No deja de sorprenderme la aparenta facilidad con la que los guiris se adaptan al calor andaluz. Por ejemplo, de la visita de Harrison Ford a Granada, más allá de sus luengas barbas blancas y su aspecto de Brujo medieval, me sorprendió que fuera a visitar la Alhambra a las tres de la tarde. Y a este asunto dedico mi columna de hoy, en IDEAL.
Que lo entiendo, ojo. Es decir, entiendo que es la hora a la que menos gente hay. De hecho, cuando voy a Madrid a ver alguna de esas exposiciones de referencia, reservo mi entrada para las dos de la tarde, que en los museos hay aire acondicionado. Y poder ver los cuadros de Hopper o El Bosco sin grandes aglomeraciones, es un placer. Pero, ¿se puede disfrutar de la Alhambra a cerca de 40 grados de temperatura? Parece que, con una vestimenta ligera, sí. ¡Sí se puede!
Leo que Obama y el Rey han acordado ir en mangas de camisa durante su paseo por el Casco Histórico de Sevilla. ¿Será posible? Que eso sea noticia, quiero decir.
Y es que tiene que ser un gustazo ir dando una vuelta a pleno sol, embutidos en un traje con corbata, por esa Sevilla en la que la lluvia es una maravilla, pero hace un calor de justicia. A los pobres escoltas y demás miembros de los equipos de seguridad no les queda más remedio, que tienen que disimular las pipas sobaqueras, pero al resto de los mortales… (Al final, por los luctuosos crímenes de Dallas, Obama no pasó por Sevilla)
Hace unos años, el presidente de Japón sorprendió al mundo apareciendo en mangas de camisa, junto a todos sus ministros. Habían decidido aparcar las chaquetas y las corbatas, durante los meses de más calor, a cambio de “subir” las temperaturas de los edificios públicos un par de grados, de forma que no fuera necesario poner el aire acondicionado tan fuerte. Durante un tiempo, pareció que aquel ejemplo iba a fructificar y a extenderse, pero no fue así.
Da igual que sea verano. Da igual, incluso, que cada año nos asolen tres o cuatro olas de calor que derriten el asfalto: en Granada, la gente seria viste con traje, chaqueta y corbata… aun en plena canícula de julio.
A ver si la visita de Obama y su paseo con el Rey, en mangas de camisa, sirven para recordarnos que, a más de 30 grados, llevar corbata debería ser considerado una ordinariez.
Jesús Lens