertido más en un Club Social que en un negocio.
Negocio.
¡Uy, lo que ha dicho!
Vuelvo sobre aquel escrito de 2007: “Era habitual encontrar referencias sobre la librería barcelonesa Negra y Criminal en las mejores revistas literarias de este país, del “Qué leer” a “Quimera” y, también, en los suplementos culturales de los periódicos nacionales, del Babelia y ABCD a El Cultural. Era igualmente sencillo encontrar referencias sobre ellos en muchas y diversas webs librescas y hasta en programas de televisión y radio.
Donde jamás podía esperar encontrarlos era en un suplemento de El País… dedicado al SIMO, una feria de informática, ordenadores y otras cosas por estilo, teóricamente alejadas del mundo de la literatura policíaca. Y allí estaban, Paco y Montse, los factotum de Negra y Criminal, muy serios, mirando al objetivo de la cámara, con un fondo repleto, eso sí, de libros y más libros”.
Sigan leyendo aquí aquel panegírico sobre una pequeña empresa cuyo modelo me parecía modélico y cuyas bondades no me he cansado de propagar a los cuatro vientos.
Empresa.
¡Uy, lo que ha dicho!
Esto también me lo habrán leído: uno de los momentos más gozosos del mes era el de la recepción de un paquete desde La Barceloneta. A veces, era una caja. Porque yo les pedía a Montse y Paco un par de libros. Y a ese pedido, ellos añadían siempre algunos títulos más que, sabían, yo iba a querer y a disfrutar.
Porque Montse y Paco son libreros. De los de verdad. De los que conocen a sus clientes y saben qué les gusta. Libreros que, como decía en este otro artículo, siempre te descubren tesoros. ¡Con lo complicado que es encontrar un tesoro, hoy en día!
Sé que no me puedo poner como ejemplo porque yo soy un comprador infatigable de libros. Además, también los leo. Algunos. Porque mi biblioteca es tan grande que podría estar leyendo siete vidas y no la agotaría. Pero, aun así, sigo comprando.
Comprar.
¡Uy, lo que ha dicho!
Sí.
Hoy es un día trágico y luctuoso. Porque hoy se anuncia el cierre de Negra y Criminal. Me queda la tranquilidad de atesorar en mis estanterías cientos de libros llegados desde aquel reducto de una Barceloneta que, hoy, es más pobre y miserable.
Como todos nosotros.
No.
No empieza bien esta vuelta a la normalidad vigente. Aunque, en realidad, en los tiempos del gratis total, la piratería, las descargas gratuitas y la reclamación de un supuesto derecho de acceso a la cultura sin coste, ¿de verdad nos extraña?
Lloremos.
Lloremos virtual y digitalmente lo que no hemos sabido defender como consumidores analógicos y sensatos…
Un abrazo, Montse y Paco.
Nos vemos pronto. Allí o por aquí…
Siempre vuestro, Jesús Lens