Lo bueno –o lo malo, según se mire – de los Globos de Oro es que, con tanta categoría, entre comedia y drama, cine y televisión, actores principales y de reparto… es que (casi) todo el mundo gana.
“La gran estafa americana” ha sido la gran triunfadora de este año… con tres premios. Pero “Doce años de esclavitud” tampoco ha salido mal parada, al ganar el premio al mejor drama.
Por su parte, “Blue Jasmine” ha reportado a Cate Blanchett su premio por un papel con el que podría sentirse identificada nuestra Infanta, hasta el punto de que no será raro que Miquel Roca y sus demás abogados vean una y mil veces la cinta de Allen, para entender en toda su magnitud esa Culpabilidad por Amor que, a la vez, puede servir de eximente o atenuante.
Extrañamente, Leonardo Di Caprio ha ganado el Globo de Oro por “El lobo de Wall Street”, de Martin Scorsese. Y mi pasmo viene por la categoría en la que lo ha logrado: mejor actor de comedia o musical. Y es que no esperaba yo que Marty hubiera filmado una comedia con el tema de los estafadores del sistema financiero. De hecho, parece que Leo tampoco lo tiene claro, tras preguntarse sobre el escenario, Globo en Mano, quién decide qué es drama o qué es comedia.
La vida misma…
Las dos películas perdedoras han sido “Nebraska”, de Alexander Payne, y “A propósito de Llewyn Davis”, de los hermanos Coen, que se fueron de vacío. ¡Hasta “Gravity” se llevó alguna cosilla!
Y en la tele, como no podía ser de otra manera, ha arrasado “Breaking Bad”. Y John Voight, el acojonante padre de “Ray Donovan” en una serie sobre la que hay que volver.
En pocas palabras: ¡todos son ganadores! Hasta U2, que ha pillado cacho con la canción en la película de Mandela…
Y la vida sigue, flotando, en globo… En este enlace de IDEAL, las fotos y los ganadores al completo.
Jesús Lens