“Y para terminar, ha pasado de ser un escritor que viene a presentar un libro a ser un amigo, un parroquiano casablanquero…”
Así terminan de describir los amigos de Alcalá la Real nuestro paso por el Casablanca del pasado domingo. Aquí, lo demás.
Y digo nuestro porque junto a mí estuvieron mi Cuate Pepe, Flor y su amiga Carolina. ¡Ele que buena compañía!
Eran los únicos conocidos… al llegar a Casablanca. Unos minutos después, ya conocíamos a todo el mundo, empezando por ese inconmensurable Raúl que es un género en sí mismo. Inclasificable, divertido, carismático y genial (Aquí su Blog). Y siguiendo por Nono Vázquez, que hizo una presentación para enmarcar, de las que te convencen a ti mismo de que escribir de cine es algo que merece la pena. Y mucho. (Aquí, su blog)
Unas copas, charla, preguntas, reflexiones, respuestas, más preguntas, más reflexiones, más copas…
Permitidme que no me extienda en los pormenores de un libro que ya conocéis de sobra. Pero que no ha perdido vigencia. ¿Todavía no lo tienes? ¡Por favor!
Pero permitidme que me centre en el Casablanca, uno de esos garitos a los se accede a través de una escalera. En este caso, ascendiente. Un garito en el que te recibe una estantería con libros, dedicada al bookcrossing. Y música. Buena música. Y una barra de las que tienen efecto imán.
Y Julián.
El padre de la criatura. El adicto a Casablanca, la película. ¡Esas fotos! ¡Esos carteles! ¡¡Y ese escenario!! Con un pequeño mueble bar. Julián. Un tipo curtido en mil batallas que, desde detrás de una barra, se ha convertido en un hombre sabio. Películas, libros, música… sí. Todo eso nos abre las puertas de la mente. Pero la sabiduría se transmite a través del factor humano. Y Julián derrocha humanidad a raudales.
Como sostiene mi Cuate Pepe: «Porque Casablanca, de Alcala la Real, es un sitio mágico. Yo lo llamaria Club, mas que pub, porque tiene ese aire, ese ambiente y ese escenario que evoca noches de auténtico lujo. Noches de música, de copas y de disfrute. Y si le añadimos la encantadora gente que conocimos el domingo, se puede decir sin temor a equivocarnos, que estamos ante un Club sin parangón, de los que marcan época y de los que mejor no vivir al lado. GRACIAS AMIGOS Y ¡NOS VEMOS!»
¡Joder, la barra del Casablanca, de todo lo que tiene que haber sido testigo, con tanto Ser-villetero fielmente anclado a la misma!
Agradecer a toda la peña del Casablanca (¡ese Frente Nazarí y ese metalero de ley!) que nos recibiera como en casa y que nos hiciera sentir mejor que en ella. Como siempre ocurre en los buenos bares. Sobre todo, agradecer a Alma que viniera a aquella presentación granadina de “Café-Bar Cinema” y nos pusiera en la pista de uno de esos lugares, el Casablanca, que ya consideramos parte de nuestra vida, uno de esos sitios, como el Alegría de Granada o el Fusión y el JA Studio de Salobreña; que consideramos prolongación de nuestro hogar.
Permitidme que termine con las palabras de Flor, que estuvo allí, también. Y que se ha tragado ya unas pocas presentaciones de “Café-Bar Cinema”:
“Lens Bogart, con sus palabras, envuelve a un público ávido por saber del mundo cinematográfico de bares, garitos…, de la vida social que se desenvuelve en ellos, los problemas, anécdotas, formas para conquistar a una mujer… Un público que se muestra entregado e interesado. El local invita. Los allí reunidos nos sentimos parte de la película. Somos los actores de esta pequeña Casablanca improvisada. Un aperitivo para…”
Para… ¡pronto, noticias!
Entre tanto, si quieres un ejemplar dedicado de “Café-Bar Cinema”, para ti o para regalar, no te cortes y pide por esa boquita. Te haré una oferta que no podrás rechazar…
¡Gracias, peña!
Jesús Rick’s Lens
PD.- Del vino y el aceite que me traje de regalo, ya hablaremos 😉